El trabajo detrás del vestuario de la ópera "Madama Butterfly"
Al momento de analizar una ópera se tienen en cuenta elementos como el sonido, la escenografía o el desempeño de los cantantes. Sin embargo, algo que a veces pasa a un segundo plano, más en el gran público, es el vestuario.
régisseur
Algo que en el caso de "Madama Butterfly", la producción conjunta entre Corcudec y el Teatro Biobío, está a cargo de la arquitecta, cantante y vestuarista Marianela Camaño.
Investigación
Si bien la obra original de Giacomo Puccini data de 1904, el montaje que se presenta en el recinto de la Costanera es una adaptación moderna de la misma. Detrás de ella hay todo un trabajo de investigación.
Uno que deriva de la conceptualización y contextualización que tiene la régisseur de la ópera. Para esta ocasión se buscaron referentes actuales sobre los cuales construir a los personajes.
"Uno de ellos, por ejemplo, y que más me gusta, es Goro, el casamentero, que en 'Butterfly' es el típico japonés servil, encorvado. Pero quisimos darle un vuelco y lo hicimos como un mafioso, que arma el matrimonio casi como una trata de blancas. Lo que hace esta ópera es buscar algunos referentes más contemporáneos para construir estos personajes. Ahí conversamos con la regie y acordamos que sería un personaje con carácter, 'choro', un tipo oscuro. Desde el vestuario, lo construí como alguien muy punk", señala Camaño.
Es así que, de acuerdo a la diseñadora, el príncipe Yamadori, por ejemplo, está inspirado en Juanito Yarur y Kate Pinkerton, en Melania Trump. Éste es un proceso de investigación que se apoya en referentes", sentencia.
Debido a que Camaño se sumó a la producción en mayo, un trabajo que -idealmente- es de un año, debió hacerse en un mes. "La realización, que es muy difícil, la hicimos en 17 días. Más de 80 vestuarios en ese tiempo, con tres talleres trabajando a full, en conjunto con la realizadora Paulina Catalán", agrega, sobre algo estresante y demandante, pero muy satisfactorio.
Trabajo
Según confiesa Camaño, la realización de los bocetos es una labor bastante abstracta, ya que ella y su equipo no conocen el cuerpo ni las tallas exactas de quienes usarán las prendas.
Algo que a veces genera contratiempos. "Los actores (cantantes líricos) llegan pocas semanas antes al ensayo, cuando ya está todo hecho. Por ejemplo, el cantante principal -días antes del estreno- debió irse por enfermedad, él medía 1.8 m. (Luis Olivares) y quien llegó tenía algunas tallas menos (José Azócar). Entonces debimos hacer tres trajes completos en nueve horas. ", agrega.
Un trabajo que, pese a estar hecho, mantiene a Camaño y su equipo siempre alerta, ya que "ha sido todo un desafío y un aprendizaje. Una nueva experiencia en este nuevo teatro".
Algo que la vestuarista espera que la gente valore y aplauda. "Son cosas que no ven. Captan el espectáculo y todo, pero detrás estamos siempre corriendo y atentos", finaliza.
Última función
Hoy, desde las 20 horas, se vivirá la tercera y última función de "Madama Butterfly" en el Teatro Biobío, con todas las localidades vendidas.