Aplicaciones permiten la cercanía afectiva en tiempos de distancia física
Quedarse en casa y restringir las salidas a lo estrictamente necesario, así como limitar el contacto con otros y mantener la distancia social han sido los conceptos que protagonizan los llamados más enfáticos de las autoridades sanitarias para que se pueda contener la propagación del nuevo coronavirus.
Y aunque este aislamiento y confinamiento entre las paredes del domicilio es lo que los expertos reconocen como las medidas de prevención más efectivas, por tanto se deben seguir, el lenguaje construye realidad y hacer algunos cambios en el planteamiento podría ser de gran ayuda por estos días. "Se habla de la distancia social para protegerse del covid-19, pero creo que el concepto que debe primar es que debe ser una distancia física, pero que tiene que incrementarse la cercanía social y emocional", asevera la trabajadora social Johana Sanhueza, coordinadora técnica de la Fundación Tierra de Esperanza.
Para entender su opinión lo importante es no olvidar que, entre muchas otras manifestaciones sociales de la crisis sanitaria, hay familias que se encuentran separadas a raíz de la cuarentena (obligatoria en algunas comunas o voluntaria), que hay quienes no abrazan a sus seres queridos desde hace más de un mes, que son muchos los que viven este proceso en soledad. Todas son situaciones que suman frustración y angustia a un contexto que es en sí mismo altamente estresante, que genera preocupación, temor, ansiedad, rabia y/o tristeza a todos, se esté solo o junto a otros en el hogar.
ACERCARSE
Mantenerse presente, conversar, demostrar afecto, cuidar los vínculos, procurar compartir momentos agradables es el camino que se aconseja seguir. Habrá quienes dirán que es casi imposible por el aislamiento y confinamiento; pero muchos ya están conscientes de que no sólo para seguir trabajando o estudiando están disponibles internet, los dispositivos digitales y la diversidad de plataformas que se han desarrollado con el paso de los años, "sino también para mitigar los efectos del distanciamiento", plantea Tania Gallardo, directora de la Escuela de Tecnologías de la Información de Universidad de Las Américas.
No es en vano que a éstas se les llame Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) y en una sociedad que ya había sido marcada por los cambios en las formas de desenvolverse e interactuar que éstas han generado en la vida cotidiana, cuando reunirse y hablar cara a cara no era un imposible, llegó el momento de saber aprovecharlas ya no por mera diversión y anhelo ni por la facilidad para contactarse, sino porque la telecomunicación es hoy más que nunca la mejor forma de sentir cerca a quien está lejos.
DISTINTAS ALTERNATIVAS
Desde llamar para escuchar la voz del ser querido a través del tradicional teléfono o desde un celular hasta poder ver a un familiar o amigo en videoconferencias desde un computador, tablet o smartphone con acceso a internet, que pueden ser incluso grupales, permitiendo dialogar o hacer citas virtuales para compartir un almuerzo son parte de las alternativas que existen, detalla, y que pueden impactar favorablemente en el bienestar, disminuyendo la angustia y soledad, acercando, y también quebrando las rutinas y el aburrimiento del encierro. Entre las aplicaciones que se pueden descargar y utilizar en los dispositivos digitales para hacer videollamadas la especialista menciona a Zoom, Jitsi, Google Hangout o Skype; también está la herramienta de FaceTime en algunos dispositivos y Whatsapp incorpora dicha función, además de llamadas y mensajería instantánea. No está de más decir que redes sociales como Instagram y Facebook tienen también sus propias funcionalidades para telecomunicarse.
De ahí que si bien hay muchos ya familiarizados con estas plataformas y las están aprovechando para mantener el contacto con sus seres queridos, en los grupos familiares, por ejemplo, conviven personas de distintas generaciones y no todos conocen a cabalidad todas las funciones de las aplicaciones y hay quienes no están nada habituados a usar las tecnologías, como los adultos mayores (uno de los grupos más vulnerables a la letalidad del covid-19 y también a los impactos emocionales del aislamiento). Por eso, se recomienda que los más "tecnológicos" enseñen o las acerquen a las personas mayores y así puedan ver a sus hijos o nietos. Justamente, que niños y jóvenes estén en permanente contacto con sus abuelos, muchos de los cuales están en un aislamiento más estricto para no exponerse al virus, es algo que se debe incentivar.
CUIDAR LA COMUNICACIÓN
En el potencial de las herramientas tecnológicas y digitales también se esconden ciertos aspectos que se pueden transformar en desventajas que podrían nublar el objetivo inicial y terminar por perjudicar las relaciones.
Uno son los tan nocivos "malos entendidos" que con facilidad se generan, principalmente en los canales escritos por no saber el tono en que se envió un mensaje o porque quien lea no comprenda el sentido de un "emoticón" o algún código escrito, sobre todo si se trata de dos individuos de generaciones muy distintas. Por ello, su primer consejo es "intentar mantener los códigos de comunicación habituales con los cercanos, familiares, amistades y otros, aprovechando para ello las posibilidades de comunicación de audio y video, más que las formas escritas, dado que esto nos permite utilizar el lenguaje corporal necesario para las comunicaciones efectivas, en particular en contextos sociales cercanos, con personas que tienen diversidad de acercamientos a las tecnologías".
Desde el último punto se desprende otro elemento que la experta en TICs menciona y es que las interacciones virtuales pueden traducirse en estrés para personas que no están habituadas a su uso para comunicarse y/o que no conocen todas las herramientas de contacto virtual. De hecho, cree que "la dependencia de los dispositivos electrónicos en general, considerando el contexto de crisis en el que nos encontramos, puede ser un factor que podría generar ansiedad relacionado a su uso. En ese sentido, Tania Gallardo hace hincapié en que es fundamental "contar con la paciencia necesaria para evitar el estrés que podría generar el uso de tecnologías", dando el tiempo para que todas las personas vayan aprendiendo y las ocupen a su ritmo, como también si es que los sistemas fallan y las comunicaciones se oyen cortadas, por ejemplo. "Debemos procurar el espacio de espera y la tranquilidad para intentarlo o postergarlo sin que eso afecte nuestro estado anímico", resalta.
También es de suma relevancia comprender que así como en un grupo familiar o de amigos hay personas con distinto manejo de las tecnologías, también varían las personalidades y la experiencia frente al vínculo a través de una pantalla. "La forma de comunicación virtual en muchas personas no reemplaza a la que se logra con el contacto cara a cara, en particular en términos afectivos. Así, las demostraciones de contacto físico se ven mermadas y, con ello, muchas personas sienten que la comunicación virtual si bien existe ahonda la sensación de lejanía", plantea la académica, por lo que respetar ciertas reticencias o decisiones contribuirá a cuidar las relaciones.
Por último, pone el acento en que hay grupos en que las plataformas, aunque ayudan, podrían no favorecer posibilidades de comunicación efectivas, como son niños y adultos mayores, pues "sus formas de comunicación, incluidos el lenguaje, están asociadas a la cercanía física", concluye.