Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Nacional
  • Economía y empresas
  • Tendencias
  • Deportes
  • Página del lector
  • Espectáculos

Cuarentena puede gatillar aumento de casos de violencia y patologías mentales

E-mail Compartir

La pandemia por el coronavirus, la cuarentena y aislamiento social como medidas de protección, y los consecuentes impactos en las rutinas habituales y la economía; todos son factores estresantes por sí solos y más si se experimentan combinados. Se gatillan múltiples sensaciones como incertidumbre, preocupación, temor, angustia, tensión, ansiedad o rabia, que pueden manifestarse con distintos síntomas, por motivos que van desde la posibilidad de exponerse y verse afectado o que un ser querido sufra la enfermedad, perder el empleo y el sustento, hasta no saber cuándo ni cómo va a terminar la crisis sanitaria.

Que las dinámicas de parejas y familias que están bajo el mismo techo 24/7 estén alteradas, que las relaciones se estén viendo afectadas puede ser normal y esperable, y también que aumenten los conflictos al interior de los hogares: discusiones por diferencias de opiniones, aburrimiento, irritabilidad, frustración, enojo. Lo preocupante es que si esto lo experimenta quien es violento o tiene tendencia a serlo, se prepara la pócima venenosamente perfecta para que se perpetúe, agrave o gatillen situaciones de violencia, concuerdan enfáticamente y con pesar Nik Mac-Namara, terapeuta clínica especialista en Enfoque de Género; y Johana Sanhueza, trabajadora social y coordinadora técnica de la Fundación Tierra de Esperanza, ONG que trabaja para apoyar a la infancia y juventud en situación de vulnerabilidad social. Y que aumente la incidencia y gravedad de los abusos y maltrato emocional, físico y sexual contra las mujeres, dentro de las familias e infanto-juvenil, son sus más grandes preocupaciones.

MAYOR INCIDENCIA

Lo sucedido en China, Francia, Italia y Corea, lamentablemente, les avala. Johana Sanhueza cuenta que, como lo advirtió ONU Mujeres, hubo un alza de 30% de violencia contra la mujer. Si la línea 1455, del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género para orientar a víctimas de violencia, elevó su flujo de llamadas en 125% en las últimas semanas, hay razones para creer que Chile no está ajeno a la exacerbación del fenómeno que afecta a miles: "en la reciente encuesta de Equidad y Género (internacional) el 44% de las mujeres del país encuestadas señaló haber sufrido algún tipo de violencia. Eso es muchísimo", resalta. Por el lado de los niños, niñas y adolescentes la realidad no es mejor, pues cuenta que "un estudio de Unicef reveló que el 72% de los niños en Chile ha sufrido algún tipo de violencia y es un fenómeno transversal, que traspasa los estratos socioeconómicos".

Uno de los acentos de la preocupación de la trabajadora social tiene que ver con que si en un contexto de normalidad existen estas problemáticas y su abordaje suele verse complejizado por aspectos como falta de redes de apoyo o de visibilidad "bajo la situación de aislamiento, de encierro, ahora están mucho más invisibilizadas", releva. Prácticamente no hay contactos con externos que puedan notar y ayudar, las mujeres violentadas están confinadas junto a sus agresores, los niños y adolescentes vulnerados en sus casas no están yendo al colegio.

CONCIENTIZAR

Sanhueza llama a concientizar en la población en general la responsabilidad social de siempre de estar alerta, apoyar y denunciar las situaciones de violencia que se conocen, sobre todo en este contexto donde los contactos con otros se reducen, y que todos sepan dónde, cuándo y a quién pedir ayuda (ver recuadro).

Para ello, eso sí, hay varias falencias y tareas pendientes que urge completar. Aunque hay números telefónicos de organismos públicos para solicitar contención o auxilio (hay que verificar cuáles están operativos estos días) y existen entidades del ámbito privado o personas que trabajan para prestar ayuda y no han bajado los brazos frente a la cuarentena, "en Chile no se han tomado medidas o resguardos concretos (frente a la violencia contra la mujer e infanto-juvenil). Por ejemplo, en otras naciones han implementado refugios para mujeres que están viviendo con su agresor", resalta Nik Mac-Namara.

Hacer algo al respecto sería trascendental, pero también lo es seguir poniendo sobre la mesa la temática y educar, pues que exista "muy poca conciencia de qué es la violencia en general y hacia la mujer en particular" es otro factor que menciona para volver más crítico el panorama. "Por ejemplo, estos días en redes sociales 'viralicé' un video de un hombre (de otro país) que a modo de broma le rompía a su novia todo su maquillaje para luego subir ese contenido a la web. Mi comentario fue que si a alguien le pasa eso tiene que saber que es una forma de maltrato, de violencia, y muchos hombres chilenos me comentaron que estaba exagerando. Y esa es la realidad de nuestro país, que algo como destruirle las cosas a alguien, gritarle o tratarlo mal está poco visualizado como violencia". Aún se sigue entendiendo como violencia a la agresión tangible, como un golpe, y aún así falta muchísimo por avanzar, pues afirma que "tenemos pocas medidas para resguardar a las personas que son víctimas de violencia física".

ESTADO DE LA SALUD MENTAL

La violencia al interior de las familias y contra la mujer, el casi seguro agravamiento y aumento de casos, no son los únicos temores para Nik Mac-Namara; a la base muchas veces hay un estado de salud mental dañado y el que existe en la población chilena en general le llega a quitar el sueño. En condiciones normales el país lleva la poco honorable posición de estar entre los con mayor prevalencia de depresión en Latinoamérica y el estrés es uno de los principales motivos de licencia médica, y asegura que las patologías y trastornos se pueden (y está pasando) exacerbar y aumentar los casos. "El país no se ha hecho cargo de la salud mental de las personas, entonces hay una población con menos herramientas para enfrentar los estados de angustia, temor, ansiedad, etcétera", asevera.

Además de las patologías de salud mental como tal, donde unas de las grandes dificultades es la brecha en el acceso a atenciones y tratamientos, Mac-Namara atribuye los problemas con que "hay muchos temas relacionados a la salud mental y bienestar de los que no se hablan, que parece que a nadie le importan, de los que como país no nos hemos hecho cargo". Pone el acento en que pareciera estar prohibido hablar sobre el malestar que puede provocar la maternidad y paternidad en situaciones normales, y más aún en el aislamiento con familias sobrecargadas de responsabilidades y preocupaciones que antes no tenían como tener que trabajar desde el hogar sin descuidar la crianza y acompañamiento permanente a los hijos que están sin ir al colegio, pese a que son vivencias de toda mamá, de todo papá. Agrega que mantener la cuarentena, acompañados o no, "nos moviliza a un montón de espacios y lugares mentales a los que no estábamos preparados" y cree entre las develaciones de este aislamiento está que "la gente no estaba acostumbrada a estar sola consigo misma, por ejemplo". Y ello puede agobiar en demasía.

Por ello, sostiene que "a todas las personas, con o sin padecimiento neuropsiquiátrico, con o sin antecedentes, la pandemia y cuarentena le pueden generar malestar y situaciones difíciles de enfrentar solos. Estamos todos colapsados". No es descabellado predecir que las necesidades de atenciones psiquiátricas y psicológicas seguirán en aumento y sobre todo en la medida que la crisis se vaya agravando, que es algo latente ahora y un asunto para el que el país debe prepararse, pero Nik Mac-Namara también releva que es una responsabilidad actual trabajar para que los impactos en el bienestar mental y emocional de la población se reduzcan, tomando medidas que aporten a la tranquilidad, como es asegurar los empleos, ingresos económicos o pago de cuentas de los servicios básicos.

Por último, tal como se hace encarecidamente para protegerse del covid-19, enfatiza en la importancia del autocuidado y así del resguardo de la armonía familiar si se está viviendo la cuarentena con otros, procurando tener acciones que contribuyan al bienestar integral y buscando ayuda cuando sea necesario, ya sea en algún cercano que pueda orientar, informándose en alguna fuente confiable (una entidad o profesional reconocido) o bajo la misma lógica aprovechar las ventajas de internet y las redes sociales para hallar algún terapeuta que atienda a distancia.

En laboratorios de la UCSC se investiga diversidad del Caribe Colombiano

E-mail Compartir

Los estuarios son ecosistemas acuáticos que conectan los ríos con el océano, en donde se combina materia orgánica de origen autóctona, es decir acuático, y alóctona, que significa terrestre. El fitoplancton y los microbios son los que se encargan de la transformación y flujo de energía (materia orgánica) en las redes tróficas. Bajo este contexto, la estudiante Sara Arenas del Magíster en Ecología Marina de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), se encuentra trabajando en una investigación que combina los análisis de laboratorio en entidades de Chile y muestreos en Colombia, específicamente en el Golfo de Urabá, en el Caribe Colombiano.

EL ESTUDIO

Según comenta, el objetivo de estudio es determinar la composición de la comunidad microbiana planctónica, la biomasa fitoplanctónica, y la cantidad de materia orgánica y nutrientes en la columna de agua del Golfo de Urabá en su época lluviosa y seca. La idea de ello es determinar si es que la variabilidad hidroclimática estacional en la zona de estudio produce cambios contrastantes en las condiciones físico-químicas del agua que influirían en la composición de las comunidades planctónicas. Cabe señalar que el Golfo de Urabá es el segundo estuario más grande del Caribe, con aportes fluviales importantes como el Río Atrato, que es el segundo río con mayor caudal en Colombia.

En relación al presente y avances de la investigación, Sara Arenas cuenta que "realicé un viaje, que fue el primero de dos muestreos que vamos a realizar en Colombia, ya que el proyecto es colaborativo entre tres universidades", además de la UCSC participan la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso (UPLA) y la Universidad de Antioquia (UdeA) de Colombia. Detalla que "evaluamos la comunidad microbiana y del fitoplancton y cómo se asocian a nutrientes y materia orgánica que llega al Golfo de Urabá. Este sector es muy poco explorado, de ahí su importancia en estudiarlo. Este será el primer gran inventario de microbios que se realizará dentro de él".

Respecto a lo que sabe, comenta que este golfo es un ecosistema sensible a cambios ambientales y climáticos, lo cual puede producir alteraciones en los aportes de nutrientes, modificación en la cantidad y disponibilidad de MO y composición, distribución y abundancia de comunidades de organismos como el fitoplancton y el bacterioplancton.

"El Golfo de Urabá está dentro de las zonas más lluviosas del mundo. Se caracteriza por tener dos épocas climáticas: la época seca y la época lluviosa. Pretendemos comparar esos microbios y biomasa fitoplanctónica en las dos épocas climáticas en una malla oceanográfica que abarque todo el Golfo de Urabá", concluye la joven científica.