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-¿Cuál es la terapia más excéntrica para la vista que recuerdas entre estas vidas de escritores y escritoras que aparecen en tu libro?
-La que me impresionó mucho es la poeta boliviana María José Mujía, la primera gran poeta lírica de Bolivia, que menciono en el segundo ensayo. A ella le hicieron una serie de operaciones y le ponían unos implantes en el cuero cabelludo, le hicieron varias operaciones dolorosísimas sin anestesia. Me pareció de una crueldad y de un esperpento impresionante. Otro caso que me pareció muy fuerte es el de James Joyce, al que operaron muchas veces con unas sanguijuelas para que le chuparan el fluido excedente de la inflamación de las córneas. Me pareció una cosa espantosa.
-¿Y entre Brunet y Mistral?
-Fíjate que las dos chilenas tuvieron casos y terapias de vista que no me parecen tan crueles, en comparación tuvieron un tratamiento más light. Pero si quieres que las compare, Mistral tuvo una pérdida progresiva de la vista hacia el final de su vida, y Brunet en cambio padeció de la vista desde muy joven, porque tenía unas cataratas precoces. Lo que me parece asombroso de Brunet es todo lo que escribió pudiendo ver tan poco. Sus amigos vivían preocupados que la atropellara un auto, a la edad de 50 años estaba prácticamente ciega.
-Es impresionante el destino de Brunet.
-Sobre todo porque la restitución de la vista, después de la operación que le hicieron en España, haya significado que nunca más volviera a escribir. Eso me impactó mucho. Me parece que el sentido común siempre falla en estos casos, porque dictaría que una vez que volviera a ver bien, escribiera más. Lo que le pasó a ella es que quedó encandilada por la realidad y entonces dejó de escribir.
-¿Qué es lo más excéntrico que has intentado tú para tu propia vista?
-En un punto, ante la perspectiva de la perdida de la visión, yo creo que uno intenta aplicar una racionalidad. Un amigo mío santero me ofreció matar una gallina y reventarme los ojos de esa misma gallina para curarme. Y yo le dije que le agradecía muchísimo sus buenas intenciones, pero que mejor dejáramos la gallina en paz.
-¿Cómo escoges qué leer hoy?
-Leo mucho para escribir, espero que se vea en "Zona ciega", que contiene una cantidad enorme de citas, de reflexiones. Yo sí leo, la lectura no me cansa. Estoy recuperada de mi vista. Lo que me aconteció ya se recuperó. Leo mucho para lo que estoy escribiendo, y me dejo para las noches la lectura de placer, además de las dos horas de audio, voy combinando.