El Derecho a la Tecnología
Nuestro país vive tiempos de alta complejidad. Los desafíos que nos plantean las demandas ciudadanas por una sociedad de mayor equidad e igualdad social requieren de soluciones fundamentadas que den respuesta a las severas carencias que experimenta gran parte de la población en su vida diaria.
La discusión pública se encausa hoy hacia la construcción de un nuevo marco constitucional en el cual debiesen fijarse, entre otros, derechos y deberes propios de nuestra calidad de ciudadanas y ciudadanos. En tal sentido, la discusión pudiese incorporar temáticas inexploradas al día de hoy a nivel constitucional, siendo una de ellas, la tecnología.
La humanidad se enfrenta en la actualidad a problemáticas de solución difícil, siendo necesarias respuestas complejas de alcanzar, dadas las capacidades necesarias para su desarrollo. En tal línea, aquellos países que no dispongan de tales capacidades se verán en posiciones de desventaja a la hora de proveer a su población de un mejor vivir con el consiguiente costo social.
Por otro lado, un desigual acceso a la tecnología puede convertirse en un factor de desigualdad interna no menor, acentuando las diferencias sociales ya existentes.
Es por ello, que, para el caso de nuestro país, es válida la pregunta de cómo aseguramos no sólo el desarrollo de nuevas industrias de base tecnológica, sino también un acceso equitativo a la tecnología por parte de cada miembro de nuestra sociedad, tanto en lo que pudiese ser en ámbitos de uso como también en formación.
Como ejemplo, quienes a futuro cuenten con competencias de programación se encontrarán en mejor pie para enfrentar el advenimiento de la inteligencia artificial o la penetración aún más masiva de tecnologías digitales, quedando, de esta forma, en posiciones de ventaja frente a quienes no. Es por ello que sería conveniente que la discusión constitucional pronta a iniciarse incluyese la factibilidad de establecer el derecho a la tecnología para cada ciudadana y ciudadano.
¿Cómo podríamos definirlo? En parte, como el piso necesario en términos de competencias que permitiese un dominio básico de herramientas y habilidades tecnológicas, como, por ejemplo, programar. Ello pudiese ir acompañado de la construcción de espacios de aprendizaje repartidos a lo largo del país donde cada uno de nosotros tuviese acceso fluido e igualitario a procesos de formación en tecnología en diversos ámbitos.
Al mismo tiempo, el establecimiento del derecho a la tecnología pudiese ir acompañado de mejoras de conectividad y ancho de banda, facilitando el acceso a internet en cada ciudad y localidad de nuestro país. Todo ello, contribuiría a la construcción de un nuevo modelo de desarrollo en Chile basado en pilares de equidad y tecnología, y abriría espacios de mayor bienestar para nuestra ciudadanía. Es una temática de futuro a discutir.
PhD Depto.
Ingeniería
Industrial, UdeC
Centro de Estudios de Sistemas de
Innovación (CIS2)