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Escolar de Nonguén se destacó con idea para iluminar usando la energía solar

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Promover el interés por el mundo científico entre los escolares ha sido una motivación que ha guiado la labor de Francisco Cilleros como profesor de Ciencias en el Colegio Villa Nonguén de Concepción. Incentivar las actividades prácticas, el desarrollo de proyectos y la participación en instancias donde puedan mostrarlas, como las ferias y congresos, es una de las formas en las que, cuenta, ha cristalizado su vocación. Una que Sofía Reyes, de 13 años, tomó como suya luego que el docente contara a su curso, entonces el séptimo básico, sobre el concurso "Mi Luz del Futuro, Soluciones Energéticas para tu Ciudad", que invitó a que niños y niñas de entre 8 y 14 años, de todo el país, buscaran un problema relacionado con la falta de luz en su entorno y participaran con propuestas de soluciones innovadoras y sustentables que permitieran iluminar la ciudad con energía solar.

Así, postuló con T.U.R (Transformar-Utilizar-Reutilizar) a la iniciativa organizada por la Fundación Ciluz y la Asociación de Empresas Eléctricas, que contó con el patrocinio y auspicio de Fundación Gasco y Gasco Luz, la que resultó ganadora en la categoría de 12 a 14 años, con premios que son para ella y para su colegio, y que durante enero ha sido exhibida en el Museo Artequín (Santiago), junto a otras 19 propuestas destacadas.

IDEA Y MOTIVACIÓN

La estudiante cuenta que su idea nació desde una situación de la que es parte y con la convocatoria vio la oportunidad de pensar en una solución que algún día pueda ser realidad, y decidió aprovecharla. "El lugar en el que vivo es bastante oscuro en la noche, pero durante el día disponemos de una excelente iluminación (natural), por lo que comencé a pensar en diferentes maneras de utilizar eso a nuestro favor implementando paneles solares y otras cosas de las cuales tenía cierto conocimiento y que me pareció bueno usar para que el proyecto fuera más eficiente como sensores de movimiento", cuenta Sofía.

Junto a su docente trabajaron en equipo, primero presentando la idea que fue una de las 20 escogidas por la organización para enviarles materiales que permitieran construir una maqueta, en un proceso que en total tardó cerca de tres meses. Una vez listo el prototipo, tuvieron que grabar un video que fue difundido por las redes sociales de Ciluz, donde la audiencia podía votar su idea favorita, las que además serían evaluadas por un jurado.

Sobre los resultados, Sofía Reyes recuerda que cuando se enteró, en diciembre pasado, sintió mucha emoción, satisfacción y orgullo, porque reconoce su talento y trabajo, y le demuestra que su idea es buena y posible de llevar a la práctica, y confía en que así sea en el futuro, pues espera poder seguir desarrollando el proyecto, incorporando ciertas mejoras que ya tiene en mente y otras que pueden surgir en el tiempo, para que se haga realidad en algún momento. Además, cuenta que esto la motiva a continuar ideando soluciones para problemas actuales.

GENERACIÓN EMPODERADA

En el ímpetu de Sofía se detiene su profesor Francisco Cilleros, pues dice que siempre ha tratado de inculcar en sus alumnos que confíen en sus propias capacidades, que se atrevan a tener ideas y mostrarlas con la certeza de que en las nuevas generaciones hay mucho potencial que debe ser conocido y considerado, tal como el proyecto de Sofía. Para él está en eso el gran valor de este tipo de reconocimientos más allá de ganar, en que refuerzan la seguridad de los escolares y se transforman en un impulso para seguir por esta senda y puede motivar a otros estudiantes al demostrarles que se puede dar forma a sus ideas, que éstas son muy valiosas y que pueden ser realidad.

Y, de hecho, esa fue la convicción desde la que nació el concurso el año pasado, pues "creemos que los niños y niñas son agentes de cambio y que tienen el derecho a soñar una ciudad más linda, limpia y segura. Creemos que tienen las capacidades y la creatividad para resolver los problemas de su realidad local", manifiesta Ximena Muñoz, directora ejecutiva de Fundación Ciluz, precisando que con la iniciativa buscaron "potenciar esas ideas y darles herramientas concretas para realizarlas y mostrarlas al mundo".

Y la propuesta de Sofía Reyes fue una de las más de 70 que se presentaron; convocatoria muy buena, pues fue la primera edición del concurso, precisando que "seleccionamos las 20 mejores en dos categorías. Les enviamos una caja con distintos materiales y unos circuitos solares para que armaran sus prototipos". La creatividad de los niños y niñas, la capacidad de tener consciencia de los problemas sociales y del potencial de la energía solar para pensar en soluciones, con ideas muy factibles de implementar, fueron aspectos que impresionaron a los organizadores y la directiva también destaca "la alta participación de niñas (70%)". Todo les demuestra que no se equivocaron al organizar el concurso y los alienta a seguir fomentando ésta y otro tipo de iniciativas, pues la recepción "visibiliza a una nueva generación muy empoderada acerca de los temas que los afectan y con ganas de aportar para un futuro mejor", sostiene Muñoz.

Sobre esto Josefina Tocornal, directora ejecutiva de Fundación Gasco, también destaca que este concurso y otras instancias en la línea son clave para poner el tema sobre la mesa, educar y concientizar sobre las fuentes de energía y su uso eficiente y responsable, lo que define como un cambio cultural "y la mejor manera de iniciarlo es partir por los niños y jóvenes, que son muy sensibles a este tema", finaliza.

Orden y paz, exterior e interior

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A Santo Tomás de Aquino varios historiadores le han denominado "maestro del orden" y hoy, en que el orden es necesidad prioritaria, es bueno aprender de él para poder ordenar mejor, tanto lo exterior como lo interior, más en torno a su fiesta hoy 28 de enero.

El orden es la adecuada colocación de algo, que implica priorizar lo más importante y a continuación lo siguiente con vistas a lo que se busca o pretende. Hay un orden en la naturaleza, como el sucederse de los días y las noches o de las estaciones o el del ciclo vital; y otro que nosotros, en la calidad de personas inteligentes, otorgamos a las actividades y a las cosas, como el profesional que ordena su actividad laboral para dar término a las tareas más urgentes sin las cuales no se puede avanzar.

Pues bien, para establecer ese tipo de orden hace falta poder identificar con claridad el criterio ordenador o fin que se persigue y consecuentemente los medios más adecuados para tal fin u objetivo. En ese sentido, para ordenar se necesita la inteligencia práctica, es decir, la capacidad de razonar desde lo prioritario y de aplicarlo a la toma de decisiones. Y es justamente la virtud de la prudencia la que permite discernir y escoger rectamente los medios. Esto ayuda a distinguir medios adecuados de los que no lo son, es decir, los que son racionales porque responde a la razón del ser humano que discierne lo que es bueno como personas. De ahí que no todos los medios sean igualmente razonables ni adecuados.

Es conocida la frase atribuida a Maquiavelo de que "el fin justifica los medios" por la que se justifica o valida cualquier tipo de medio con tal de conseguir lo que se busca. Sin embargo, para Tomás de Aquino y los filósofos clásicos, hay que discernir también sobre la moralidad de los medios, pues no cualquiera es válido para conseguir el fin: por ejemplo, aunque sea por un pretendido buen fin, no es legítimo matar a un inocente, ni violentar o coaccionar personas ni vandalizar espacios ni obras públicas ni privadas. En ese sentido, la prudencia nos ayuda a ordenar y discernir, especialmente en momentos de desorden o de caos, sin dejarnos llevar de impresiones o pasiones que pueden cegar y hacen perder la objetividad.

Todos necesitamos de esta virtud, no sólo los gobernantes, pues todos debemos tomar decisiones en algún momento y tenemos cierta autoridad en algún ámbito social o personal. En relación al fin de una sociedad, que es la búsqueda conjunta del bien común, la prudencia ayuda al gobernante a discernir, como condición para todo lo demás, los medios más adecuados para lo más importante y fundamental: que es una convivencia en paz. La paz es fundamental para el orden social, sin ella no es posible ninguna relación adecuada en la sociedad. Por eso, es la base del bien común y la autoridad que vela por este bien común de la sociedad debe poder asegurar este mínimo con las medidas adecuadas, siempre razonables y en concordancia con la dignidad de la persona. Y cada uno en su nivel tenemos la responsabilidad de resguardar esa paz, que se construye desde el recto orden, en el que cada cosa está en su sitio y cada actividad se desempeña de acuerdo a su misión específica. Sólo así puede haber armonía y concordia.

"Se precisan 3 requisitos para que la sociedad viva correctamente. El primero es que la sociedad viva unida por la paz. El segundo es que la sociedad unida por el vínculo de la paz sea dirigida a obrar bien […]. En tercer lugar, se requiere, por la diligencia del dirigente, que haya suficiente cantidad de lo necesario para vivir rectamente" (Suma Teológica, II-II, q.58, a.9, ad 3).

La paz es producto del orden, y, por su parte, el orden genera paz. Pero no se improvisa: hay que quererlo con eficacia, con fortaleza y hasta con valentía.

directora nacional de Formación e Identidad,

Ust