Desafío docente: enseñar desde las emociones
Vivimos un cambio de paradigma a nivel educativo. La frase que decía "la letra con sangre entra", quedó en el pasado y hoy las nuevas generaciones requieren que los profesores puedan, ante todo, enfocarse en las emociones y mirarles como personas antes que como estudiantes.
Esto resulta fundamental para los niños y jóvenes de hoy, ya que la débil inteligencia emocional que presentan ha generado que no tengan herramientas emocionales para enfrentar el aprendizaje y por lo mismo que se desmotiven rápidamente en términos educacionales. A los estudiantes de hoy les cuesta encontrar el sentido y la lógica de aprender, y la imposición de contenidos les resulta aburrida. Eso es porque los métodos aún están basadas pensadas en grupos del siglo pasado, y no en generaciones contemporáneas que presentan otros intereses.
¿Cómo lograrlo? Las nuevas tendencias hablan del Diseño Universal de Aprendizaje, donde cada profesor debe ser capaz de captar la atención de todos sus estudiantes, abarcando las diferentes formas de aprendizaje que tengan. Hay estudiantes que son más reposados y reflexivos; tros que requieren movimiento y juego; y algunos necesitan conversar y analizar con otros compañeros para aprender. Dentro de la hora de clases deben estar presentes todos esos momentos para atender a las necesidades educativas existentes dentro del aula, pues no todos aprenden de la misma manera y no porque tengan dificultades para aprender, sino porque todas las personas somos mundos distintos.
Tal como dice Humberto Maturana, no es que los estudiantes tengan problemas de aprendizaje, sino que no logran una conexión emotiva con los contenidos y por eso no aprenden. Por tanto, primero el docente debe conectar emocionalmente con lo que quiere su estudiante y a partir de ello generar el mejor clima para el aprendizaje. Así, el análisis de cada docente sobre sus clases también es necesario, en base a ejercicios tan simples como preguntarles: ¿Qué les ha parecido la clase y qué mejorarían de ella?, y a partir de ello aplicar creatividad e innovación educativa.
Cuando una persona aprende, se provoca un conflicto y equilibrio cognitivo, que es el fin máximo de un educador.
profesora y dir. carreras área Educación IP-CFT
Santo Tomás Concepción