Pocos servicios, largas filas y extrema tensión: así se vive la emergencia
Pese a que era domingo y el movimiento en las calles del Gran Concepción era menor, la ciudadanía inició con preocupación el último día de la semana, luego de que se decretara el primer toque de queda la madrugada de ayer domingo, tras la aplicación del Estado de emergencia para toda la provincia de Concepción.
Esto, principalmente porque durante la noche no se respetó del todo el mandato presidencial, y la jornada dominical se inició con 198 detenidos según el primer informe de las autoridades locales comandadas por el jefe de plaza, el contraalmirante Carlos Huber.
El intendente Sergio Giacaman analizó los hechos planteando que "puedo entender que hay personas con demandas legítimas, como en Coliumo donde había gente con voluntad de construir y no destruir. Pero hay gente que es lumpen que sólo quiere destruir, y ahí aplica todo el rigor de la ley, no hay medias tintas. Una demanda no significa violencia porque no conduce a nada".
Bastaba con hacer un recorrido por las distintas comunas de la zona para encontrar vestigios de una noche de enfrentamientos, barricadas, saqueos y comunas que funcionaron a su mínima capacidad: Centros comerciales y supermercados cerrados, transporte público a capacidad reducida y el temor de que las manifestaciones continuaran.
PRIMERA MIRADA
Al recorrer tanto Concepción, Talcahuano y Hualpén a primera hora las imágenes daban cuenta de fogatas aún encendidas, supermercados destruidos y muchos vecinos curiosos que intentaban capturar las postales que dejó una noche de violencia.
En la capital regional habían varios semáforos destruidos, algunas bancas corridas, sólo algunos supermercados pudieron funcionar de buena forma como el Líder de avenida Prat, los centros comerciales (Mall Costanera y del Centro) cerraron sus puertas, y quienes transitaron por el centro penquista lo hicieron por temas laborales, o bien para ser parte de algunos desordenes.
En la comuna puerto, en tanto, el funcionamiento de los servicios se limitó a algunos supermercados, y locales menores mientras que el mercado no abrió sus puertas; el centro y los sectores aledaños a la bahía no registraron mayores destrozos.
Otra imagen que marcó la jornada fueron las largas filas de autos para poder abastecerse de combustible, considerando además que varios servicentros bajaron las barreras y no entregaron el servicio.
LOCATARIOS ALERTA
La situación contrastaba con lo ocurrido al otro lado del río Biobío, donde en San Pedro de la Paz, Coronel y Lota fueron los propios locatarios quienes salieron a defender sus fuentes de trabajo tanto en la noche como durante este domingo.
Susana Opazo, locataria del Mercado San Pedro explicó que "vinimos a cuidar nuestros locales porque nos sentimos inseguros. Vino Carabineros, pero sabemos que no dan más abasto. Cada vez que se van, muchachos entran a saquear y tenemos miedo que lo hagan porque somos personas de esfuerzo. Estuve todo el día trabajando, y pasé toda la noche acá, porque trataron de ingresar varias ocasiones".
Las escenas se replicaron en la ruta a la cuenca del carbón, donde se registraron destrozos en supermercados, en el Mall Arauco Coronel y así en otras dependencias donde los desórdenes marcaron la jornada y los vestigios daban cuenta de una situación preocupante.
En Chiguayante se vio también otra de las escenas que marcaron la jornada: eternas filas en supermercados, los pocos abiertos, para poder comprar lo necesario para pasar la jornada. De esta forma, el Gran Concepción vivió el primer día después de que se decretara el estado de excepción