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Aseguran que no existe evidencia de su efectividad

Inmunidad de rebaño, "falacia peligrosa" para 80 científicos

Grupo de 80 expertos envió carta abierta en la que señala que apostar por esta estrategia puede derivar en años de contagios de covid-19.
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Por Agencias

Las estrategias de salud pública que confían en la inmunidad de grupo para combatir la pandemia de covid-19 son una "falacia peligrosa", alertó un grupo de 80 científicos internacionales en una carta abierta que publicó la revista "The Lancet".

Permitir que el virus se extienda entre los sectores de población con menos factores de riesgo, mientras se protege a las personas más vulnerables, es una vía que "no está respaldada por la evidencia científica", advierten los investigadores.

"Las pruebas son muy claras: controlar los contagios comunitarios de covid-19 es el mejor modo de proteger nuestras sociedades y economías, hasta que en los próximos meses lleguen vacunas y métodos terapéuticos efectivos", consideran los firmantes del texto, entre los que se cuentan expertos en salud pública, epidemiología, pediatría, sociología y virología, entre otras disciplinas.

DESCONTROL EN JÓVENES

En el texto subrayan que todavía no está claro cuánto tiempo se mantiene la inmunidad contra el coronavirus tras haber superado la enfermedad, y tampoco se comprende por completo quién puede sufrir secuelas a largo plazo.

Apostar por la inmunidad de grupo, argumentan, puede llevar a una serie de nuevas oleadas de la pandemia durante varios años y abocar a la población vulnerable a una situación de riesgo durante un tiempo indefinido.

La experiencia que ya se ha obtenido durante la primera ola sugiere que es "prácticamente imposible y muy poco ético aislar a grandes franjas de la sociedad", sostienen los investigadores, que creen que una transmisión descontrolada entre los jóvenes dispara el riesgo para el resto de la población.

Los autores de la carta admiten que las restricciones de los últimos meses en numerosos países han provocado una "desmoralización y pérdida de confianza" entre los ciudadanos, lo que ha llevado a algunos gobiernos a evaluar la posibilidad de relajar las medidas durante la segunda ola, pero recalcan que es imprescindible controlar los contagios "con urgencia".

CARGA SANITARIA

La carta en "The Lancet" advierte asimismo que la falta de medidas de contención de los contagios puede poner en peligro la capacidad de los sistemas sanitarios.

Esa estrategia supone, además, "una carga inaceptable para los trabajadores de la sanidad, muchos de los cuales han muerto por covid-19 o bien han sufrido un trauma como resultado de haberse visto obligados a practicar una medicina de catástrofes".

"Es necesario implementar medidas efectivas que supriman y controlen la transmisión (del virus), y deben ir acompañadas de programadas financieros y sociales" que amortigüen las consecuencias negativas de esas restricciones, en particular para las capas de población más vulnerables.

FAUCI SESUMA

El doctor Anthony Fauci respaldó ayer la declaración del grupo de científicos.

Fauci dijo que la idea de que una enfermedad dejará de propagarse una vez que casi todos la hayan contraído, es una "tontería total".

El principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos declaró en el programa "Good Morning America" de la cadena ABC que "si hablas con alguien que tenga experiencia en epidemiología y enfermedades infecciosas, te dirá que eso es arriesgado y terminarás con muchas más infecciones en personas vulnerables, lo que conducirá a hospitalizaciones y muerte".

Principales dirigentes fueron detenidos

Manifestantes desafían estado de emergencia en Tailandia

Movilizaciones encabezadas por estudiantes exigen que se limite el poder del Ejército y la monarquía.
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Miles de manifestantes desafiaron ayer el estado de emergencia declarado por el Gobierno tailandés en la madrugada después de que durante las protestas del miércoles el convoy de la reina Suthida quedara prácticamente paralizado entre gritos de los asistentes, un desafío inédito en el país regido por la monarquía.

"Liberad a nuestros amigos" o "fuera Tu" (apodo del primer ministro, Prayut Chan-ocha) eran algunas de las frases coreadas por los manifestantes antigubernamentales rodeados por varios cientos de policías en Ratchaprasong, un área de lujosos centros comerciales y hoteles de Bangkok.

En desafío al estado de emergencia, que prohíbe reuniones de más de cinco personas, los primeros manifestantes llegaron por la tarde a la concurrida zona, pero fueron rodeados rápidamente por un cordón policial.

La protesta se fortaleció con la llegada de uno de los líderes estudiantiles que aún no ha sido detenido, el carismático Panupong "Mike" Jadnok, que comenzó a alentar a la muchedumbre hasta romper el cordón policial y ocupar el cruce, situado cerca del cuartel general de la Policía. Esta misma esquina fue ocupada hace diez años por los manifestantes conocidos como los "camisas rojas" en una protesta que terminó violentamente y con decenas de muertos tras la intervención del Ejército.

MEDIDAS URGENTES

Las autoridades decretaron el "estado de emergencia grave" hacia las 04.00 de la madrugada y disolvieron la manifestación pacífica que cercaba la sede del Ejecutivo.

"Es extremadamente necesario introducir medidas urgentes para poner fin a la situación de manera efectiva e inmediata para mantener la paz y el orden", apunta la orden gubernamental, que además prohíbe la publicación de noticias que puedan dañar la seguridad nacional.

La policía, que previamente matizó que sólo quedan prohibidas las reuniones de carácter político, informó en una rueda de prensa que han detenido a 22 manifestantes, al menos cuatro de ellos líderes de las protestas, durante los operativos para dispersar a la multitud.

En el perfil de Facebook del abogado Anon Nampa, uno de los cabecillas arrestados, se denunció que temen por la seguridad de este al ser forzado por las autoridades a montar en un helicóptero con destino a Chiang Mai (Norte).

LIMITAR LA MONARQUÍA

Decenas de miles de manifestantes prodemocráticos salieron el miércoles a las calles del casco histórico de Bangkok para pedir la dimisión del Gobierno y reformas para limitar el poder de los militares y de la monarquía, este último un tema muy controvertido en el país.

La protesta, que coincidió con el aniversario de la revolución estudiantil de 1973, fue pacífica y registró un gesto inédito de rebeldía cuando los manifestantes lanzaron gritos de protesta al paso de la caravana de coches donde viajaban la reina Suthida y el príncipe heredero Dipangkorn. En un primer momento se pensó que también iba el rey Vajiralongkorn, pero luego fue desmentido.

La imagen de este cara a cara contrasta con el pasado reciente, cuando los tailandeses se arrodillaban ante el paso de la caravana real.

El líder de la plataforma opositora Progressive Movement, vinculada al ilegalizado partido Future Forward, Thanathorn Juangroongruangkit, calificó de infundadas las razones de las autoridades al declarar el estado de emergencia y argumentó que las manifestaciones han discurrido sin violencia.