Educación y proceso constituyente
Juan Ignacio Hurtado Espinoza, Director Colegio Marcela Paz, Concepción,
La pandemia aún no da tregua y si bien el trabajo y todas las actividades siguen siendo a través de una pantalla, el sistema educativo fue y sigue siendo parte de este desafío inédito. Pero como a las escuelas se les demanda diariamente, en su rol social y formativo, estas deben seguir avanzando en beneficio de sus estudiantes y demás miembros de sus comunidades.
Además de la crítica situación sanitaria que hoy vivimos, hemos visto ocurrir en nuestro país una profunda crisis de legitimidad, atribuida a la actividad política y representantes de la ciudadanía. Esta situación ha derivado en una sostenida baja de la participación en los actos electorales. Las cifras son elocuentes: desde 1999 en adelante, la participación en elecciones presidenciales en nuestro país cayó desde un 70 a un 36% en 2017, convirtiéndose en una problemática que no puede ser obviada por las comunidades educativas. No obstante lo anterior, es posible transformarla en una oportunidad, independiente el contexto sanitario en el que estamos.
Cuando nos encontramos a semanas de iniciar una instancia histórica, como es el proceso constituyente, la escuela tiene la oportunidad de transformarse, a través de la formación ciudadana -entendida desde el currículum como transversal - en un actor relevante en el fortalecimiento de la participación y, junto con ello, en el desarrollo de habilidades de pensamiento que guarden relación con el sistema democrático del país y reencantar a los estudiantes con la participación, alentándoles a ser agentes protagonistas desde sus respectivos escenarios de aprendizaje de este histórico e inédito proceso.
Por lo tanto, la gran tarea será entonces transformar el proceso constituyente en un espacio de discusión de ideas, en el que participen todos los integrantes de las unidades educativas; pues generando estos espacios se estará dando no sólo un impulso inicial, sino que fundamental en la formación de ciudadanos que se involucren e influyan positivamente en la sociedad de la que son parte; siendo capaces de seguir, sopesar y valorar las medidas de los gobiernos de turno. Al lograr esto todo el sistema político en el que participamos se dota de un elemento básico y principal: la legitimidad.
Entonces, apropiémonos del contexto nacional y trasformemos estas en reales oportunidades de aprendizaje para nuestros estudiantes; la pandemia no debería ser un impedimento.