El legado de Fanaloza vuelve a la memoria gracias al fútbol
El destacado desempeño del delantero anglochileno Ben Brereton Díaz ha puesto en boca de todos, nuevamente, la tradicional industria de la loza en Penco.
Por M. Soubelet y N. Martínez.
En la zona, históricas industrias han aportado al desarrollo social de sus comunidades. Es así como la industria siderúrgica, en Talcahuano; la minera en Lota, Coronel y la zona de Arauco; y la textil, en Tomé, significaron un profundo impacto en los habitantes de dichos lugares.
Sin duda, una de las más destacadas es la industria de la cerámica en Penco: Fanaloza, cuyo prestigio y reconocimiento, de acuerdo al historiador penquista Boris Márquez, "ha dejado permanente huella en el devenir histórico de la ciudad y en la conformación del tejido social de varias generaciones de pencones".
"Su historia moderna se remonta a 1888, siendo su establecimiento un pilar fundamental para la construcción de la ciudad e identidad actual de Penco, al punto que todavía sus hornos se encienden semanalmente para cocer piezas de cerámica, muy aceptadas a nivel nacional", añadió.
COINCIDENCIA
En las últimas semanas, el nombre del delantero anglochileno Benjamin Brereton Díaz ha dado que hablar a los hinchas nacionales. Su inclusión en la nómina que disputa la Copa América en Brasil, despertó la curiosidad de la gente, ya que su nombre no era mayormente conocido en el país.
La familia materna del jugador llegó a la zona a fines del siglo XIX, desde Toledo, España. Juan Díaz Hernández, el patriarca del clan en Chile mantuvo en Concepción una lamparería llamada "El Progreso", donde importaba artículos sanitarios ingleses.
En 1927, la familia adquirió una empresa de cerámica en Penco y la convirtió en la afamada Fanaloza, que aún produce artículos de cerámica en la zona.
"Brereton, procede de la quinta generación desde el fundador de la empresa. Su abuelo Genaro Díaz Martínez ocupó cargos relevantes en la empresa, hasta que emigró a Inglaterra con su hija Andrea, cuando esta tenía cerca de 15 años, donde nació la destacada figura de nuestro fútbol nacional", señaló Márquez.
GLORIA DEPORTIVA
En 1932, la empresa dio vida al Centro Deportivo Fanaloza, en su afán por estrechar lazos con su comunidad y ser un aporte positivo para ella, a través de actividades como el baloncesto, voleibol y fútbol.
"La conciencia deportiva locera, fue parte de un paradigma industrial que promovía en sus trabajadores la vida sana, actividades de esparcimiento y valores de identidad institucional", agregó Márquez.
Los mejores tiempos del deporte locero fueron con el Club Deportivo Lozapenco, fundado en 1983. Conocido tradicionalmente como "la sinfonía azul", "el equipo atracción" o "el boom del fútbol amateur", tuvo destacados logros en su única década de vida.
Con dos torneos locales, Asociación Penco y la Copa de Campeones; y el Campeonato de la Tercera División de 1989, de acuerdo al también director de la Biblioteca Municipal de Concepción, "toda la región vibraba con la calidad deportiva y se maravillaban del esfuerzo e inversión de una fábrica local en un equipo de fútbol, que logró tener figuras nacionales en la cancha y fuera de ella, como el DT Luis Santibáñez, de recordada memoria por en el liderazgo de la Selección Nacional".