El músico que ha sabido cultivar en la Región su pasión por los sonidos doctos
El cornista tiene un camino de más de 20 años dirigiendo varias orquestas juveniles y ensambles doctos con un sentido educativo.
El acérrimo incentivo que sólo una tradición familiar apegada a la música puede entregar, fue clave para la formación artística de Jaime Cofré Flores (50), cornista destacado de la Orquesta Sinfónica UdeC, desde 1997. Además, dirige el Ensamble de Vientos de Artistas del Acero, desde 2005, y la Orquesta Juvenil Municipal de Talcahuano (2013).
Con una infancia en su natal Santiago, rodeada de la atmósfera musical, era recurrente para él asistir a los ensayos y presentaciones de sus padres en el Coro Goodyear, al que se unió con su hermano Claudio -también integrante de la Sinfónica- a los cinco años.
"Eso nos permitió entrenar fuertemente el oído para entender el fenómeno de la armonía práctica. Fue la principal generadora de que la música se puede convertir en una herramienta de trabajo", relata, quien fuera profesor en la Orquesta Juvenil de Curanilahue a fines de los 90.
Desde ahí, no concibió otro propósito que no fuera dedicarle su vida a las notas y sonidos. Comenzó con la guitarra, gusto que lo llevó a estudiar en el Conservatorio de Música de la Universidad de Chile con 15 años. Sin embargo, una fractura de brazo le indicó que no sería el camino.
Tras una búsqueda por distintos instrumentos y dos años de carrera en Tecnología en Sonido, la respuesta a sus preguntas llegó en forma de obsequio navideño.
"Mi hermano me regaló una boquilla y me dijo 'hazla sonar, el profe te espera en marzo'. Yo lo hice y cuando llegué a la facultad me encontré con un profesor norteamericano, que me dijo 'tú eres mi experimento'", relata sobre su ingreso a la cátedra de corno francés con Edward Brown (1991).
En adelante, comenzaron duras jornadas de estudio, en las que tuvo que esforzarse el doble, debido a que a sus 20 años ya era considerado tardío empezar a estudiar un instrumento, sin mencionar que debió costear su carrera. Sin embargo, agrega que es una experiencia que atesora mucho, porque rompió un montón de mitos.
"Hubo muchas cosas que resultaron ser paradójicas, pero que me enseñaron algo fundamental: que la música no te va a distinguir bajo ningún punto de vista; ni etario, ni de género, ni de clase. Está ahí para tomarla y aprovecharla lo que más se pueda. Y eso le transmito a mis alumnos", dice el ex docente de la Orquesta Juvenil de San Pedro, donde estuvo a fines de los 90.
Conexión con la gente
La primera vez que Cofré pisó Concepción fue como extra permanente de la Orquesta Sinfónica hace 24 años En 2000 ingresó formalmente al conjunto, lo cual dice se ha convertido en un privilegio. Le ha permitido estrenar piezas de su autoría como "Yinyin-Homenaje a Gabriela Mistral" y la obertura "Llanto de esperanza", así como compartir escenario con figuras como Quique Neira, Javiera Parra y Feliciano Saldías.
"Es algo muy significativo, un sentimiento de felicidad y agradecimiento por las oportunidades que se brinda a los músicos y a la gente. Cumplimos un rol social de difusión cultural y de formación musical que ha sido muy importante en el desarrollo del arte musical en Chile", enfatiza, agregando que la agrupación docta fundada en 1952 es una institución que "tiene el cariño y reconocimiento, lo sentimos cada vez que tocamos en el Foro, en la plaza, y en cualquier lugar. La gente siente a la orquesta como suya".
- A propósito, ¿cómo fue tocar en el frontis de la Catedral de Concepción en noviembre de 2019?
- En general, el artista tiene una conexión con el entorno muy importante. Nosotros sentíamos que de alguna forma teníamos que estar con la gente y con lo que se estaba manifestando. Fue una experiencia que todavía agradecen, pero en realidad es a la inversa, nosotros les agradecemos, porque están a nuestro lado.
Profesionalización
Paralelo a su integración a la Sinfónica UdeC, y en el marco de una "formación de audiencia", Jaime Cofré trabaja de la mano con el trompetista Miguel Galdames en un proyecto de escuela. El objetivo apunta a cultivar parte de la instrumental familia de los vientos, cuyo acceso es complejo.
"Ha sido toda lucha de mucho tiempo poder sostenerla, porque hay instrumentos que son muy difíciles de conseguir, como el oboe y el fagot. Las instituciones prefieren invertir en orquestas de cuerdas", comenta sobre la motivación para constituir lo que hoy es el Ensamble de Vientos de Artistas del Acero, agrupación que la semana pasada dio inicio a sus "Conciertos educativos 2021".
El diplomado en Dirección cree que es una falencia que la ciudad no tenga una escuela formal de música, pues al finalizar la enseñanza media, los estudiantes se ven obligados a irse a la capital. "Tenemos una institución histórica como Orquesta Sinfónica UdeC, que forma alumnos, pero no les brinda una profesionalización en sus estudios. Ahora las condiciones están, hay experiencia", anota.
2016 asume la dirección de la Orquesta del Conservatorio Laurencia Contreras de la Universidad del Biobío.
Para el artista el camino transita hacia la formación profesional de los músicos en Concepción, condiciones que están avaladas por conservatorios y la Orquesta.