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Obras de canal Duqueco Cuel regarán unas 74.344 hectáreas

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La Comisión Nacional de Riego (CNR), entregó de 13 bonos de la Ley de Riego en la Provincia del Biobío. Se trata de obras civiles y proyectos de instalación de sistema de riego por microaspersión y de revestimiento de canales en 9.541 metros,

La inversión total, pública-privada, alcanzó los $3.162 millones beneficiando a 2048 usuarios y una superficie aproximada de 74.344 hectáreas. La distribución de los proyectos quedó de la siguiente manera: Los Ángeles (6), Mulchén (3), Santa Bárbara, Tucapel, Quilaco y Quilleco (1).

En relación a este hito, el Gobernador de Biobío, Ignacio Fica, comentó que "más del 90% de la agricultura de la Región está en esta provincia y estos proyectos demuestran que las alianzas público-privadas sí funcionan.

El Seremi de Agricultura, Francisco Lagos, dijo que su cartera "el año 2019 capturó más de $5 mil millones para la Región, que es más de un 20 % que el 2018, y cada vez más enfocado en el beneficio social y la pequeña agricultura familiar campesina. Son más de 600 agricultores que son beneficiados hoy.

La instancia fue valorada por Astorre Hercolani, presidente de la Asociación de Regantes Duqueco Cuel, quien recalcó que "ya con esto podemos ahorrar centímetros de agua. Hoy somos 500 usuarios, de los cuales 400 son pequeños agricultores, la eficiencia es enorme".

En la ocasión también se inauguraron obras de revestimiento del canal matriz Duqueco Cuel, la cual irá en directo beneficio de la Asociación de Regantes del mismo nombre, que representa a cerca de 600 regantes, que en un 95% corresponden a pequeños agricultores, que en su gran mayoría estos productores se dedican a cultivos tradicionales en las más de 6 mil hectáreas que poseen en la zona.Desde el año 2013 se han adjudicado 7 proyectos tanto de la Ley de Riego como del convenio entre la CNR y el Gobierno del Biobío.

Con los proyectos han logrado revestir unos tres kilómetros del Canal Matriz con una inversión público-privada de $2.000 millones.

La inversión

La inversión total, pública-privada, alcanzó los $3.162 millones de, beneficiando a 2048 usuarios y una superficie aproximada de 74.344 hectáreas.

¡Seamos responsables! Yo vivo en el centro

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Desde el 18/10 pasado hemos tenido que tomar una serie de decisiones como país que han requerido actuar apresuradamente. Tomar así nos puede llevar a cometer más errores, pero a veces es necesario tomar ese riesgo. Pero cuando esas decisiones pueden cambiar el bienestar de miles de personas, e incluso generaciones, es importante tomar conciencia y ser responsables. Muchos grupos de interés buscan, lógicamente, sus propios beneficios. Esto les impide dialogar y analizar a conciencia los efectos de largo plazo de su postura.

Yo vivo en el centro, y si bien nuestras hijas tienen que atravesar el río para ir al colegio, hemos logrado un notorio aumento del bienestar familiar. El centro, en muchas ciudades del mundo, permite en que una persona pueda vivir, trabajar y hacer sus compras y trámites sin tener que usar medios de transporte, al menos, propio. Hay un dicho por ahí que dice que los países ricos no son aquellos donde las personas se compran más y mejores autos para transportarse, si no donde las personas se bajan de sus autos para transportarse.

En este sentido, Concepción debe creerse el cuento de ser la segunda ciudad más importante de Chile, debe ser capaz de crear comunidad. Así, la construcción en altura, bien planificada, es un gran aporte a crear "barrio". Si ese edificio se integra al barrio, con accesos adecuados, agregando nuevo comercio, aportando a la vida de los vecinos con áreas verdes, juegos y plazas integradas, puede llegar a mejorar la vida de todos los que transitan por el centro, además de importantes mejoras en seguridad.

La imagen ciudad propuesta por el municipio, limitando la altura a 5 o 7 pisos en el centro, lo único que logrará es llevar edificios de más altura a lugares donde el transporte público y los accesos son malos, provocando que, junto al departamento, esa familia se compre un auto, o peor aún, ¡dos!

El efecto en el valor del suelo tendrá un aumento importante y condenarán a las familias de clase media, jóvenes profesionales y tercera edad a vivir lejos de sus lugares de trabajo, de los servicios, y dejando solo para la elite esa posibilidad.

Así, la invitación es a pensar la ciudad para las próximas generaciones y no tomar decisiones pensadas en réditos políticos de corto plazo. Seamos responsables de una vez por todas, pensemos bien las cosas que hacemos, si no, serán nuestros hijos y nietos quienes pagarán los costos de las malas políticas. No nos olvidemos que somos, y seguiremos siendo, una ciudad universitaria.

Economista Centro de Estudios de

Economía y Negocios

FEN UDD.