Si bien Florida hoy se encuentra en Fase 3 del Plan Paso a Paso -lo que da mayor libertad de movilización a sus habitantes- las delegadas encargadas de la Escuela Básica F-634 y el Liceo Luis de Álava expusieron una percepción más bien negativa en cuanto a la participación, sobre todo en relación a procesos electorales anteriores.

"Ha sido bajo, y yo creo que por el temor al covid-19 (…) Además, a la gente del campo igual le cuesta llegar", planteó Ruth Bustos, responsable del recinto primario. En tanto, su colega Carmen Arriagada sostuvo que en horas de la mañana "fueron pocos los votantes que se acercaron hasta las urnas". Eso sí, explicó que en la tarde se comenzó a evidenciar un poco más de fluidez, aunque nunca al punto de generar las filas que se registraron en otras comunas. Esta opinión también fue compartida por el alcalde Jorge Roa.

Más allá de esto, uno de los hechos destacables de la jornada estuvo relacionado a la participación de Fernando Rojas, campesino floridano de 83 años (en la foto) que, pese al riesgo de infectarse de covid-19 y a las várices que afectan sus piernas, igualmente quiso estar presente: "Uno siempre tiene la confianza de que el país se puede arreglar un poco más. Por eso conviene votar".

El plebiscito histórico desarrollado en la jornada de ayer dejó varias historias, como la del cabo segundo de la Armada, Luis Véjar, quien cumplió la labor de proteger el local de votación en la escuela Thompson Matthews en Lota.

Producto de esta función no pudo celebrar su cumpleaños. Sin embargo, su esposa no quiso que este día pasara inadvertido y lo sorprendió con el envío de una canasta de regalo que contenía varios productos para tener una breve celebración en el día extenso que les tocó cumplir.

"Hoy es un hecho histórico y a nosotros nos tocó trabajar, por lo que no pude estar con la familia. Es un regalo que me hizo llegar mi esposa. Ahora lo compartiré con el resto de mi familia, que son mi compañeros", contó el uniformado.

Véjar sostuvo además que sabía que iba a ser una jornada larga, pero que iban a trabajar para que todo se desarrollara con la normalidad que debe existir en este proceso democrático.

En la jornada de ayer una importante cantidad de personas llegó a votar, por lo que la labor que ejercieron los diversos uniformados, facilitadores y otros que ejercieron labores el plebiscito, fue vital para orientar a las personas que iban a votar.

Alejandro Pizarro vive en Viena desde 2015. Contó que ya había participado de un proceso electoral a distancia, pues votó para las presidenciales en Austria. El panorama, aclaró, ahora fue muy diferente: "Las presidenciales fueron un proceso bastante rápido. Ahora llevo más de tres horas y media de espera".

Pizarro mencionó que como el proceso actual es muy importante optó por esperar su turno en la única mesa habilitada para sufragar en la capital austriaca.

"Me parece muy valorable que podamos votar, porque estos votos que hoy se están recolectando se suman a la cuenta final, es importante que podamos expresar nuestra opinión aunque no vivamos en Chile", planteó.

La importancia del plebiscito llevó a Carolina Aguayo a recorrer 460 kilómetros, en un viaje de cinco horas, para llegar a Viena desde Lienz, donde vive hace 13 años. "Estoy viviendo este proceso con harta emoción. No nos incumbe sólo a nosotros, sino a las familias. Vale la pena hacer el esfuerzo de venir a votar", mencionó.

Agregó que la posibilidad de elaborar una nueva Constitución "es un cambio bastante importante para todos, para las futuras generaciones y también para nuestros padres, abuelos, que han luchado para tener mejorías en el país. Lo que pasó en el último tiempo fue lo que rebalsó el vaso de lo que estaba pasando hace tiempo".

Según la penquista, que uno esté fuera no significa restarse del proceso. "Aunque estés lejos a miles de kilómetros no dejas de sentir, sufrir, de estar con tus seres queridos y no sabemos qué va a pasar mañana, si en algún momento volveré a mi país. Estamos construyendo un futuro mejor para todos", cerró.

Alejandra Cortez, ese es el nombre de la religiosa que protagonizó ayer uno de los hechos más llamativos de la histórica jornada. A las 7.30 horas, la hermana de la Congregación María Inmaculada llegó hasta el Liceo Experimental de Concepción para ofrecerse voluntariamente como vocal de mesa. Lo hizo con una mascarilla del club Universidad de Chile.

Si bien votaba en otra mesa, Alejandra Cortez le expresó a la delegada del local su intención de ser protagonista del proceso. Justo en la mesa 147 faltaba un vocal para constituirse y a eso de las 9 horas, fue designada ahí.

Desde allí pudo observar la fluidez del proceso y recibir los comentarios positivos de los electores que durante el día conocieron su caso a través de los medios de comunicación de la zona.

"Yo estuve fuera de Chile más de 20 años y regresé justo para el estallido social. He visto lo que ha pasado en el país y la situación de la gente. Uno tiene que estar con el pueblo y esta es una manera de participar y estar presente en un momento tan importante", puntualizó la hermana.

Sobre su participación expresó que "para mí esto es normal, pero a veces la gente tiene la idea de que las religiosas no participamos en la vida del país, o que solo nos limitamos a votar. Al contrario, a mí me interesa mucho lo que ocurre".

Esos sí, tras ser incluida en la mesa, la religiosa debió cambiar su mascarilla "bullanguera" por la entregada por Servel.

Los 15° Celsius, el día soleado y temperado llevaron a los votantes a aprovechar de pasear después de ejercer su deber ciudadano. Es así que en la Plaza de la Independencia de Concepción se vio a decenas de personas instaladas en el pasto, principalmente parejas o padres con hijos pequeños, o en la pileta. Algunos disfrutaban del sol y otros de un cono de helado adquirido en el tradicional local ubicado frente a la plaza, por calle Aníbal Pinto. También había jóvenes consumiendo comida chatarra. Esta escena se repitió en otros espacios públicos, como el Parque Ecuador.

La situación, postal de un tradicional domingo, en este caso revistió un incumplimiento de la normativa. Primero, de quienes se retiraron la mascarilla para consumir sus alimentos y segundo, porque Concepción se encuentra con cuarentena los fines de semana, lo que implica que las personas no pueden salir a pasear.

Los colegios San Agustín, San Pedro Nolasco y La Providencia fueron algunos de los recintos del centro de Concepción que tuvieron una sostenida concurrencia. A eso del mediodía se observaron filas que ocupaban varias cuadras.

Hubo gente que, al percatarse de la gran demanda por sufragar, optó por retirarse.

Por ejemplo, a eso del mediodía, en La Providencia la fila partía en calle O'Higgins, casi legando a la esquina de Lautaro. La entrada estaba en Lautaro con Barros Arana, así que la cola cubría casi tres cuadras. No obstante, avanzaba rápido así que nadie esperó más de media hora para ejercer su derecho ciudadano.

En el colegio San Agustín, ubicado en calle Tucapel, ocurrió algo similar y en el mismo horario. La aglomeración hizo que, incluso, la fila diera la vuelta a la manzana los votantes tuvieran que acomodarse hacia la calle para no chocar con las otras personas.

Otros de los recintos donde se vieron filas de esta magnitud fueron el Instituto de Humanidades y el Liceo Experimental. En este último, incluso, las filas se mantuvieron durante todo el día, como ratificó la delegada del local, Gabriela Figueroa.

"En este local son 22 mesas y se confirmaron casi inmediatamente 20 mesas. No hemos tenido inconvenientes, una persona que se tuvo que ir a otro lado porque la habían cambiado (...) Todo el día ha estado continuamente con gente. Salí dos veces, una a ver cómo estaban lo adultos mayores y vi que la fila de este local da la vuelta a la manzana, pero me di cuenta que en muchos locales pasaba lo mismo, así que qué bueno que la gente se manifieste y dé su voto", expuso Figueroa.

Uno de los frentes de mal tiempo del año pasado generó estragos en el Liceo de Niñas. El establecimiento está en reparaciones y eso llevó a ubicar las 21 mesas que funcionaron en el recinto penquista en el segundo y tercer piso.

Indra Yáñez, delegada del local, contó que "lamentablemente este año tuvimos que instalarlas en el segundo y tercer piso (las mesas) porque este liceo sufrió daños con el temporal del año pasado y se destruyó gran parte del colegio, que está en reparación, lo que ha generado inconvenientes porque este local tiene hartos votantes de la tercera edad".

Mencionó que de acuerdo al protocolo, esta situación se resolvió de la siguiente forma: "En situaciones en que el adulto mayor o alguien con discapacidad no puede subir escaleras, el presidente de mesa se constituye en el primer piso con el secretario y el padrón y hacen el proceso".

Eso es lo que tuvo que hacer Cristóbal Castro, presidente de la mesa 13 M, ubicada en el tercer piso. Contó que pasadas las 11 horas tuvo que bajar con las urnas y los registros para atender a tres adultos mayores que tenían complicaciones para llegar a la sala habilitada para sufragar.

Vanesa Parada, jefa de gestión de riesgo de la Cruz Roja, detalló sobre el trabajo hecho en el local que se instalaron a las 8 de la mañana y de acuerdo a lo observado, votó harta gente durante la mañana. "Estamos apoyando a los adultos mayores, controlando la presión, signos vitales y aplicando alcohol gel porque estamos en una condición sanitaria distinta. También nos estamos asegurando que la gente use su mascarilla y mantenga la distancia social", detalló. Afirmó que no se registraron problemas de salud.