Avances de la red local de ciclovías
El seremi de Vivienda, James Argo, ha anunciado que en febrero de 2021 estará finalizada la construcción de los 2,5 nuevos kilómetros de ciclovía, obra que se realiza en la Avenida 8 Oriente, de Chiguayante, para complementar la red de esa comuna, con lo que totalizará 9,5 kilómetros.Esto representará un nuevo paso en la idea de que en el futuro se llegue a unir Concepción y Chiguayante mediante estas pistas especiales destinadas a los ciclistas.
En diciembre del año pasado se terminaron de construir los ejes de Manquimávida y Pedro Medina, por lo que la vía que se ha iniciado, con una inversión de alrededor de 750 millones de pesos, corresponde a una tercera etapa. La nueva ciclovía permitirá dar continuar a un tramo que hasta hoy está desconectado y que se construirá a partir del inicio de la Avenida 8 Oriente, en el acceso a la Costanera, y en el empalme de Orozimbo Barbosa con la ciclobanda de la avenida Manuel Rodríguez. Otro proyecto que incluirá ciclovías será el futuro corredor del transporte en Collao y General Novoa, en Concepción.
La Región del Biobío ha mostrado en las últimas décadas un explosivo aumento del parque automotor, por lo cual la congestión de las calles es evidente. Por ello, hay que hacer más eficientes los servicios de apoyo, que no se han desarrollado al mismo ritmo del despegue demográfico e inmobiliario de las ciudades. Es evidente que las calles se hacen insuficientes para enfrentar el crecimiento vehicular y esto se traduce en congestión, de manera que hay sectores que quedan estrangulados, como ocurre en San Pedro de la Paz y en Las Lomas, entre otros. Asimismo, el centro comercial penquista tiene una infraestructura y una tradición que es indispensable potenciar, pero a la vez muestra los signos de la saturación del tránsito.
Los expertos señalan con frecuencia que para que las ciudades funcionen bien, hay que ir limitando en forma paulatina el espacio del automovilista privado y dar mayor capacidad al transporte público y a sistemas menos contaminantes, como la bicicleta. Pero a la vez hay que tener una movilización colectiva de calidad, para que los tiempos de viaje se acorten y la gente pueda optar por los buses o el Biotrén.
En ese sentido, han hecho bien las autoridades al establecer en los últimos años vías exclusivas para los buses y crear las redes de ciclovías, porque se aprecia un marcado crecimiento en el uso de la bicicleta, que permite descongestionar las calles, no contamina y genera beneficios directos para la salud y la calidad de vida de sus usuarios. Durante los últimos años, en la Región del Biobío se ha construido una extensa red de bandas para bicicletas, que han permitido ir avanzando en esa segregación del tránsito. Pese a ello, ciclistas denuncian que son amenazados por automovilistas que circulan velozmente por las calles, provocando un aumento de los accidentes de tránsito, y que para evitar estas situaciones deben subir sus bicicletas a las veredas, cuando no hay ciclobandas, desatando las quejas de los peatones que se ven pasados a llevar. A sus reclamos, se suman los motociclistas, que protestan por el poco espacio que les deja el tránsito de buses y autos.
Asimismo, es necesario dar a conocer que en ocasiones las ciclovías son mal usadas por automovilistas que se estacionan sobre ellas, o por peatones que las obstruyen en las esquinas, cuando esperan el cambio de las luces del semáforo. En abril del año 2018, se promulgó la ley de convivencia de modos de transportes, que estableció reglas para mejorar la seguridad y disminuir los accidentes en las calles, con la idea de ordenar la circulación en las vías públicas, que en ocasiones generan situaciones de conflicto como las ya mencionadas.
Es cierto que se ha avanzado mucho en la construcción de ciclobandas, pero también es importante que los distintos participantes de las vías públicas asuman la cultura del respeto a los demás actores, con el fin de evitar accidentes y malos ratos.
La Región del Biobío ha mostrado en las últimas décadas un explosivo aumento del parque automotor y la congestión de las calles es evidente. Por ello, hay que hacer más eficientes los servicios de apoyo, que no se han desarrollado al mismo ritmo del despegue demográfico e inmobiliario de las ciudades.