"Si las maquinarias fueran de las forestales, estaría pasando lo mismo"
Jorge Serón abordó, además, la situación de los incendios forestales. Dijo que la creación de comités, más el trabajo coordinado con Conaf y otros organismos ha ayudado a que la superficie destruida sea menor a la de la temporada anterior.
Según el último reporte de la Corporación Nacional Forestal, Conaf, Biobío acumula esta temporada 1.177 incendios forestales, los que han comprometido una superficie aproximada de 1.281,85 hectáreas. Según las estadísticas de la Corporación, aunque ha habido más emergencias, el área destruida es menor.
Según Jorge Serón, presidente de la Corporación de la Madera, Corma Biobío-Ñuble por varios periodos desde 1997 a la fecha, esto se debe a varios factores, entre ellos la cantidad de recursos disponibles y el trabajo conjunto con diversos organismos del Estado.
"Llevamos un 43% menos de superficie quemada respecto a igual periodo de la temporada anterior y parte de la explicación es que ha habido una mayor focalización en una serie de actividades, como las redes de prevención comunitaria. Hoy existen más de 346 comités de vecinos, sobre 7 mil vecinos que se han organizado en la macrorregión y que han generado una serie de medidas preventivas. Eso, sumado a una cantidad mayor de recursos que ha dispuesto tanto Conaf como las empresas forestales ha permitido tener una mayor eficacia en el control de los incendios", dijo.
-¿Qué más ha ayudado?
-Desde el punto de vista de recursos, sólo de parte de las empresas forestales hay cerca de 60 aeronaves que están combatiendo, donde hay una cantidad importante de estos mega helicópteros que tiran 10 mil litros de agua y conjuntamente se han implementado brigadas de combate nocturno, lo que ha ayudado a dar por finiquitados muchos incendios que se combaten durante el día y que quedaban abandonados durante la noche y al otro día se reactivaban. Si bien es cierto ha aumentado la ocurrencia, la capacidad de gestión, tanto con las redes preventivas comunitarias como la capacidad técnica de los equipos de control, esperamos que nos lleven a tener menores pérdidas.
-Sobre los incendios forestales, ¿estamos en el peak o aún falta?
-El momento más álgido es siempre cuando tenemos los menores contenidos de humedad en el ambiente y eso es fines de febrero, marzo e incluso parte de abril.
-¿Se vio algún cambio en los recursos destinados por el Estado? Con la pandemia se ajustaron los fondos en todos los sectores...
-Efectivamente han existido ajustes, pero ha sido en los periodos de ingreso de los recursos más que estar disminuyendo la cantidad física de recursos de combate, lo cual es muy positivo. Se generó un protocolo de trabajo conjunto que se llama comando unificado, el cual nos está permitiendo apoyar donde Conaf tiene menor presencia y ellos apoyarnos donde nosotros podemos estar más débiles. Parte importante de la eficacia del control proviene de esta capacidad de trabajo agregado.
-El denominado golpe único...
-Y adicionalmente si es que el incendio escala, permite que los recursos queden bajo un solo mando y no como antes, que una parte lo dirigían las empresas forestales, otra Conaf, otra la Onemi. Ahora estos tres actores resuelven como una unidad el incendio.
-¿Cuál es el impacto de un incendio forestal para ustedes?
-Hay dos impactos. El primero es la pérdida económica que se puede estar produciendo para el propietario y la segunda es la pérdida de la oportunidad, porque cuando se afecta una plantación, son 15 o 16 años que se perdieron de crecimiento y las plantaciones son parte de una cadena de suministro de abastecimiento a centros industriales, abastece aserradores, plantas de tableros, industria celulosa. Hay una cantidad importante de trabajo, servicios y personas asociadas que se ven fuertemente afectados en la medida que esto tenga una proporción o tamaño mayor.
-¿Hay alguna cuantificación?
-Las proyecciones nacionales asumen una tasa afectada por incendios, pero el problema más serio es para el particular. Cuando a un pequeño propietario se le quema un bosque, se le quema todo el activo que tenía. Son años de esfuerzo y trabajo. En lo global, es perder activos que se desarrollan en periodos largos de tiempo es muy difícil de recuperar posteriormente.
Violencia rural
-También vemos ataques en esta época en las zonas forestales, que tienen relación con las épocas de cosecha. ¿Cómo ha estado 2020?
-Esto partió hace más de 20 años con el primer atentado. Se ha pasado a llevar el estado de derecho y ha faltado por parte de la autoridad la firmeza para que se ejerza. No es posible permitir que sigan existiendo hechos de violencia, pero también hay que ir a buscar la razón de porqué se está generando esto.
-¿Cree que las empresas forestales tienen parte de responsabilidad en esto que está pasando? Hace varios meses atrás Flor Weisse, que ahora es candidata a gobernadora regional, dijo que las empresas forestales tenían parte de culpa y no la habían asumido.
-Eso es muy confuso, porque un particular no está constitucionalmente facultado para suceder al Estado en decisiones y materias que son del Estado. Estamos frente a actos reivindicatorios que son conflictos de larga data. Las forestales como tales aparecen en los últimos 40 años, pero esto viene de la época de la Conquista. Si la violencia obedece a causas más profundas, como Estado tenemos que ir y ver cómo generamos la condición de habitabilidad y la tranquilidad para que todas las partes puedan convivir en el mismo territorio. Uno no se puede retrotraer a situaciones de 1800 o 1900. Estamos en 2021 y debemos ser capaces de generar los puntos de encuentro. Si esto implica que la sociedad tiene que participar, las forestales son parte de la sociedad y van a participar.
-El cuestionamiento es que las forestales se instalan, extraen los recursos naturales y eso no trae beneficio a las comunidades.
-Si uno mira temas tributarios, ahí hay indudable un desmedro de zonas en relación a otras, porque efectivamente la actividad forestal genera los recursos en las comunas donde están insertas, pero no necesariamente se pagan ahí los impuestos, pero esa es responsabilidad del sistema. El sector forestal contribuye, genera un aporte en empleo, más de 400 mil.
-¿Qué parte sacan de este conflicto? Los ataques normalmente perjudican a los contratistas forestales. A ellos son los que se les queman las máquinas.
-Esa es una focalización. Hoy están atacando la actividad forestal de dos maneras: el ataque en sí y el robo de madera a través de organizaciones que están falsificando papeles para blanquear los robos y ahí están generando un vínculo doble, vía conflicto.
-Es una cadena, pero lo que resulta quemado es propiedad de los contratistas y no de las empresas forestales.
-Ese no es el fondo. Hay una capacidad de gestión de emprendedores en torno a la actividad forestal. Los contratistas forestales no son el tema. Te aseguro que si las maquinarias fueran de las empresas forestales estaría pasando lo mismo.
-A propósito del robo de manera, ¿ha ayudado esta focalización que hizo la Fiscalía de los delitos rurales?
-Esperamos que esta focalización empiece a generar resultados porque hoy es un tema muy fuerte. Tiene que haber un trabajo conjunto entre la Fiscalía, Impuestos Internos y las policías. Esperemos que haya resultados y que el trabajo de la Fiscalía sea productivo.