Impacto socioeconómico de la pandemia
Preocupantes resultados que llaman la atención, pero también obligan a asumir la situación con una amplia responsabilidad, arrojó la Encuesta Social Covid-19, aplicada en julio con el fin de dimensionar el impacto socioeconómico de la pandemia en los hogares chilenos. El instrumento fue desarrollado por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Entre las conclusiones, se cuenta que si antes de la pandemia el 16,5% de los hogares declaraba que su ingreso "no les alcanzaba" para financiar sus gastos, durante la emergencia ese porcentaje subió a 48,8%. Además, un 59,4% de los hogares declaró haber disminuido sus ingresos totales durante la emergencia sanitaria que vive el país.
Un dato adicional que debe preocupar en forma particular es que el 40% de los consultados señaló que endeudó (pidió préstamo o crédito a un banco u otra entidad financiera, a familiares, amigos, vecinos o conocidos, retiró dinero de una tarjeta de crédito o de casa comercial o usó una línea de crédito). Los quintiles de menores ingresos tienen el mayor uso de préstamos de familiares o de conocidos (35,5% en quintil 1 y 38,5% en el 2), los medios arrojan el mayor uso de tarjetas de crédito (16% en quintil 3 y 18,1% en el 4) y el quinto tiene la mayor proporción de hogares que pidió crédito a casas financieras (13%).
Es sabido que en la gran mayoría de los casos, esta situación se ha agravado debido a la pérdida de empleo de algunos de los integrantes de las familias. De hecho, en el 38,4% de los hogares bajó el número de personas ocupadas. Por esto, en la pandemia, el 27,4% de los hogares encuestados no tenía a ninguno de sus integrantes ocupado, mientras que antes de la pandemia, esta proporción era de 13,9%.
En relación a las estrategias para reducir los gastos, destaca la disminución de gastos en alimentación (54,6%) y la interrupción en el pago de servicios básicos como agua, gas, luz y teléfono (44,1%). En tanto, el 27,2% de los hogares ha suspendido o postergado consultas de salud al reducir gastos en ese campo. El 42,3% de los hogares dijo haber recibido ayudas en bienes o dinero del Gobierno y/o o de municipios; en los hogares del primer quintil, ese porcentaje es 58%, y en los del segundo, 54,6%.
Sobre los efectos de la crisis en la calidad de vida de los hogares, el 65,6% postergó tratamientos de salud en la emergencia (43,2% dentro de esa proporción, por temor a contagiarse), el 19,4% enfrenta problemas de inseguridad alimentaria y el 21,4% presenta un nivel moderado o severo de ansiedad y/o depresión.
Que la mayor reducción de gastos en el periodo asociado a la pandemia se dé en los sectores de la alimentación y tratamientos de salud es, sin duda, un dato muy preocupante, que obligará a intensificar el análisis de cómo se hará frente a las consecuencias de aquello para el futuro. Una vez que se supere la fase más crítica de la pandemia y se comiencen a retomar las actividades, habrá que pensar en planes especiales de atención y monitoreo, especialmente de la población más joven y los adultos mayores, para establecer la dimensión del impacto de esta situación en el estado general de salud de las personas.
Además, es bien sabido que en el Chile previo a la pandemia los indicadores del nivel de deuda de los hogares ya estaban muy altos, lo cual se verá fuertemente incrementado a partir de la emergencia y sus desastrosas consecuencias económicas.
Por eso, junto con mantener las medidas de apoyo a los más necesitados, se requiere de la responsabilidad de aquellos que pueden hacer un esfuerzo de austeridad y evitar endeudarse más allá de lo estrictamente necesario para hacer frente a este complejo momento.
Que la mayor reducción de gastos en el periodo asociado a la pandemia se dé en los sectores de la alimentación y tratamientos de salud es, sin duda, un dato muy preocupante, que obligará a intensificar el análisis de cómo se hará frente a las consecuencias de aquello para el futuro.