Fiscalización de las clases a distancia
La Superintendencia de Educación Superior ha dado a conocer resultados generales de un plan de fiscalización que realizó a 45 instituciones de educación superior, respecto a la entrega del servicio educativo a distancia durante la pandemia. La crisis sanitaria obligó a poner en marcha la teleducación, que ha permitido que en los establecimientos hayan continuado las clases en estos seis meses, aunque la manera en que se enseña ha cambiado radicalmente. Los profesores han incorporado herramientas nuevas en sus clases, posiblemente por primera vez, y los estudiantes experimentan nuevos métodos de aprendizaje desde sus casas.
La inspección de la Superintendencia contempló a 15 universidades, 15 institutos profesionales y 15 centros de formación técnica, seleccionados según criterios fijados por la entidad fiscalizadora. Se concluyó que el 78% de los planteles cumple los mínimos exigidos, mientras que 10 instituciones no los alcanzaron. De las 45 entidades fiscalizadas, 35 superaron el mínimo establecido en el plan, con medidas en el ámbito de la gestión académica y administrativa, para el tránsito de las clases presenciales a una modalidad a distancia. El superintendente Jorge Avilés ha señalado que los planteles que superaron este mínimo están entregando una instrucción de calidad, equivalente a la que impartían antes de la pandemia. Otras 10 instituciones -que no fueron especificadas en el informe- no lograron superar el mínimo, lo que representa el 22,2% de los establecimientos fiscalizados, e involucran a 8.020 estudiantes, por lo que a cinco se les notificó que deberán adoptar medidas en el corto plazo para superar las brechas de incumplimiento, mientras a los cinco restantes, de menor cumplimiento, se les aplicará un procedimiento sancionatorio, que podría terminar en multas de hasta 10 mil UTM, poco más de 500 millones de pesos.
Se calcula que más de 1.500 millones de estudiantes de todo el mundo se encuentran en casa debido a la contingencia del covid-19 y los países afrontan un escenario sin precedentes, por los colegios y universidades físicamente cerrados. Sin embargo, de a poco se ha ido recomponiendo el tejido social de la comunidad educativa. La crisis ha permitido valorar la importancia de Internet en el teletrabajo y la teleeducación. Esto ha permitido que en los establecimientos hayan continuado las clases a distancia, aunque es evidente que nunca igualarán a la interacción de la clase presencial. Ya las universidades habían plantearon hace algunos años las posibilidades de adoptarlas, pero avanzaron poco hasta que la crisis sanitaria y la necesidad de que las personas se quedaran en sus casas obligaron a su aplicación acelerada.
Un estudio de Microsoft Educación recopiló datos de integrantes de la comunidad académica de todo el mundo, sobre las lecciones que ha dejado la enseñanza a distancia: el 61% espera que, como consecuencia de la pandemia, las próximas clases sean en un entorno de aprendizaje híbrido (una combinación de aprendizaje a distancia y presencial) y el 87% espera utilizar la tecnología más que antes una vez que reinicien las clases en las aulas físicas. Más de la mitad comentó que promover la interacción digital de los estudiantes y fomentar la participación de éstos son los retos más difíciles que se han debido enfrentar durante el aprendizaje a distancia.
Desde luego que éste no será un período escolar normal, por la pandemia que afecta al mundo. A medida que pasaron los meses, las universidades y los colegios se han ido adaptando a la modalidad de educación a distancia. Hay que entender que se ha tratado de una situación de emergencia ante la cual los países en general no estaban preparados. Sin embargo, la teleducación no es comparable con las clases presenciales, por lo que al menos todos los estamentos deberían mostrar una disposición a conversar el tema, para estar preparado cuando estén dadas las condiciones para reabrir los establecimientos.
De las 45 entidades fiscalizadas, 35 superaron el mínimo establecido en el plan, con medidas en el ámbito de la gestión académica y administrativa, para el tránsito de las clases presenciales a una modalidad a distancia. Otras 10 instituciones -que no fueron especificadas- no lograron superar el mínimo.