Rol público de las universidades
Dra. M. Jacqueline Sepúlveda, Exvicerrectora Universidad de Concepción,
El mundo mira con optimismo la posibilidad de dejar atrás la pandemia. Un extraordinario compromiso de los profesionales del área de la salud, un rápido desarrollo de vacunas y el exitoso plan de vacunación de Chile, ha permitido planificar un retorno gradual a la actividad presencial en las universidades y a implementar una modalidad híbrida de enseñanza.
La capacidad de adaptación y resiliencia desarrollada por las comunidades académicas es incuestionable, por lo que las modificaciones generadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, durante esta pandemia nos obliga a repensar la educación superior.
A pesar del escenario incierto y cambiante, se sigue avanzando en la implementación de la Ley de Educación Superior, sin considerar los elementos de cambio que nos ha traído la pandemia. De este modo, se ha presentado una propuesta de actualización de la estructura de Títulos y Grados para la Educación Superior, que en estricto rigor se ocupa solo de los Grados y no de los Títulos; y pronto conoceremos los nuevos Criterios y Estándares definitivos para los procesos de acreditación, que espero incluyan los requerimientos para una docencia virtual o híbrida y para doctorados profesionales, para que efectivamente exista coherencia con las nuevas propuestas para la Educación Superior.
A nivel internacional, las cosas no son muy diferentes; los rankings de Universidades siguen apareciendo, evaluando formación, investigación, vinculación con la industria e internacionalización entre otros, sin considerar las modificaciones que ha tenido el quehacer académico de estas instituciones. Algunos de ellos, como ARWU o ScIMAGO, lo hacen comparando las capacidades de investigación y otros como THE y QS se enfocan en la expresión del prestigio de las universidades entre pares académicos y empleadores.
Entonces, ¿quién se preocupa del rol público de las universidades?, ¿nos quedaremos con la definición de que lo público es sinónimo de estatal y es solo relevante al momento de la discusión en materias de financiamiento y regulación? o ¿podemos efectivamente avanzar y evaluar cómo las universidades contribuyen al bien público?
Ante el acelerado cambio global que vivimos, hoy las universidades están más que nunca llamadas a contribuir a una sociedad basada en un desarrollo sustentable y a velar por el cuidado de la naturaleza, lo que debe verse reflejado en todo su quehacer académico.
Chile tiene una gran oportunidad de diseñar una Estrategia para la Educación Superior, centrada en las rutas de progresión o trayectorias formativas, con mayor flexibilidad y articulación, que garantice pertinencia de los Títulos y Grados y que demuestre el impacto económico y social de los bienes públicos que genera: ¡Avancemos!