"Este invierno ha sido el más seco en al menos 22 años"
A partir de los preocupantes datos de escasez de lluvia y reservas hídricas, el académico aborda la hipersequía que vive el país y explica que el cambio en el clima es irreversible. "Cuando no hay agua todos sufren", dice y anticipa ríos más secos en verano.
Por Patricio Tapia
Olas de calor históricas, que han dejado muertos e incendios catastróficos, han tenido lugar en el verano de Europa, Siberia y América del Norte. Al mismo tiempo, o a los pocos días, se producen verdaderos diluvios e inundaciones, durante la misma estación, en lugares como Alemania, Bélgica, China o India. Autoridades de estos países y organizaciones mundiales piden poner freno al cambio climático, fenómeno al que culpan de la mayor parte de estas tragedias.
En Chile, el clima "mediterráneo" de antaño, con alternancia entre temporadas lluviosas y secas, dio paso a un monopolio del año seco. La escasez hídrica es una crisis y la sequía, después de 15 años, se convirtió en una "hipersequía".
Esta semana el Ministerio de Obras Públicas (MOP) dio a conocer el balance hídrico de julio, con datos desalentadores: fue el mes más cálido en la Región Metropolitana desde que hay registros, mientras que las precipitaciones presentan un déficit de 86%, con cifras igualmente preocupantes respecto de la capacidad de los embalses y de la nieve acumulada.
Raúl Cordero, académico de la Universidad de Santiago (USACh), experto en cambio climático y energías renovables, conversa a continuación sobre cómo este fenómeno está afectando a las regiones del país, qué medidas se pueden tomar y si y qué proyecciones se plantean.
-Pasó junio y pasó julio y casi no hubo lluvias. ¿Cuán crítica es la situación actual?
-Quizás el mayor problema es que no se trata sólo de este año. Los récords de este año confirman una tendencia. La zona central ha perdido ya un 30% de sus precipitaciones en las últimas décadas. Y esa tendencia negativa podría mantenerse en las próximas décadas. Es decir, podríamos tener años aún peores en el futuro.
-Poca agua, altas temperaturas: ¿es efecto del cambio climático?
-Así es.
-¿Qué debe entenderse por cambio climático?
-Bueno, es un conjunto de tendencias anómalas en los parámetros que caracterizan el clima, como son, por ejemplo, la temperatura y las precipitaciones. Los promedios de largo plazo de estos parámetros han cambiado en las últimas décadas y ese cambio se atribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero.
-¿Este cambio se manifiesta de distintas maneras en distintos lugares?
-Aunque las temperaturas están subiendo en todo el mundo, en algunos puntos suben más rápido que en otros. De la misma manera, aunque las precipitaciones a nivel global están subiendo en promedio, en algunas regiones (que incluyen a Chile central y Chile centro-sur) está sucediendo lo contrario.
-¿Hay alguna posibilidad de desconocer tal cambio o imputarlo a otras causas, no humanas?
-Me temo que no.
-Se habla de "mega" o "hiper" sequía en Chile. ¿Son exageraciones o están justificados esos prefijos?
-A mí no me gustan demasiado los prefijos, pero es un hecho que este invierno ha sido el más seco en al menos 22 años.
-¿Y es posible revertir todo esto o lo que queda es acostumbrarse y tratar de frenar sus efectos?
-Desafortunadamente, no podemos revertir la situación. Recuperar el 30% de lluvias que hemos perdido en las últimas décadas es probablemente imposible. Sí podemos detener el empeoramiento de la situación mitigando el cambio climático. Si Chile, y el resto de países del mundo, abandonan el uso de combustibles fósiles en las próximas dos o tres décadas, la situación para nosotros y para el resto del planeta dejará de empeorar.
-El MOP se refirió a la capacidad de los embalses e indicó que, a nivel regional, los almacenamientos más bajos se ubican en Coquimbo, Valparaíso y el Maule. ¿Coinciden esos embalses con las zonas más afectadas?
-Así es, los niveles más críticos en los embalses están en las regiones más afectadas por la sequía.
-La sequía, ¿afecta igualmente a todo el país o tiene una incidencia distinta en las diversas regiones?
-En efecto. Prácticamente todo el país presenta déficit de precipitaciones superiores al 30%. Sin embargo, la región más afectada es la zona central y la zona centro-norte. Esto se debe a que, al ser zonas con precipitaciones relativamente bajas, son mucho más sensibles a las caídas en los niveles de las lluvias. Dicho de otra manera, perder 300 milímetros de precipitaciones no tiene el mismo efecto en Puerto Montt que en Talca. En esta última ciudad la situación sería mucho peor.
-¿Cuál considera que es, a grandes rasgos, el panorama hídrico para las zonas del país?
-A pesar de tener en la zona central más de una década de sequía, y de haber enfrentado años extraordinariamente secos como el 2019 y el 2021, las grandes ciudades de la zona central no han enfrentado racionamiento de agua. Ese es un dato que habla bien de la capacidad de adaptación del país. Sin embargo, la situación es mucho más grave en zonas rurales donde el estrés hídrico ha amenazado la disponibilidad de agua incluso para consumo humano.
-¿Cree que se han tomado medidas adecuadas?
-En zonas rurales se pudo y se debió hacer más.
-Hablando de medidas, ¿hay algo que hacer en cuanto a la gestión del recurso hídrico, más allá de la situación de la sequía?
-Siempre se puede mejorar la gestión de un recurso escaso. El sistema actual de entrega de derechos de agua sin límite de tiempo y con volúmenes fijos, presenta inflexibilidades no adecuadas a la intensa variabilidad interanual que el cambio climático exacerba.
-Se ha ocupado en países como China y alguna vez se propuso para Santiago la medida de la siembra o bombardeo de nubes. ¿Podría funcionar acá?
-No. Esa técnica no ha funcionado nunca.
-La sequía, ¿afecta, por igual, la agricultura y el consumo humano de agua?
-Cuando no hay agua todos sufren.
-¿Podría ocurrir que no estén tan lejanas medidas como el racionamiento de agua potable para ciertas zonas?
-Probablemente las zonas urbanas de nuestro país no sufrirán racionamiento. La situación es diferente para las ya 400.000 personas que habitan zonas rurales y que reciben agua en camiones aljibes.
-¿Qué puede decir de la situación de la nieve en Chile? Su disminución, ¿es grave?
-Es igual de grave que en el caso de las precipitaciones líquidas.
-¿Cómo es la relación entre nieve caída o acumulada y el agua disponible en las estaciones de más calor?
-La mayor parte del caudal de los ríos en la zona central, durante la primavera y el verano, es nieve y hielo que se acumuló durante el invierno. Por lo tanto, menos nieve en el invierno significa menos agua en los ríos en el verano.
-¿Cuál es el estado de los humedales y los glaciares?
-Es el mismo problema. Si no cae nieve, los glaciares no recuperan durante el invierno la masa que perdieron por derretimiento durante el verano. En todo caso, los glaciares en todo el mundo, no sólo en Chile, están retrocediendo.
-¿Podrá todo esto significar un cambio definitivo del clima de las zonas afectadas, especialmente la centro-sur del país, hacia algo mucho más seco como tendencia a largo plazo?
-Lamentablemente, así es.
-¿Hay zonas del país que se convertirán en zonas desérticas?
-Todo indica que sí: las zonas del centro-norte, especialmente.
-¿Y eso es algo lento o rápido?
-Para escalas de tiempo geológicas, el cambio climático es algo extraordinariamente rápido.
-¿Sería entonces recomendable criar camellos en Chile?
-Bueno. Hay fauna nativa adaptada a condiciones semiáridas. No es nunca bueno importar especies animales o vegetales exóticos.
-Todo esto, ¿tiene implicancias no sólo en los ecosistemas, sino también en el desarrollo social y económico?
-Evidentemente la escasez de agua está alimentando el conflicto social y político en la zona central.
-¿Y cree que la pandemia puede tener algún efecto (por ejemplo, por el aumento el consumo de agua con el lavado de manos)?
-No. El agua en Chile es mayoritariamente consumida por la agricultura, en más de un 70%. El consumo humano representa apenas el 8% de todo el consumo de agua. En lavado de manos tiene un impacto nulo.
-¿Cómo ve la situación para los próximos meses en el país?
-Las perspectivas no son buenas, pues se está desarrollando el fenómeno de la Niña, que se asocia a bajos precipitaciones en la zona central.
-Se han visto eventos catastróficos en cuanto a lluvias y calor en el hemisferio norte. ¿Podrían darse en Chile?
-Por supuesto, se trata de un problema global.
"No podemos revertir la situación. Recuperar el 30% de lluvias que hemos perdido en las últimas décadas es probablemente imposible. Sí podemos detener el empeoramiento de la situación mitigando el cambio climático".