Barricadas y destrozos empañan marcha de cinco mil personas en Concepción
Eran las 17 horas y en Caupolicán con Barros Arana, un vendedor ambulante ofrecía nalcas en dos carritos. Al frente, otro hombre volteaba unos humeantes anticuchos, con la esperanza de que varias de las cerca de cinco mil personas que la tarde de ayer se dieron cita en la Plaza de la Independencia de Concepción para exigir cambios sociales, se los compraran.
Esta imagen, en una de las esquinas de la plaza, contrastaba con los desmanes que, a esa misma hora, se producían en la otra esquina, en O'Higgins con Aníbal Pinto. Primero con el carro lanzaaguas y luego el lanzagases, Carabineros trató de dispersar a un grupo descolgado de manifestantes que tras hacer barricadas, se enfrentó al contingente policial.
La acción no tuvo el impacto esperado, ya que por varias horas se instalaron barricadas en calle O'Higgins, entre Aníbal Pinto y Caupolicán. Además, encapuchados atacaron edificios cercanos, como la Galería Olivieri y las instalaciones de Radio Biobío, que resultó con sus vidrios destruidos.
Otro de los objetivos de la acción policial fue ponerle fin a los saqueos que, como ha sido la tónica durante las manifestaciones de esta semana, se han registrado después de marchas en Concepción.
En la jornada se observó que los mismos participantes de la movilización trataron de impedir estos actos vandálicos y se quedaron resguardando parte de los locales de calle O'Higgins, entre Aníbal Pinto y Caupolicán, mientras el resto de los manifestantes avanzaron por el centro hasta la Intendencia, ubicada en calle Prat, para regresar a la Plaza de la Independencia.
Como las convocatorias circulan por redes sociales y no le pertenecen a alguna organización en particular, carabineros de Fuerzas Especiales se prepararon y a eso de las 15 horas ya se encontraban repartidos en las esquinas del centro penquista, justamente para evitar que se repitieran los saqueos.
LA CONCENTRACIÖN
Ignorando la suave lluvia que ayer cayó en la zona, antes del mediodía se comenzaron a reunir los primeros manifestantes en la octava jornada de movilizaciones en el centro penquista a raíz del descontento social por la inequidad en el país. Esta jornada se realizó luego de que el Presidente Sebastián Piñera anunciara que solicitó la renuncia a todos su gabinete.
Los primeros que comenzaron a marchar fueron los trabajadores sociales. Un grupo cercano a 250 personas caminaron por O'Higgins hasta llegar a la Intendencia, para luego volver a la Plaza de la Independencia.
Javiera Palma, trabajadora social, indicó que "hasta la fecha sentimos que no hay cambios estructurales, que es lo que estamos solicitando para salir de la situación actual. Por otro lado, nos molesta bastante la utilización realizada por el Gobierno de la marcha de ayer (viernes), como si fuera un movimiento que les perteneciera, cuando en verdad son parte del problema".
En las afueras de la Catedral, en tanto, se reunieron las agrupaciones de detenidos desaparecidos y de Derechos Humanos para realizar una velatón por las víctimas fatales de la última semana en el país y en medio del Estado de Excepción Constitucional.
Ester Araneda, integrante de la Agrupación Detenidos, señaló que "estamos muy preocupados por esta situación. Siempre pensamos que nunca más íbamos a tener desaparecidos ni presos políticos y nos encontramos con esta situación. Siempre dijimos el nunca más y se volvió a repetir, retrocedimos 46 años".
Declaró que como agrupación han estado todos los días en la calle protestando porque "el pueblo chileno no puede permitir que se violen nuevamente los Derechos Humanos. Pedimos Asamblea Constituyente, para que hayan cambios en este país, las promesas no nos conforman".