"En CIDERE Bío Bío queremos impulsar procesos de mayor participación y vinculación"
El ingeniero civil industrial asumió hace algunas semanas el desafío de administrar esta institución, con un enfoque centrado en promover la co-creación de iniciativas y proyectos que ayuden a potenciar la actividad emprendedora y de innovación en la Región del Biobío.
Durante las primeras semanas de enero, Camilo Carrasco Arzola (30) viajó constantemente a Concepción desde Chillán, en donde vive junto a su hija Catalina, una joven de 14 años. Su nuevo trabajo como gerente general de la Corporación Industrial para el Desarrollo Regional del Bío Bío (CIDERE Bío Bío) requería su presencia física en la capital de la Región para imponerse de las responsabilidades ligadas con el cargo.
Sin embargo, los constantes viajes realizados por Carrasco hasta antes que se decretara la cuarentena por la pandemia del covid-19 nunca significaron un sacrificio o un esfuerzo adicional. Al contrario, la motivación que siente este ingeniero civil industrial de la Universidad Diego Portales (UDP) ante el desafío de administrar la emblemática corporación, no hicieron de las travesías diarias un problema.
Carrasco asumió el 1 de enero de 2021 la gerencia de CIDERE, reemplazando en el cargo a Pedro Ramírez Glade. El profesional, quien antes trabajó por siete años en la fundación de emprendimiento social AcercaRedes de Empresas Arauco -de la cual llegó a ser director ejecutivo-, llegó a la corporación con la misión de refrescar la labor que desarrolla la entidad con más de 55 años de trayectoria.
Además de su labor en la fundación, el profesional lideró la Incubadora Social "Activa" por 5 años en colaboración con IncubatecUFRO, Araucanía HUB y Mentores de impacto, con al apoyo de Corfo.
También es mentor certificado internacionalmente en materias de emprendimiento y socio fundador de la cerveza Prócer, elegida como la Mejor Cervecería de Chile en la Copa Cervezas de América 2019. Ha sido reconocido dentro de los "100 líderes jóvenes 2020", premio que entrega El Mercurio y la Universidad Adolfo Ibáñez.
Carrasco señala que "lo que me genera motivación y confianza al aceptar la gerencia es que tengo una visión que es compartida con el directorio, en relación a impulsar procesos de mayor participación, en una nueva manera de hacer empresa, más conectada con el ecosistema, más vinculante, no solo entregando recursos, sino que habilidades, redes y experiencia. Creo que es lo que Biobío necesita, porque la corporación está al servicio de la Región y se busca obtener un bien para el territorio".
Tres pilares
Camilo Carrasco llegó con un enfoque claro a la gerencia de CIDERE Bío Bío, cumplir con una estrategia que armó, referida a un plan para los primeros 100 días de gestión basada en tres pilares, los cuales están asociados a un concepto que ya se ocupa en otras partes del mundo y que se aleja de lo expuesto por el capitalismo tradicional. "Hoy se habla del capitalismo stakeholders (referido a los actores que rodean una empresa u organización y que se ven impactados por su desempeño). Como las instituciones entienden muy bien su rol en un ecosistema vivo de organizaciones y con sus colaboradores", explica.
Agrega que el trabajo de CIDERE apunta a la colaboración, a la asociatividad, y a la articulación, y la plataforma que genera a través de sus asociados establece la coordinación de actores y la conexión en red como algo principal. "Con eso en el centro, está este plan con tres pilares, el que define la necesidad de enfocarse de manera paralela y no por separado", dice.
Un primer pilar lo bautizó como "alinear" y se refiere a un trabajo dentro de la corporación, implementando nuevas estrategias de trabajo y una cultura más fresca e innovadora al interior de la corporación. El segundo pilar es "resguardar", relacionado con el legado, la historia y el prestigio de CIDERE. Carrasco indica que apunta a dos aspectos: uno es hacer un mapa de stakeholders de la entidad, es decir, asociados y partners de la institución, con la finalidad de conocerlos, detectar sus sueños, sus ideales, sus roles y la manera en que se han articulado históricamente. El segundo aspecto engancha con el portafolio actual de CIDERE, compuesto por programas como "MentorINN" o "Yo emprendo", entre otros. "No puedo enfocarme solo en cosas nuevas, hay que revisar lo que se tiene, para ejecutarlo de buena manera, con alto estándar. Ver que se puede mantener, rescatar del pasado iniciativas que se hacían antes y que se dejaron de hacer, qué se puede resignificar y mejorar, además de los proyectos nuevos que vayan saliendo", explica.
El tercer pilar es, quizás, el más importante y el que está más ligado a la motivación de Camilo Carrasco, el "impulsar". Esto tiene conexión con el concepto de "valor compartido 360" que el gerente quiere promover. "Esta épica nace de la lógica que en el pasado hablamos mucho de la filantropía, de la caridad. Luego las empresas y las universidades comenzaron a referirse a la responsabilidad social, pero ese modelo está quedando en el pasado, porque se ha asociado mucho a la estrategia de marketing de las instituciones y genera desconfianza hoy. Ni siquiera está reditando en imagen, no está generando buenos indicadores de reputación, la gente ya no confía en las estrategias de responsabilidad social porque, principalmente, es invertir recursos en un proyecto, con bajo involucramiento, baja participación íntegra y eso pasa porque tampoco ha habido estrategias para entender el valor que le genera a la institución involucrarse en esos procesos", detalla.
El gerente de CIDERE sostiene que el concepto propone que una empresa o institución entienda que entregando también recibe y eso genera valor a todos. Cuando hay abundancia de recursos, se puede hacer caridad, pero cuando se produce una crisis económica, si los recursos no sobran, esa ayuda se detiene. Afirma que, si se entiende el valor que puede generar y eso se coloca en el centro de un negocio, esa situación cambia completamente.
-¿Cómo se puede aplicar todo esto en un contexto como el que estamos viviendo en la actualidad?
-Ahora que la pandemia se ha estabilizado, un poco en relación a cómo la conocemos y manejamos y que sabemos que vamos a estar un buen rato en esto, hemos visto como vuelven a aparecer un montón de problemáticas que habían quedado en segundo plano por la crisis sanitaria. El estallido social nos enseñó que se necesitan procesos más participativos, más legítimos a la hora de tomar decisiones, con mayor co-creación, y para ello es importante que los actores estemos mejor coordinados. Hoy hay muchas buenas intenciones, muchas mesas de diferentes temas, pero al final de cuentas es la institución que convoca la que lleva la batuta, o también pasa que cada entidad empieza a desarrollar su agenda personal. Cuando miremos el territorio de manera integral, y nos pongamos de acuerdo respecto a lo que la Región necesita, definamos muy bien cuáles son sus problemas más grandes, cómo los priorizamos con una metodología conjunta, cómo co-creamos iniciativas poniendo las habilidades, la experiencia y los recursos al servicio de esos desafíos, con la participación del mundo público, la sociedad civil, el mundo privado, la academia y los mismos emprendedores o la comunidad, podremos generar proyectos colectivos, y si entendemos cómo genera valor para cada uno de estos cinco actores, estamos hablando del valor compartido 360.
"Cuando miremos el territorio de manera integral, y nos pongamos de acuerdo respecto a lo que la Región necesita, definamos muy bien cuáles son sus problemas más grandes y prioricemos con una metodología conjunta, podremos generar proyectos colectivos".
"Lo que me genera motivación y confianza al aceptar la gerencia es que tengo una visión que es compartida con el directorio, en relación a impulsar procesos de mayor participación, en una nueva manera de hacer empresa, más conectada con el ecosistema, más vinculante, no solo entregando recursos, sino que habilidades, redes y experiencia".
El nuevo gerente ya ha participado en algunas actividades en terreno en el mes que lleva en el cargo.
Camilo Carrasco conformó un plan de tres pilares para sus primeros 100 días de gestión, con la finalidad de conectar más a los actores del ecosistema local.