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Artesana de Curanilahue apuesta por premio mayor del concurso "Impulso Chileno"

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Con la ilusión a cuestas anda por estos días la artesana de Curanilahue Jessica Álvarez quien junto a su marido, Pedro Pereira, esperan llegar hoy a la final del concurso de emprendimiento "Impulso Chileno", patrocinado por la Fundación Impulso Inicial, que lidera el empresario Andrónico Luksic Craig y su familia, en colaboración con la incubadora Socialab y la Pontificia Universidad Católica de Chile, con el objetivo de apoyar a los emprendedores chilenos que tengan una idea o negocio para sacar adelante sus proyectos.

Y partieron bien, porque si bien se enteraron del concurso a última hora por redes sociales, en esta segunda versión, que recibió más de 5.000 postulaciones, hubo 200 semifinalistas, entre los que ellos se ubicaron en el número 11, de acuerdo al puntaje.

Álvarez cuenta que estos se conocieron el 15 de octubre de 2019 "y ahí tuvimos que hacer un video explicando nuestro proyecto de 1,30 minutos".

El evento de hoy se realizará en la Casona Santa Rosa de Apoquindo y ella junto a su marido viajaron junto al resto de los seleccionados.

LOS INICIOS

La artesana tiene un pequeño taller dentro de su casa de la Población Miraflores de Curanilahue, donde hace espacio para dos máquinas de coser, varios rollos de piezas de cuero e hilos encerados que son la materia prima que trabaja desde 2001, cuando forzada por una larga estadía en casa tras fracturarse un pie cuando acompañaba a su padres en el carrito donde vendían mote con huesillos en Santiago, empezó a fabricar aros con distintos materiales, entre ellos el cuero, y porque siempre supo que este es un material más noble.

Le empezó a ir bien y comenzó a participar en ferias y entre esas vino a la Feria Agrícola Ganadera y Forestal (Fagaf), de Cañete. Allí conoció a su marido y así fue que Curanilahue la atrapó.

MERCADO JAPONÉS

Desde allí, y de aquellos modestos artículos de cuero, de pronto le llegó la oportunidad que le abrió las puertas de uno de los mercados más sofisticados del mundo: Japón, donde sus bolsos de cuero, 100% hechos a mano pueden verse en cafetines y tiendas cercanas a las estaciones del metro nipón. "Porque allá no hay malls", dice.

La historia de cómo estos sencillos y simples artículos llegaron al otro lado del mundo comienza en 2013, cuando Kobashi Kenji, un representante de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (Jica) llegó a Curanilahue.

Él vino a trabajar con apicultores de esa zona, pero otras cosas también llamaron su atención, como las artesanías en carbón, lanas y maderas. Pero lo que más cautivó su interés fue este trabajo en cuero que de a poco comenzaba a lucir en ferias artesanales campesinas.

Al regresar a su país en 2015, Kenji llevó varios artículos hechos por ella y a poco andar le llegó el primer pedido. Entonces envió 55 unidades, entre carteras en tamaños S, M, y L, estuches, y neceseres. Su trabajo logró la mejor acogida, porque el 9 de octubre de ese mismo año, le hicieron un segundo pedido. Eran seis a siete kilos de carteras de distinto tamaño y estuches porta documentos.

Ese mismo año la contactaron representantes del Proyecto Madre Latina, una ONG japonesa que va en ayuda de mujeres y está certificada en Comercio Justo.

El pasado 19 de noviembre sus productos estuvieron presentes, representando a Chile en la Fiesta de las Américas que se realizó en Tokio, a la que asistió la princesa Hanako Hitachimiya, a quien se le vio poniendo atención en sus bolsos.

"La idea de negocios es potenciar nuestra presencia en Japón con diversos productos y si nos ganamos los $10 millones vamos a poder comprar más máquinas y contratar a dos personas más, aparte de la que ya nos colabora desde su casa", comenta Álvarez.