Desafíos de la Educación Superior
Dra. M. Jacqueline Sepúlveda C., Directora Academia de Innovación, Universidad de Concepción,
El Primer Encuentro Nacional de Rectores, convocado por el Ministerio de Educación, ha generado debate, expectativas y muchas dudas: ¿está en crisis la Educación Superior en Chile?.
En el último tiempo, con motivo de la pandemia, el proceso formativo ha tenido una rápida conversión desde la docencia presencial hacia modelos virtuales e híbridos. También se ha notificado una caída en las matrículas, especialmente de carreras de Pedagogía y recientemente se ha realizado una solicitud de cierre de la Universidad La República, por parte de la Superintendencia de Educación Superior, luego de constatar la crisis financiera que hizo inviable su continuidad .
Por otro lado, nos encontramos en plena implementación de la ley Ley-21091, la nueva Ley de Educación Superior, la que no ha estado exenta de problemas. Al respecto, el ministro Raúl Figueroa, se mostró dispuesto a analizar el impacto que esta implementación ha tenido, al mismo tiempo que el Senado compromete una mesa de trabajo para proponer cambios a la ley. Los aspectos que se proponen revisar son la duración de la gratuidad, la fijación de los aranceles regulados y las vacantes máximas de estudiantes de primer año.
Si bien se valora esta apertura para la revisión de la ley, las preocupaciones parecen estar centradas fundamentalmente en la sustentabilidad económica de las instituciones, sin una mirada sistémica, por lo que valdría la pena realizar algunas reflexiones y cuestionamientos para dimensionar la real magnitud de los problemas.
En primer lugar, la gratuidad está contemplada para la duración nominal de la carrera y en caso que el tiempo de permanencia exceda hasta un año, el estudiante deberá pagar hasta el 50% del valor del arancel regulado, sin embargo, si el tiempo de permanencia excede más de un año, el estudiante debe pagar la totalidad del valor del arancel. En este punto debiéramos preguntarnos, ¿por qué tan sólo el 16% de los estudiantes egresan de acuerdo a la duración formal de su carrera? Con respecto a la fijación de los aranceles regulados es necesario cuestionarse ¿cómo se modifican los valores con las nuevas modalidades de enseñanza? Y con respecto al aumento de las vacantes, si bien aumentarían los ingresos para las instituciones, también lo haría la carga académica, por lo tanto se hace necesario la pregunta ¿una mayor autonomía para las universidades será vinculada con una política de aumento de la planta académica?
En conclusión, a tres años de la implementación de la ley de Educación Superior se necesita una reflexión profunda, una revisión con una mirada sistémica, no reduccionista, que incluya los nuevos criterios y estándares de acreditación, así como el nuevo Marco de Cualificaciones. De este modo, logramos no tan solo la interacción efectiva entre los subsistemas, sino también se facilita la articulación de trayectorias educativas y laborales y sobre todo se avanza en calidad de la Educación Superior.