Entregan los Ig Nobel 2019 a los descubrimientos curiosos
Capacitar a cirujanos es tan sencillo como entrenar delfines o perros. Eso reflejó un estudio cuyos autores ganaron uno de los Ig Nobel 2019, que se conceden cada año a descubrimientos científicos curiosos, extraños y a veces desconcertantes, y que es una parodia de los premios Nobel que busca honrar los logros de la vida cotidiana.
Entre los galardonados este año figuraron unos investigadores de Holanda y Turquía que determinaron qué nación tiene el dinero más insalubre, un científico italiano según el cual consumir pizza es bueno para la salud y un ingeniero iraní que patentó una máquina para cambiar pañales.
Karen Pryor, Theresa McKeon y el doctor I. Martin Levy dilucidaron que una técnica ordinaria utilizada para entrenar animales llamada aprendizaje operante, o condicionamiento mediante sonidos, puede ser útil para preparar mejores cirujanos. En resumen, un dispositivo mecánico que emite un clic audible es utilizado para reforzar una conducta positiva.
No es lo mismo que recompensar a un doctor con alguna golosina o una palmada en la cabeza, pero funciona, dijo Pryor, una científica, escritora y entrenadora de animales que ha utilizado la técnica durante décadas.
El estudio difundido en 2015 en la publicación Clinical Orthopaedics and Related Research halló que los cirujanos preparados con el método del sonido ejecutaron procedimientos quirúrgicos con mayor precisión.
En medio de una gran expectación, el Ig Nobel de Economía fue a parar al equipo compuesto por dos científicos holandeses (Andreas y Timothy Voss) y uno turco. Ellos investigaron uno de los objetos que más se intercambia en todo el mundo: el dinero, y descubrieron que el papel moneda es una gran fuente de transmisión de bacterias y, por ello, recibieron un gran aplauso.
Silvano Gallus ganó el Ig Nobel de Medicina por su investigación con la que determinó que la pizza es buena para la salud. Bueno, quizá solo la pizza elaborada y consumida en Italia.
"Descubrimos que consumir pizza en Italia protege frente a muchas enfermedades crónicas en las que influye la dieta: cánceres del tracto digestivo e infartos", afirmó en un correo electrónico Gallus, jefe del Laboratorio de Epidemiología de Estilos de Vida en el Instituto de Investigación Farmacológica Mario Negri, en Milán.
El investigador subrayó que muchos ingredientes de la pizza están relacionados con la dieta mediterránea, la cual tiene conocidos beneficios para la salud.
En esa aspiración por honrar los hallazgos de la vida diaria, el iraní Iman Farahbakhsh se llevó el Ig Nobel de Ingeniería por inventar una máquina que cambia automáticamente los pañales. El inventor incluso la patentó en Estados Unidos.
Shigeru Watanabe, de Japón, recibió el Ig Nobel de Química por calcular el volumen total de saliva producido por día por un niño de cinco años, mientras que el alemán Fritz Strack, obtuvo el de Sicología por descubrir que sostener un lápiz con la boca hace sonreír, aunque su logro fue doble, pues luego descubrió que no siempre es así.
LA NIÑA DE LA CEREMONIA
Uno de los cofundadores del premio, Marc Abrahams, inauguró la ceremonia elegantemente vestido con un sombrero de copa y un esmoquin.
"Estamos aquí esta noche para honrar a unos extraordinarios individuos y grupos. Todos ellos son ganadores por hacer a la gente reír y, luego pensar", declaró Abrahams entre los aplausos de un público entusiasmado.
En la edición número 29 de los Ig Nobel, diez fueron los galardonados por la revista de humor científico "Annals of Improbable Research" ("Anales de la Investigación Improbable").
Cada uno de los ganadores recibió 10 billones de dólares zimbabuenses, una suma prácticamente sin valor, un diploma firmado por varios Nóbeles de verdad y un particular trofeo: un vaso de cartón con un cepillo de dientes. A cada uno se le concedió además un minuto para que pronunciara un discurso.
Las reglas de la gala también fueron poco convencionales: los organizadores pusieron en práctica medidas extraordinarias para evitar que los premiados excedieran el tiempo.
Concretamente, pidieron ayuda a una "dulce" niña de ocho años para que, cuando los discursos se alargaban, no dudaba en gritar de manera un poco estridente: "¡Por favor, para, estoy aburrida! ¡Por favor, para, estoy aburrida!".
Los galardones en la 29 ceremonia anual en la Universidad de Harvard fueron entregados por ganadores de premios Nobel, y en lo que es ya una tradición establecida, se estrenó a nivel mundial una miniópera titulada "Criaturas de hábitos".
El público estuvo muy animado durante toda la ceremonia: algunos se dedicaron a lanzar aviones de papel y un hombre llegó a subirse al escenario, vestido con una falda escocesa, para tocar la gaita.
Este año se incluyó un homenaje al físico Roy Glauber, un ganador del premio Nobel conocido por su humildad y sentido del humor, y quien durante años asistió a la ceremonia de los Ig Nobel y al final siempre ayudaba a barrer. Glauber falleció en diciembre a los 93 años.
Al contrario que los Nobel, los ganadores de estos premios pasan muy pronto al olvido sin influir en la ciencia ni la medicina.