Prevención ante los frentes de mal tiempo
El lunes finalizó un sistema frontal que afectó con fuertes vientos y lluvias a la Región del Biobío y ayer la Onemi advirtió de la llegada de otro fenómeno similar, por lo que se activaron las alertas en los sectores que tradicionalmente se ven más damnificados.
El pasado frente de mal tiempo dejó importantes daños en algunas comunas, como la voladura de las techumbres de doce viviendas en Chiguayante, mientras en Los Ángeles, el choque de un automóvil con un árbol que había caído sobre el camino, por el fuerte viento, dejó una persona fallecida y otra herida.
No es algo nuevo que en nuestra Región caigan abundantes lluvias durante la temporada de otoño e invierno, pero también en estas ocasiones quedan al descubierto las falencias que se presentan en algunas comunas, especialmente cuando no se han realizado en forma oportuna los trabajos de mantención en las calles o en los barrios carentes de una infraestructura adecuada. En estas ocasiones, la abundancia de hojas obstruye los desagües en las calles, y la caída de ramas o árboles cortan caminos y las redes de energía eléctrica.
Las ciudades deben aprender a convivir con el nivel de las precipitaciones, sus ríos, esteros y canales, y eso implica mantener expeditos los cauces y colectores. Por ello, son importantes los operativos de invierno y la eliminación de los riesgos potenciales que deben hacer los municipios y los distintos servicios públicos, previo a la temporada de lluvias, sin esperar que se produzcan las emergencias para reaccionar, y luego se deben hacer las mantenciones necesarias.
Ayer, la Seremi de Vivienda y Urbanismo indicó que han coordinado el trabajo con la Onemi y los distintos municipios para activar con rapidez las fórmulas de evaluar los daños de los hogares ya afectados por el frente de mal tiempo del lunes, y con los damnificados que podría dejar el fenómeno que se iniciaba anoche y continuará hoy, con el fin de entregar las ayudas que sean necesarias. Asimismo, la Dirección Regional de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles estaba monitoreando el nivel de operación de la red eléctrica y la implementación de los planes instruidos a las empresas de distribución, en el contexto de la alerta meteorológica decretada por la Onemi, con el fin de que los hogares de la región reciban un suministro continuo y seguro. En este caso, el organismo fiscalizador exigió a las compañías eléctricas adoptar las medidas necesarias para mantener la continuidad del servicio, por lo que deben contar con los recursos humanos y técnicos suficientes para atender emergencias como cortes de luz y así reponer el suministro en las zonas afectadas. Incluso, las empresas de distribución deben prestar atención a la situación de los pacientes electrodependientes, con hospitalización domiciliaria, en caso de eventuales fallas en la red.
Es frecuente que los episodios de emergencia meteorológica dejen como consecuencias las inundaciones de calles y poblaciones que habitualmente colapsan por las lluvias, deslizamientos de lodo y piedras, interrupción del suministro eléctrico y damnificados.
Junto con la labor que le corresponde a los servicios públicos en la limpieza de ríos y canales, así como rejillas de aguas lluvias en las ciudades, es necesario que también la ciudadanía entienda que en cada hogar deben realizar una operación invierno, para limpiar sus canaletas, desagües y reforzar techumbres, con el fin de evitar que cada año haya que lamentar que la lluvia y el viento generen problemas que eran predecibles. Y quienes viven en las márgenes de ríos y esteros también deben tomar conciencia de que no deben lanzar basuras, desperdicios ni escombros a los cauces, porque serán ellos los primeros damnificados al momento de la crecida.
Residentes, peatones y automovilistas enfrentan estos problemas de calles anegadas cuando no hay un manejo preventivo, por lo que es necesario realizar en forma oportuna los trabajos de limpieza en esos lugares.
Es frecuente que los episodios de emergencia meteorológica dejen como consecuencias las inundaciones de calles y poblaciones que habitualmente colapsan por las lluvias, deslizamientos de lodo y piedras, interrupción del suministro eléctrico y damnificados. Parte de eso se puede prevenir.