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El dólar cae fuerte en su primera cotización del año

La divisa estadounidense anotó una fuerte baja debido al optimismo de los mercados por el proceso de vacunación y se acerca a los $700.
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El dólar mantuvo una fuerte caída durante casi toda la sesión de ayer, en medio del optimismo de los mercados por el avance del proceso de vacunación en contra del covid-19. La divisa concluyó la sesión con una baja de $7,20, ubicándose en puntas de $702,80 vendedor y $702,50 comprador. Se trata de su nivel más bajo desde el 30 de julio de 2019, cuando se cotizó en $697,40.

Luis Alberto Reyes, analista de Mercados G, dijo que "las bolsas mundiales y metales industriales comenzaron el año cerca de sus máximos históricos, y comienzan también con tomas de ganancias de los inversionistas, empujando los principales índices a la baja después de que las vacunaciones masivas en el mundo están disminuyendo el riesgo de los mercados".

Sebastián Espinosa, analista de mercados de XTB Latam, sostuvo que "habíamos comentado la semana pasada que esperábamos algunas correcciones, ya que el par de divisas se encuentra técnicamente en niveles de sobreventa. Esto no se ha dado por la gran apreciación del precio del cobre, y las caídas de hoy han acentuado los niveles de sobreventa, por lo que seguimos esperando rebotes alcistas, que pudieran llevar al dólar a cotizar en la zona $705 - $710".

El cobre, en tanto, cerró ayer con una fuerte alza de 2,29% en la Bolsa de Metales de Londres (LME), en su primera cotización del año y sigue mostrando un positivo escenario para la principal exportación chilena.

$7,20 bajó el dólar en la jornada de ayer, ubicándose en puntas de $702.80 vendedor y $702,50 comprador.

Opinión

Inversiones con sentido

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El invertir por estos días no es tarea fácil. Con una bolsa muy volátil, en un período particularmente complejo por la crisis social y la pandemia por el Covid-19, la renta variable no parece ser muy auspiciosa, sobre todo si aún hay factores de incertidumbre que mantienen al mercado muy alerta, como la eventual llegada de una vacuna, la recuperación económica y el proceso de una nueva constitución. Asimismo, el mercado de las divisas, que ha atravesado momentos de buena racha, se ha mantenido volátil y expertos han advertido que no hay suficientes fundamentos que aseguren un buen rendimiento permanente.

Por ello, es importante visibilizar alternativas de inversión que permitan una ganancia menos volátil y provechosa, y que se ajuste a las expectativas y necesidades de cada uno. En ese marco, el crowdfunding o financiamiento colectivo se posiciona como una excelente posibilidad, que además de proveer un retorno atractivo, tiene una doble función porque también puede ayudar a impulsar a las pequeñas y medianas empresas.

En Chile, donde las pymes son el motor de la economía, ocurre una situación muy paradójica, los bancos, en general, les cierran las puertas, limitándoles el acceso a tan necesitados recursos por no cumplir con sus requisitos de riesgos. Es un hecho lamentable pero real, que se evidenció aún más en estos meses de cuarentenas y paralizaciones de actividades, donde muchas quedaron fuera del radar y no les llegó ninguna de las iniciativas que apuntaban a ayudarlas.

Además, a pesar de que hay un gran número de instituciones fintech que estaban dispuestas a ser parte de la solución, eso no fue posible porque el Fondo Crece -medida que fue anunciada hace más de siete meses para otorgarle a esta industria, a través de Corfo, alrededor de US$ 150 millones, para apoyar a 40 mil micro, pequeñas y medianas empresas- recién está avanzando. Hace unas semanas, el Ministerio de Economía publicó su normativa y las bases de licitación están en proceso y manos de la Contraloría. Buena noticia, pero tarde, pues el respaldo económico para los emprendedores se requería en el peak de la crisis sanitaria y probablemente muchas quebraron en el intento.

Así, invertir en crowdfunding y otorgar de liquidez a una industria que puede levantar a las pequeñas y medianas empresas puede representar una buena decisión. Además, tiene un amplio abanico de opciones, por ejemplo, está el factoring, que es a corto plazo, solamente de 30 a 90 días, por lo cual el inversionista mantiene la liquidez y obtiene rentabilidad fija. En ésta, a través del modelo del financiamiento colectivo, se compran facturas, o parte de ellas, emitidas por una pyme, donde es muy importante fijarse en quién es el pagador de la factura, ya que finalmente será dicha empresa la que pagará la cuenta por cobrar y no la pequeña o mediana empresa que emitió el documento.

El leasing es otro de los instrumentos presentes en este tipo de inversión, donde el inversionista compra una propiedad y obtiene un arriendo por ese inmueble, que corresponde a su rentabilidad. Es una inversión un poco más larga, generalmente entre uno y dos años, siendo muy segura porque siempre hay una propiedad que queda a nombre del inversionista, por lo tanto, el riesgo de perder el capital invertido es prácticamente cero. No obstante, hay menor liquidez.

También están los créditos con garantía inmobiliaria o con aval de una SGR (Sociedad de Garantía Recíproca), que están avalados por un certificado de fianza y en caso de que la pyme no pague la deuda, los fondos de la SGR van a cubrir la inversión, con fondos de Corfo.

En el país, tanto como en el mundo, estamos atravesando un escenario bastante incierto y difícil, pero la innovación y el emprendimiento no se detiene. Así lo confirma el crecimiento de 11,5% en la creación de empresas (a través del sistema electrónico) al noveno mes del año en relación al mismo periodo de 2019. Por lo tanto, es relevante y necesario poder asistir y respaldar a las pymes, otorgando financiamiento a las que no logran obtenerlo con las instituciones bancarias. En esa línea, el optar por alternativas como el crowdfunding es invertir con sentido.

Gustavo Ananía, gerente general de RedCapital.cll

El análisis del ministro de Hacienda sobre el indicador de actividad económica

Briones y el primer crecimiento positivo en ocho meses: "No es para saltar en una pata"

El Imacec de noviembre de 2020 registró una variación de 0,3%, empujado por el comercio minorista. Aunque la cifra está muy lejos de la expectativa, el Gobierno señala que va en la línea de la recuperación.
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Por Redacción

La economía chilena registró en noviembre un crecimiento del 0,3%, la primera cifra positiva tras ocho meses consecutivos de caída por las restricciones impuestas por la pandemia del covid-19, informó el Banco Central.

El alza en el índice mensual de actividad económica (Imacec), que reúne al 91% de los bienes y servicios del producto interior bruto (PIB), fue además menor a la esperada por los mercados, que se mostraban optimistas y proyectaban un crecimiento interanual superior al 1%.

Los resultados se enmarcan en un contexto de plena apertura económica que el país vivió en noviembre, después de tres meses de retroceso de la pandemia y levantamiento de restricciones sanitarias, tras las cuales comenzó a reactivarse la crisis con un leve aumento de casos en la capital hasta el aceleramiento detectado a partir de diciembre último.

"La serie desestacionalizada aumentó 1,1% respecto del mes precedente y cayó 0,3% en doce meses", explicó el ente emisor.

Según el Banco Central, el crecimiento del Imacec se explica por un fuerte alza en el comercio, del 15,3%, que fue compensada por una disminución en la producción de bienes, que cayó un 1,3%, y un retroceso del sector servicios, que cayó un 2,3%.

DINAMISMO DEL COMERCIO

"El crecimiento de la actividad comercial fue impulsado por todos sus componentes, siendo el comercio minorista el de mayor dinamismo", agregó la institución.

Desde la llegada de la pandemia, en marzo, las restricciones sanitarias provocaron ocho meses consecutivos de receso y un desplome histórico en mayo, del 15,3 %, tras el cual la economía se fue recuperando y registró su primera caída de una sola cifra en septiembre, del 5,3%.

Sobre la poderosa industria de la minería de Chile, el primer productor mundial de cobre, el Banco Central señaló una caída del 1,1% y una tasa de variación desestacionalizada del -2%.

La minería ha mantenido las operaciones pese a la pandemia y se ha convertido en un sector clave en la fuertemente golpeada economía chilena, mellada por las restricciones sanitarias impuestas para combatir el coronavirus.

La pandemia, que ya deja más de 620.000 contagios totales desde marzo y cerca de 17.000 muertes, provocó una caída del PIB chileno en el segundo trimestre del 14,1% -la mayor desde 1986- y del 9,1% en los siguientes tres meses.

El Banco Central prevé que la economía chilena se contraerá entre 5,7% y 6,2% en 2020, pero apunta a un crecimiento de entre 5,5% y 6,5% para el recién iniciado 2021.

En diciembre, el país experimentó un repunte de contagios de covid-19 que obligó a las autoridades a decretar cuarentena los fines de semana en la capital, una situación que añade incertidumbre a las proyecciones económicas del último mes del año.

EVALUACIÓN

Mientras el ministro de Economía, Lucas Palacios, definió el Imacec como una "muy buena noticia, su par de Hacienda, Ignacio Briones, dijo en Radio Cooperativa que "es bueno para el ánimo partir el año con un número azul", pero luego matizó sus dichos.

"Siempre es una buena noticia tener un número azul, aunque sea chiquitito. Nosotros habíamos adelantado que el segundo trimestre iba a ser horrible, el tercer trimestre negativo todavía pero mejor que el anterior y que las primeras cifras azul las veríamos en el cuarto (trimestre), así que creo que esto va en la línea con eso", agregó el ministro.

Briones dijo que "la cifra da cuenta de lo que nos queda por delante también y que tenemos un desafío enorme, porque aquí no es para estar saltando en una pata, esta es una cifra positiva, pero ligeramente positiva, que tiene una base de comparación del año anterior que era mala".

El secretario de Estado dijo que esta cifra "va en la línea correcta, va en lo que hemos visto en los últimos meses, una economía que va de menos a más, con una tendencia al alza, eso es lo positivo".


GRANDESDOLORES

Consultado Briones sobre el Indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE) de enero, que retrocedió hasta los 48 puntos (6,16 menos que el mes anterior), el ministro mencionó que "uno tiene que ser realistamente optimista y creo que hay elementos que nos permiten estar confiados en que este año debiera ser un año mucho mejor, es un año de recuperación en muchos aspectos, no soslayando los tremendos desafíos que tenemos por delante. Tenemos dolores importantes en muchas empresas, hay muchas empresas que van a quedar en el camino y otras que ya han quedado, nosotros seguiremos haciendo nuestros máximos esfuerzos entregando mecanismos inéditos, de compensar, aplacar esos problemas".

5,7% a 6,2% de contracción es lo que proyecta el Banco Central para la economía chilena en todo el 2020.

6,16 puntos retrocedió para este mes el indicador de confianza empresarial, si se compara con diciembre.