Dificultad para conversar si hay ruido es evidencia de una hipoacusia
Sea como un resultado del deterioro natural que el envejecimiento provoca en el organismo y en sus funciones, como causa de enfermedades o accidentes, o gatillado por conductas perjudiciales, las personas pueden ver afectada su capacidad de audición y sufrir de una pérdida auditiva o hipoacusia.
Así lo advierte la fonoaudióloga Gloria Sanguinetti, analista de audiología y calidad de centros auditivos Gaes Chile. Según el factor que lo gatille, la merma en la audición puede tener distintas intensidades, afectar a uno o ambos oídos e impactar de diversas formas la calidad de vida y bienestar, pues la disminución de la audición puede interferir el desenvolvimiento, las relaciones y hasta llevar al aislamiento en quien lo padece.
Primordial es cuidar la salud auditiva y prevenir su daño cuando se puede, por ejemplo, procurando no exponerse a ruidos fuertes o no escuchar música con auriculares a elevadas intensidades. Además, importante es recibir atención médica si hay infecciones a los oídos para tratar adecuadamente, evitando posibles secuelas y también consultar ante las primeras señales de hipoacusia para abordar a tiempo.
NIVELES DE PÉRDIDA
Si bien por enfermedades o golpes la pérdida auditiva puede darse repentinamente, por otras causas también puede darse de forma gradual y se vuelve difícil de percibir. No obstante, lo primero que Sanguinetti aclara es que en una audición normal se pueden oír sonidos suaves por encima de los 20 decibeles (db), lo que equivale a escuchar el canto de los pájaros.
Cuando la capacidad de escuchar bien está entre los 25 y 39 db, y se hace complejo entender una conversación en ambientes donde hay ruido, afirma que se estaría frente a una hipoacusia leve. El nivel sube a moderado cuando es difícil entender una conversación a un volumen normal y se comienza a escuchar bien entre los 40 y 69 db; casos en los que se vuelve necesario usar audífonos, apunta.
Sobre la hipoacusia severa, la fonoaudióloga advierte que la capacidad de escuchar es entre los 71 y 90 db, el ruido de una calle congestionada con bocinazos. Ante esta condición, dice, las personas requieren audífonos o un implante coclear para tener la capacidad de escuchar. Esta última medida, además del apoyo visual y la lengua de señas se requiere para comunicarse cuando la pérdida en la capacidad auditiva es profunda y sólo se pueden percibir sonidos a partir de los 90 db.