"Salto al vacío" es el paso de Pablo Álvarez a sonidos electrónicos
El artista local presenta un corte muy en sintonía con las máquinas, como señala, pero que no pierde lo orgánico de su música.
"Ancestros" (2013), segundo trabajo en solitario de Pablo Álvarez, mostraba a un músico con las ideas claras en torno a los colores y tonos, por los cuales debía transitar su apuesta.
Las cuerdas y la voz del cantante proponían un viaje de cálidas cadencias por aquellos territorios colindantes: el agua, la montaña y el paisaje. La naturaleza, finalmente.
Es ésta la que nuevamente se hace presente en "Salto al vacío", segundo single de lo que será el nuevo y cuarto disco del músico de 36 años, "El poder del mar". La diferencia, ahora, hay que buscarla -y se encuentra- en el giro que propone Álvarez hacia surcos de tintes electrónicos.
"Creo que ésta canción refleja la inquietud que tenía de hacer un disco con más máquinas", resume el histórico líder de Niño Cohete, hasta su pausa en 2017. Sus palabras indican que, efectivamente, "lo eléctrico", tiene más protagonismo sobre lo orgánico, aunque "el alma de las canciones" de este trabajo siga siendo aquello.
Una idea de esta nueva producción aparecía ya en "Todas tus flores", primer adelanto presentado en abril pasado, el cual tuvo la colaboración de Camila Moreno.
"El disco se encuentra en etapa de producción todavía, y la idea es que salgan un par de singles más este año, y lanzarlo el próximo año", alude el artista penquista, quien logra darle un giro al apoyo electrónico que sube un paso más allá de lo escuchado hasta ahora en la escena pop nacional.
INSTANCIAS DE BÚSQUEDA
Tal como devela "Salto al vacío", Álvarez confiesa que es primera vez que se siente tan cómodo haciendo un disco.
"No sólo artísticamente, sino también emocionalmente", comenta, destacando el equipo humano, que "se armó en torno a éste trabajo, y en esta etapa ha sido muy inspirador".
Disponible en redes sociales y plataformas relacionadas con la música hace tres días, el corte abre una nueva puerta al compositor que, tal como señala, está a la búsqueda de nuevas sonoridades.
"Tenía esa inquietud desde el disco anterior ('Sol de los Andes', 2018). Allí exploré un poco el mundo de las máquinas, los samples y todo lo que se puede hacer con un computador".
- Algo más presente hoy.
- En este nuevo disco esa inquietud se volvió mucho más importante y me ha encantado el proceso, donde han llegado las canciones por ese camino.
- Se escuchan y palpan varias capas en "Salto al vacío", también un salto interior. Siempre están las búsquedas personales y artísticas.
- Siento que es muy difícil separar lo personal de lo artístico. Lo que haces para afuera siempre es un reflejo de lo que estás viviendo interiormente. En ese sentido, las búsquedas personales siempre van a influir en la música que haga y proponga.
- Siempre conectado a la naturaleza y paisaje, la flora, lo invernal, los bosques y, claro, el agua.
- Claro! La relación con la naturaleza es una de esas búsquedas personales, quizás una de las más importantes en mí. Por eso cobra tanta relevancia en lo que hago.
- Tomas la decisión de lanzar "Salto al vacío" en el corazón de la pandemia, ¿qué te dice ésta en términos artísticos y personales?
- Vengo trabajando hace un buen tiempo en este disco con muchas ganas de ir mostrando lo que hemos estado haciendo. Creo que la pandemia nos ha obligado a adaptarnos, ser flexibles y buscar tal vez nuevas formas. Igual creo que la música es vital para el ser humano, sobre todo, en momentos de crisis (...) Es muy lindo poder sacar música nueva y que quizás pueda servirle a alguien para algo, en estos tiempos extraños.
- ¿Cómo llevas el encierro?
- A ratos se me ha hecho difícil. Pero también he aprendido a conectarme con otras cosas. Habitarse a uno mismo, tu cuerpo, tu casa.
10
años de carrera suma el cantante, siete con Niño Cohete y tres con Arranquemos del Invierno.