"Las regiones son la musculatura más valiosa que tiene nuestro ministerio"
En medio de la pandemia y por vía remota la autoridad conversó con Diario El Sur sobre los desafíos que enfrenta, el trabajo del ministerio y el rol de las regiones.
Cuando una persona acepta el llamado para ser ministro de Estado, sabe que le espera un trabajo con desafíos y problemas que afrontar.
Así lo reconoce Consuelo Valdés Chadwick (71), ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio desde el 13 de agosto de 2018. Se trata de la tercera persona que ocupa el cargo durante la segunda administración del Presidente Sebastián Piñera.
Hoy los esfuerzos de la arqueóloga están enfocados en las consecuencias del estallido social y la pandemia. Un trabajo que no está exento de cuestionamientos y dudas.
"Nunca imaginé que me iba a enfrentar a estos dos eventos, que han sido tan duros y han golpeado tan fuertemente al sector cultural. Yo amo el servicio público y siempre he tenido un amor muy grande por mi país y con sueños de ser útil a Chile. Es un honor y un privilegio estar en este cargo, creo que la cultura es el bien más preciado de la humanidad", señala la exdirectora del Museo Interactivo Mirador.
LA GESTIÓN
Con poco más de dos años en el cargo, a Valdés le ha correspondido gran parte del trabajo de instalación del ministerio, creado por ley en octubre de 2017.
De acuerdo a la ministra, resulta complejo realizar un balance de este tiempo en una situación tan particular y anormal como esta. Sin embargo, plantea que "este primer semestre ha sido difícil para todo el sector cultural, porque la crisis sanitaria ha profundizado los problemas y la precariedad histórica del sector. Algo que ha quedado en evidencia ahora y luego del estallido de octubre".
"Las crisis también son oportunidades para repensar y ese es un ejercicio que como ministerio hemos hecho. Ha sido un trabajo muy arduo de todos los funcionarios y que nos ha servido para evaluar la importancia de la cultura y nuestros programas", agrega.
Un avance que, según Valdés, se puede dividir en cinco ejes. Asegurar el acceso y descentralización de la participación cultural, el fomento a las artes, la creatividad y la educación en los niños y jóvenes, continuar con el fomento a la creación y el reconocimiento a los artistas y creadores, la puesta en valor del patrimonio cultural del país y la instalación, propiamente tal, del ministerio.
-Muchas veces los trabajadores de la cultura denuncian la precarización de su trabajo. ¿dD qué forma el ministerio va sintonizando con las necesidades de la comunidad artística?
-Aquí hay varias cosas que señalar. El 11 de marzo la OMS declaró al covid-19 como pandemia mundial. A los pocos días, nosotros comenzamos a revisar -dentro de nuestro presupuesto- cuáles eran aquellos programas, actos o eventos que no iban a poder realizarse por razones sanitarias. Realizamos una consulta pública online, donde participaron más de 15 agentes, para obtener retroalimentación y una radiografía actualizada de la situación del sector. Fue así como, inmediatamente, levantamos un programa de recursos reorientados y los transformamos en una serie de convocatorias especiales para ir en ayuda de organizaciones, espacios, artistas, creadores y creamos una unidad de intermediación legal. Hemos estado conversando, escuchando, entendiendo los problemas y, de esa forma, adecuando nuestras posibilidades legales y financieras para atender esas demandas.
-¿Qué es lo más complejo a la hora de definir u organizar las ayudas?
-Lo más complejo es el tema de la concursabilidad. Ha habido críticas, pero con ello también mucha información imprecisa y sin sustento. De pronto, no todo es concursabilidad. En la orientación de recursos que hicimos por la pandemia, creamos un eje específico que está permitiendo la adquisición de contenidos culturales, a través de los consejos sectoriales que son más activos que el ministerio. El año pasado, creamos el Programa Fortalecimiento de la Identidad Cultural Regional, son $2 mil millones de pesos, que ha sido un salvavidas para muchos artistas, gestores e instituciones, porque no pasan por concursabilidad. Esto último es una herramienta trasparente para asignar recursos limitados, en forma democrática y en igualdad de condiciones. Además, la evaluación y el juicio es de los pares, y no lo que podría ser una asignación directa muy arbitraria de parte del ministerio. Es un instrumento que genera empleo en el mismo sector, porque posibilita a los pares evaluar proyectos. Es un mecanismo universal, no solo en Cultura.
-Mirando más allá a lo que pueda ser el próximo año quizás, continuamente el mundo de la cultura se ve enfrentado a recortes presupuestarios, ¿cómo ve el futuro en la materia?
-En este momento, el presupuesto (del ministerio) está en una etapa exploratoria. El Ministerio de Hacienda ya nos dio las principales orientaciones, nosotros trabajamos de acuerdo a eso. La próxima semana ya debería estar en reuniones con Hacienda para ver cómo se avanza en eso. Apostamos a un presupuesto razonable, pero sería muy irresponsable adelantar algo, porque no tengo información. Además, eso Hacienda lo envía al Congreso y ellos siguen trabajando, revisando las partidas, rechazando, aprobando y cambiando. Mi apuesta es que el presupuesto sea razonable y responda a las necesidades del ministerio, más aún en estas condiciones de pandemia. Estoy optimista.
-¿Cuáles cree que son los grandes aprendizajes que está dejando toda esta situación?
-Creo que ha sido el poner en valor la cultura, su rol. Es un espacio, siempre, dialogante y que nos hace mejores personas. La cultura nos enriquece como seres humanos y nos hace mejores personas, nos permite desarrollar nuestra imaginación y nuestra resiliencia. Tiene un rol fundamental en el cómo volver a pararnos frente a las dificultades.
-¿Cree que después de todo esto la cultura se valorará de forma diferente?
-Sí, creo que se le va a valorar más. Pienso que la cultura ha acompañado, han entrado a los hogares, a las familias. Ha provocado diálogo, conversaciones de todo orden, se ha valorado mucho. Cuando uno conversa con tantas personas, siempre te dicen "oye, qué buenos estos programas", "no sabía que existían estas películas chilenas", "no sabía de este autor", "no sabía de este taller, de esta obra, de este conversatorio". La gente ha descubierto la cultura, que acompaña. Que no es una cosa de élite, es algo que nos llena y que es nuestro, es propio. La cultura ha adquirido otras dimensiones con la pandemia, por el hecho de haber penetrado con cariño y creatividad en los hogares.
-Como autoridad, ¿cuál es el llamado que hoy puede realizar al mundo de la cultura?
-El llamado es al optimismo. Que sigan creyendo en sus talentos y capacidad creativa, en su generosidad, imaginación para conectarse con el público y para enriquecernos. Les estamos agradecidos, valoramos lo que están haciendo y que sigan adelante. Que continúe esta fertilidad poética y plástica que hay en nuestro país. El Estado está haciendo todos los esfuerzos para que esta fertilidad no se pierda y no se frustre. Estamos para servir, porque creemos en el valor de la cultura.