Incendios forestales en la Región
La Corporación Nacional Forestal (Conaf), ha informado que durante la presente temporada en la Región del Biobío se han registrado más incendios de bosques y pastizales que en el verano del año anterior, pero resulta positivo que hay menos superficie afectada por las llamas, lo que revela que el trabajo de todas las instituciones que participan en el combate del fuego ha sido eficiente.
En este período en la región ha habido 2.362 incendios, un 6% más que en la temporada pasada, pero las llamas han destruido 5.038 hectáreas, un 65% menos que en el período 2019-2020, cuando la superficie afectada fue de 14.309 hectáreas. A nivel nacional, el comportamiento ha sido positivo, con un descenso de 14% en el número de siniestros y una baja de 65% en la superficie dañada. Tomé y Los Ángeles son las comunas de la región que han registrado más incendios, por lo que se han intensificado las acciones preventivas en esas comunas, con el fin de evitar situaciones de emergencia que pudieran presentarse en lo que resta del verano y en especial durante los días de Semana Santa.
Sin duda que hay varios factores que han influido en que la presente temporada haya sido más benigna. De partida, las restricciones de salidas para las personas, como las cuarentenas, debido a la pandemia que se ha prolongado por un año. Asimismo, los trabajos que con bastante anticipación se realizaron en las comunas más expuestas, al construir cortafuegos para evitar que las llamas de los bosques pudieran extenderse hasta las zonas pobladas. Y finalmente, la preparación que tienen los brigadistas de Conaf, de las empresas forestales, de Bomberos y de Ejército, que antes de los meses más complicados concurren cada año a capacitaciones y a prácticas en terreno para aprender a operar durante las emergencias.
Los expertos en el tema climático habían estimado que la presente temporada sería difícil porque las condiciones eran propicias para la ocurrencia de incendios, ya que los bosques y pastizales estaban muy secos, durante el invierno y la primavera había llovido poco y, en cambio, había fuertes vientos, lo que implicaba que existía una gran cantidad de material que podía actuar como combustible. A las condiciones naturales adversas, se agrega que el 99% de estas catástrofes se producen por la acción humana, ya sea por premeditación o por negligencia. De ahí que las autoridades realizaron con anticipación un llamado a la prevención, para que las personas no generaran condiciones de riesgo para la ocurrencia de incendios en esta temporada de verano. Para las autoridades, también es preocupante cómo ha aumentado la cantidad incendios intencionales en los últimos años. El 43% de los episodios en el periodo 2019-2020 fue generado por desconocidos. En nuestra Región del Biobío, se estima que el 68% de los siniestros de bosques y pastizales fueron provocados con el fin de hacer daño.
Para enfrentar este escenario, el Ministerio de Agricultura dispuso en el presente año de 262 brigadas para combatir el fuego, integradas por 3.021 brigadistas. También hay medios aéreos para apoyar las labores, con 35 helicópteros, incluido el arriendo de los helicópteros Chinook, que lanzan grandes volúmenes de agua, además de 26 aviones. Tan importante como el equipamiento de que se dispone para la temporada, es la capacitación del personal de combate y de la ciudadanía, con el fin de desarrollar planes de protección civil.
Asimismo, se identificaron los puntos más críticos, donde las viviendas se encuentran muy cercanas a los bosques, y se tomaron medidas preventivas. Como parte de ello, se impulsó la creación de brigadas comunitarias preventivas, para que los pobladores sepan qué hacer en caso de que el fuego forestal amenace a sus casas. La colaboración y compromiso de la comunidad en la prevención de estos incendios ha sido vital para que estas cifras se mantengan bajas, como ha ocurrido hasta la fecha.
Durante la presente temporada, en la Región del Biobío se han registrado 2.362 incendios, un 6% más que en el verano pasado, pero las llamas han destruido 5.038 hectáreas, un 65% menos que en el período 2019-2020. En esa oportunidad la superficie afectada fue de 14.309 hectáreas.