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-¿Influirá en su decisión a la candidatura el resultado del plebiscito de octubre?
-No, no tiene nada que ver. Al final, cualquiera que sea el resultado del plebiscito, nosotros tenemos que realizar correcciones al modelo, correcciones a la Constitución, eso de todos modos. O sea, eso es algo que viene dado y el que así no lo entiende, es porque no entiende lo que está sucediendo con nuestro país.
-¿Qué evaluación tiene usted de la centroderecha? ¿Cree posible mantener la existencia de Chile Vamos?
-Pienso que Chile Vamos probablemente se va a unir muy fuertemente después del plebiscito. Hay personas de Chile Vamos que votan por el Apruebo y otras que votan por el Rechazo, pero supongo que todos tienen un modelo, o sea, tienen en la cabeza, qué es lo que debiera ser la Constitución. Perdón, el modelo que tienen en la cabeza de qué es lo que debiera decir la Constitución, creo que no varía mucho. Considero que la centroderecha y Chile Vamos se van a unir mucho tras el plebiscito y me parece muy bien que así sea. No me cabe duda que podemos seguir siendo coalición.
-¿Cuáles serían las tres principales propuestas hacia el país en una eventual campaña suya?
-Primero, igualdad de verdad entre mujeres y hombres, no meras declaraciones. Eso significa, por ejemplo, que hay que tener planes de igualdad en las empresas, en los ministerios, en los distintos servicios públicos. Se tiene que ver cómo andamos: ¿Acá las mujeres tienen los puestos bajos y mal pagados y los hombres los altos y bien pagados, o estamos más o menos equiparados? ¿Por qué en la Contraloría nunca, en la historia de la Contraloría, ha habido una mujer contralora? ¿Por qué son tan pocas entre los ministros de la Corte Suprema y cómo vamos a ir arreglando eso? Ministra de Hacienda y ministra del Interior no hemos tenido nunca. Yo trabajo mucho con mujeres, sé que son igualmente capaces que los hombres y siento que ya realmente no es sostenible, no podemos tolerar que a igual trabajo a las mujeres les paguen menos que a los hombres. Así que ahí hay medidas muy concretas que realizar y eso, además, creo que debe estar en la Constitución. Pero estoy hablando de una igualdad objetiva, de una igualdad de verdad, no de una igualdad meramente declarativa. O sea, con acciones positivas, en el fondo con discriminación positiva hacia la mujer.
-¿Y las otras dos?
-Lo segundo. Realmente nosotros no podemos seguir tolerando el grado de corrupción y de abusos que hay en Chile. Eso significa tener todo un sistema judicial muchísimo más independiente del que tenemos hasta ahora. Yo le digo, por ejemplo, un fiscal regional que aspira a ser fiscal nacional y que sabe que al fiscal nacional lo propone el Presidente de la República, pero después tiene que ser ratificado por el Senado, ¿qué es lo que va a hacer un fiscal regional que tiene esas aspiraciones, cuando le llega un caso de corrupción política, sabiendo que si se mete en serio en eso después lo veten para ser fiscal nacional? Lo mismo con un ministro de la Corte de Apelaciones, que a lo mejor tiene intenciones de llegar a la Corte Suprema, como culminación de su carrera, y que tiene que votar, por ejemplo, el desafuero de un parlamentario. Entonces yo voy a proponer un sistema totalmente distinto de nominación, tanto del Contralor de la República (que además no creo que tenga por qué ser una sola persona, sino un directorio de cinco, como en el Banco Central), como de los ministros de la Corte de Apelaciones y de la Corte Suprema; y una forma distinta de nombrar al fiscal nacional. Necesitamos con urgencia un sistema judicial, un Poder Judicial, mucho más independiente del que tenemos hoy en día, porque con estos niveles de corrupción y de abusos, nuestra sociedad no es viable.
Lo tercero, naturalmente, es ocuparse de una mucha mayor equidad entre todas las regiones y entre todas las comunas. Claro, la gente ve cómo las comunas más ricas podemos hacer cosas muy lindas y le empiezan a pedir lo mismo a su alcalde. Y la mayoría de los alcaldes no tienen los medios para hacer ni la mitad, ni la cuarta parte, ni siquiera la décima parte. Necesitamos mucha mayor equidad territorial, tanto entre regiones como entre comunas. Pero al mismo tiempo necesitamos mucha mayor supervisión, porque también en un municipio se da la corrupción. A mayor dinero que se maneja, tiene que haber una mucha mayor supervisión, tanto de los gobiernos regionales como de los gobiernos comunales.
-¿Y alguna medida en cuanto a la economía?
-En materia económica obviamente que la tarea va a ser empleos y remuneraciones, esa va a ser la principal tarea y lo más probables es que vamos a necesitar mayores ingresos vía impuestos.
-¿Qué le parece que regresen al sector nombres como Pablo Longueira y Carlos Larraín? ¿Son necesarios nuevos liderazgos?
-Yo siempre he estado a favor de una mezcla de personas con mucha experiencia y de liderazgos jóvenes y lo que yo siempre echo de menos es que los que tenemos mayor experiencia les demos espacio a los más jóvenes, pero lo ideal es que puedan ir aprendiendo unos de otros. Por ejemplo, las personas con mayor experiencia muchas veces ya no están tan conectadas con el Chile más moderno, con lo que está pasando hoy día con la juventud y, al mismo tiempo, la gente más joven tiene mucho que aprender de cómo resolver conflictos y de cómo enfrentar crisis. Por lo tanto, yo siempre he sentido que lo ideal para un partido, lo ideal para un país, lo ideal en un ministerio, lo ideal en todo, es una mezcla de gente que piense distinto, que tenga distintos tipos y grados de experiencia. Pero insisto en que hay que darle espacio a la gente joven, porque esto de tomar decisiones es un oficio, es un oficio que se aprende haciendo, donde uno se va a caer diez veces, pero a lo mejor uno evita alguna de las caídas cuando está trabajando en forma conjunta con gente que tiene mayor experiencia.