"El objetivo de Holanda es ser al 2050 un país 100% de economía circular"
Holanda ocupó el año pasado el segundo lugar en innovación de acuerdo al índice mundial sobre la materia. Pero ¿cómo han llegado a eso? Para el embajador de ese país en Chile, Harman Idema, esto se debe a la economía circular, otra abierta y una cooperación entre las distintas partes de la sociedad.
El personero, que estuvo de visita ayer en Inacap Concepción-Talcahuano dictando una charla sobre cómo su nación llegó a ser sustentable, innovadora y amigable con el medioambiente, comentó a El Sur las razones de ese salto, que lo tiene como líder mundial sobre el tema.
A juicio del diplomático, la razón de innovar tiene que ver, primero, con el foco en el nuevo modelo de negocios, que es la economía circular. "La gente no ve su vida solo como algo moral, que es lo principal, o con un costo adicional, sino como una nueva oportunidad de hacer negocios. Por ejemplo, estamos muy avanzados en electromovilidad y al 2030 no se venderán vehículos a gasolina, lo cual genera nuevas inversiones", contó.
AMBICIÓN
Pero además, este concepto llevará a ganar más dinero y las empresas se están enfocando en hacer negocios amigables con el medioambiente. Todo eso, dijo, los hace ser más innovadores, "con la meta de que aquí al 2050, queremos tener una economía 100% circular, una ambición que está consensuada con el sector privado y público, lo que da certeza que las herramientas y subsidios van hacia allá".
Esto se suma a que el sector privado está dispuesto a cooperar con el Estado, las agencias, instituciones de investigación y la academia para fortalecer y acelerar la innovación.
Y, tercero, señaló que Holanda no es una sociedad jerarquizada, lo que lleva a que las empresas sean más diversas en su organización e, incluso, tratan de involucrar a los que dicen que no. "No hay un CEO que dice 'allá vamos', sino que se toman en consideración todas las opiniones, tratando de equilibrar a hombres y mujeres, reducir las brechas salariales y tener una cultura abierta que promueva las diferencias internas, porque en una lluvia de ideas eso es necesario", subrayó.
NO HAY RECETA ÚNICA
En el plano energético, el diplomático comentó que cada país debe buscar su propia manera de transformar su matriz energética, no existe una receta única. Para el caso de Chile, ejemplificó con los paneles solares, que es una manera muy buena para dar ese paso, pero en el caso de su país, si bien existe la opción del sol, el viento es el elemento más recurrente, además de tener un mar más plano, lo que les permite apalancar molinos menores a los 40 metros de altura en el piso del océano, pero si eso no se puede hacer, está la opción de hacer de manera flotante.
Eso sí, reconoció que hay una discusión porque se han levantado muchas torres dentro del territorio, tomando en cuenta que es pequeño y por eso se instalan en el mar. "Ahora estamos con un piloto junto a Alemania y Dinamarca para habilitar una isla que recolectará la energía de todos los molinos de viento para traerla a estos países. Tienen mucha capacidad y en Rotterdam estamos instalando el molino más grande y con más potencial del mundo. Tendrá 13 MW de potencia, suficiente para alimentar 60 mil hogares", contó.
Las lecciones que han sacado de esto, comentó el personero, es que las torres ya no son tan invasivas y están mejorando su calidad, porque por un lado están buscando nuevas fuentes de energía, pero por otro usarla menos y para ello están apostando a usar vidrios de mayor ancho, la ubicación de la casa respecto al sol o el reuso del agua, donde también se vive sequía y la utilización de la geotermia.