"Las decisiones se han tomado con rigurosidad y en base a la evidencia científica"
El investigador, que ha participado en la revisión de vacunas que se van a utilizar en la inmunización masiva de los chilenos, explicó los procesos que llevan a la autorización de los productos y llamó a tener confianza en la vacunación.
"El país tiene las capacidades instaladas para afrontar una vacunación masiva, pero eso no quita que necesite el apoyo de la población para que se vacune y para que se acoja de forma ordenada al plan", afirmó el Dr. Jorge Fuentealba, presidente de la Sociedad de Farmacología de Chile y director del Departamento de Fisiología de la Universidad de Concepción.
El académico integró el panel de expertos que trabajó en la revisión de las vacunas AstraZeneca/Oxford y Pfizer-BioNtech y en conversación con EL SUR explicó la relevancia de los procesos de validación de las vacunas antes de que sean suministradas a la población. Además, aclaró dudas frente al rápido trabajo que ha existido en la creación de estos productos contra el covid-19.
- ¿Cómo se realiza el proceso de validación de las vacunas por parte del Instituto de Salud Pública?
-Es un proceso sistemático, es decir, debe cumplir varias etapas y en ese proceso hay dos componentes esenciales: uno es la certificación o la acreditación de la calidad de los productos que se están fabricando, que es un proceso que hace internamente el ISP y que se rige por estándares bien estrictos, porque recordemos que el ISP es una agencia de nivel 4. Esto quiere decir que está a la par de agencias tan importantes tanto latinoamericanas como internacionales. Por eso la primera evaluación de la certificación de calidad es muy importante, sobre todo en los medicamentos que son vacunas o anticuerpos. Luego viene la evaluación de los antecedentes preclínicos y clínicos, que dan cuenta de dos elementos esenciales. Primero, que lo que se vaya a utilizar sea seguro, que no sea nocivo, que no produzca daño y que no produzca ninguna alteración a las personas en su salud, como podría ser la fertilidad y la lactancia. Después hay una serie de evaluaciones de antecedentes respecto de la eficacia, que en el fondo es verificar que hace efectivamente lo que promulga que hará. En este proceso se analizan los datos clínicos que proporciona el laboratorio desarrollador, pero también el comité de expertos analiza la bibliografía o la evidencia que hay en la literatura científica internacional. Eso es muy importante también, porque valida los resultados que se están observando y analizando.
ADULTOS MAYORES
- ¿Por qué a veces se recomienda no inocular a adultos mayores, como había ocurrido en primera instancia con el producto de Sinovac?
-En el contexto de la evaluación de los antecedentes clínicos, siempre el ISP como autoridad regulatoria junto con el grupo de expertos han resguardado la seguridad de la población. Entonces, en los estudios que en su momento se habían realizado de Sinovac la información todavía no era contundente y por eso no se había considerado en las autorizaciones. Esto quiere decir que los datos que se tuvieron al momento de aprobar la vacuna Sinovac, respecto a la población sobre los 60 años, eran muy pocos todavía, no daban la seguridad de que el fármaco se fuera a comportar como se estaba observando. Pero eso cambió en los últimos días con los nuevos antecedentes.
-¿Cómo se explica la rapidez con que se han producido las vacunas?
-Esta pandemia nos ha enseñado en términos científicos dos cosas: que la voluntad y la decisión de sacar algo adelante son muy importantes, porque van asociados a recursos y han roto el paradigma clásico que teníamos. Porque antes un fármaco demoraba entre 15 a 20 años en desarrollarse por completo. Una vacuna es similar, pero hoy los países más ricos han puesto los recursos para que esto se desarrolle rápidamente. Entonces, las capacidades que se han generado para el desarrollo de estas vacunas han sido monumentales y han permitido, además, que muchos de estos procesos corran en paralelo. Es decir, hemos generado estudios clínicos fase 1, 2 y 3 en paralelo, lo que ha acelerado enormemente los tiempos. Y eso es nada más que la decisión y la voluntad política de sacarlo adelante, porque si para todos los desarrollos tuviéramos los recursos que se han dispuesto y la voluntad política, la ciencia andaría mucho más rápido todavía.
EL PROCESO
-¿A su parecer, como cree usted que el país está llevando en general el proceso de vacunación?
-A mí me parece que es un proceso ejemplar, porque las decisiones se han tomado con rigurosidad en base a la evidencia científica y siempre poniendo la seguridad de la población por delante. Por lo tanto, si hay que enviarle un mensaje a la población, es que las vacunas son seguras. La que más se ha cuestionado es la de Sinovac y ésta utiliza la misma tecnología que utilizan las otras vacunas, como por ejemplo la de la influenza. Lo segundo que podría destacar es que, independiente de que las cosas siempre se pueden hacer mejor, yo diría que el país ha tenido una buena política de abastecerse con un número importante de vacunas. Chile cuenta con vacunas de Pfizer, de Sinovac, que de aquí al domingo nos va a proveer de 4 millones de dosis, y la de AstraZeneca otro tanto. Por último, nosotros tenemos algo que está poco visibilizado, que es el Programa Nacional de Inmunización y que tiene toda la infraestructura logística para permitir que esta vacunación sea eficiente. Es la misma logística que tenemos para vacunarnos de la influenza con los Cesfam, con la vacunación en los colegios, todo ese mecanismo está disponible para utilizarlo con esta vacuna también y es lo que han reconocido a nivel latinoamericano.