Terreno de transición, la solución de Lebu a las tomas y el déficit habitacional
En marzo comenzó la instalación de 150 familias, quienes estarán allí hasta que se construya el conjunto habitacional definitivo. Ya se analiza replicar la idea en otros terrenos de la comuna e, incluso, Arauco piensa en otros territorios.
La familia de Constanza Martínez está compuesta por cuatro personas: ella, su pareja y sus dos hijos, de seis y dos años. Viven de allegados en la casa de su padrastro, en Lebu. Están instalados en una habitación donde sólo cabe una cama de dos plazas, donde duermen ella y su hijo más pequeño. Su pareja e hijo mayor se van turnando día por medio para dormir en el piso, pues no caben los cuatro en la cama.
La pandemia hizo más compleja esta situación. Por eso, Constanza y un grupo de familias se tomaron el año pasado un terreno en la comuna araucana. No construyeron. Sólo querían evidenciar su situación, en la que también se encuentran muchas otras familias.
El déficit habitacional es de unas 2 mil viviendas en Lebu, según el municipio. Primero con el estallido social y luego con la pandemia, las tomas comenzaron a proliferar. En un momento hubo más de 30. Ahora, según el catastro de la Seremi de Vivienda, hay 26. Algo había que hacer.
La respuesta que surgió fue replicar la solución que se aplicó después del terremoto con las aldeas: generar espacios con viviendas provisorias, con mejores condiciones que una toma ilegal, que alberguen a las familias mientras se construyen sus casas definitivas.
El municipio, que no había tenido una muy buena relación con Arauco, decidió generar instancias de diálogo con la empresa, ya que gran parte de los terrenos tomados son de su propiedad. Las gestiones llevaron a que la forestal entregara en usufructo al municipio un paño de 20 hectáreas, ubicado en el sector Piedra Negra y a un costado del antiguo acceso a Lebu.
Esto permite hacer inversiones en el terreno para mejorar las condiciones de las familias allí instaladas. Aunque no son las mismas que de un terreno saneado, son mejores que las de una toma ilegal, donde la posibilidad de desalojo está siempre presente.
"La pega del Ministerio la está haciendo Arauco", comentó el alcalde lebulense, Cristian Peña. Según el jefe comunal, la política habitacional es insuficiente para dar respuesta a las necesidades de la comunidad y por eso tuvieron que buscar otras alternativas para mejorar las condiciones de aquellas familias complicadas y con un urgente requerimiento de vivienda.
La propuesta
Leonardo Badilla, director de Planificación y asesor urbano de la municipalidad de Lebu, detalló que el terreno entregado por Arauco fue dividido en 150 lotes, donde se instalarán igual número de familias. Cada una tendrá un terreno de 300 metros cuadrados.
El paño fue traspasado en marzo. Ya hay unas 40 casas instaladas y hay otras familias que están avanzando en la construcción.
El municipio, con fondos propios, hizo los loteos y despejó los espacios que harán de calles. También provee de agua a las familias ya instaladas e hizo la instalación eléctrica. En paralelo postuló a fondos públicos para dotar de alumbrado público al sector. Esto costará unos $60 millones.
El alcalde Cristian Peña detalló que también iniciaron las gestiones para elaborar un proyecto habitacional para esas familias, pues recordó que la ubicación actual es provisoria. Las casas serán construidas al frente, en un terreno que también pertenece a Arauco.
Situación provincial
Fernando Valenzuela, jefe de proyectos de vivienda de la empresa Arauco, comentó que hasta octubre de 2019 había algunos terrenos tomados, pero con el denominado estallido social y luego con la pandemia esto se disparó. Calculó que en la Provincia de Arauco hay unas 100 propiedades de la empresa ocupados ilegalmente, que suman unas 500 hectáreas.
Agregó que las superficies ocupadas tienen distintos destinos. Hay algunas que están despejadas porque fueron cosechadas hace poco. Otros corresponden a zonas de interfaz. Esos son los que más les preocupan, afirmó Valenzuela, ya que el objetivo de estas áreas es evitar el avance de los incendios forestales hacia las zonas pobladas.
Con ese panorama a la vista, la propuesta de la municipalidad e Lebu para un sitio de transición les pareció una buena idea. "Arauco quiere ser parte de la solución, pero con diálogo y con el tránsito hacia la institucionalidad", indicó. En este caso, el compromiso de la ocupación temporal del paño quedó plasmado en la firma de un compromiso por parte de las familias de que una vez que sus casas estén terminadas, dejarán su terreno y no dispondrán de él.
La idea la encontraron tan buena que ya están en conversaciones para implementarla en otros dos terrenos en la misma comuna, e incluso están haciendo gestiones en Curanilahue y Los Álamos para replicar la propuesta.
El alcalde Peña opinó que la política habitacional actual está obsoleta y que es necesario hacer cambios para atender las necesidades de las familias que hoy no tienen cabida en el sistema. Agregó que con la institucionalidad los tiempos también son largos. Estima que el proyecto para las 150 familias que trabajan ahora tomará al menos ocho años. Recordó que una propuesta de salida de uno de los campamentos emblemáticos de la comuna tomó 15 años y aún así no tuvo resolución.
Por ahora, los beneficiarios con el terreno de transición se conforman con esta solución, que les permitirá estar más tranquilos unos años. Como a Constanza, que sabe que sus hijos tendrán su propio dormitorio y un patio donde jugar.
40 casas ya se han instalado en el terreno. Las otras van avanzando conforme a la disponibilidad de fondos y materiales.
300 metros cuadrados tiene cada uno de los lotes divididos por el municipio. Ese es el espacio para armar la vivienda provisoria.