Mari Silva: una propuesta que busca lugar en la ciudad del rock
Con 22 años, la artista penquista es muy crítica en relación al estereotipo del trap y la falta de mujeres en los diversos espacios relacionados con el estilo. "Mi problema es que a las mujeres no se les incluye y no sé por qué", se pregunta.
Con un proyecto que inició formalmente a fines de 2018, lanzando su primer material en solitario el segundo semestre del año pasado, la música de Mari Silva transita entre los ritmos urbanos y letras absolutamente personales.
Acotando una primera experiencia en escenarios el pasado 28 de diciembre, el Festival Trap x Chile en San Pedro de la Paz e invitada por su amigo Taez, la cantante fue una de las tres mujeres invitadas al evento. "Para mí fue súper cuático, ya que en la música urbana no hay mucha representación femenina", comenta.
Con sonidos marcadamente urbanos, de acuerdo a la penquista, no le gusta la música típica urbana. "Encuentro que el trap está demasiado dominado por los hombres, por letras súper superficiales de plata, de putas, de la calle y eso no me gusta. Prefiero transmitir sentimientos, lo que me pasa en la cabeza, mis emociones, lo que vivo. Para mí la música es un escape", enfatiza a sus 22 años.
"Siempre me ha gustado escuchar música, para no sentirme sola. La letra me transmite y me hace sentir acompañada, eso me gusta. Busco que la gente se sienta así cuando escucha mi música", asegura la cantante, tomando cierta distancia del género.
NO TODO ES FELIZ
El interés musical de Silva parte en su etapa escolar en el Colegio Alemán de Concepción, entre 2010 y 2015, como parte un taller extraprogramático "Musical".
"Escribíamos nuestros propios diálogos, letras y ahí comenzó mi interés en la música. Hacíamos todo con la ayuda del profesor. Empecé a darme cuenta que uno, a través de la música, habla", indica.
Pese a caber dentro del género urbano, asegura que trata de acoplarse a diversos estilos. "Si me invitan a hacer un trap, lo hago, un reggaetón, un r&b, electrónica o house, trató de hacer todo. También me gustaría hacer rock".
Con los singles "Sensualidad", lanzado en octubre pasado, y "Toy sufriendo un pokito", presentado en agosto, además de algunas colaboraciones con otros artistas, Silva reafirma en cada una de sus canciones el carácter personal y vivencial de sus letras.
"Escribo letras más o menos tristes, porque la tristeza no es bonita para el cuerpo y hay que expulsarla. No así la felicidad, que nutre al cuerpo, la tristeza y la rabia son los sentimientos que representan mis canciones", explica.
En lo sonoro y estético, se nutre de artistas como la estadounidense Alina Baraz, las argentinas Nicki Nicole y Cazzu, y el canadiense The Weeknd. "Veo su música, estética, les escucho todo y digo a eso quiero llegar", afirma.
- Lanzaste un single hace poco, ¿en qué estás trabajando hoy?
- Con Masala (productor) queremos sacar un tema que se llama "Like floating", pero aún no sabemos cuándo, porque con la cuarentena está un poco difícil. Estamos con él también trabajando en un EP, que soltaremos en 2021.
- ¿Lo trabajarán en el momento o tienes algo ya pensado?
- Las canciones las tenemos escritas, hay que grabarlas, producirlas y ver la estética. Son cuatro temas.
- La cuarentena te ha servido para escribir, inspirarte…
- Fluctúa. Al principio de la pandemia terminé una relación muy larga, de casi cuatro años, y el estar encerrada, me impulsó a escribir las canciones del EP. No fue la cuarentena, sino el hecho de querer exteriorizar lo negativo de terminar una relación. Hay días que escribo tres canciones y semanas o meses en que no hago nada. Dependo mucho de mi ánimo.