Una de las disciplinas colectivas del Team Chile que destacó en los Juegos Panamericanos de Lima fue el balonmano con la histórica medalla de plata tras caer en la final ante Argentina por ajustado 31-27.
Una de las figuras en el plantel fue el arquero Felipe Barrientos, quien estuvo de paso en la zona tras el evento y que, gracias a una gestión de la escuela de Educación Física de la Unab, realizó una clínica en la propia casa de estudios.
Su presencia en la selección es clave. De hecho, un medio de comunicación brasileño lo ubicó en el equipo ideal a nivel mundial luego que su trascendental actuación significara la derrota de ese país en semifinales.
Por eso, el arquero fue recibido con entusiasmo por niños y jóvenes que participaron de la actividad organizada por la carrera de Educación Física en conjunto con la Federación de Balonmano de Concepción.
Luciendo la medalla de plata obtenida en Lima no tuvo problemas en sacarse fotos con quienes le manifestaron su admiración por el logro. "Esto es el resultado del trabajo de 20 años. Ha costado horas de entrenamiento, mucho sufrimiento, así es que súper contento y orgulloso del equipo, de lo que logramos y con el sueño olímpico intacto", explica.
Sabe que aún quedan muchos desafíos y uno de ellos es soñar con la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokyo. "En abril del próximo año vamos a disputar el Preolímpico y por eso seguiremos luchando para llevar el balonmano lo más lejos posible", apuntó.
También se dio tiempo de evaluar el actual el escenario de apoyo a la disciplina, tanto a la actual generación como las futuras a nivel profesional. "Ha mejorado. Hay que ser justos con el Comité Olímpico y el IND y con alguna gestión de la Federación, en que los equipos adultos estamos compitiendo a buen nivel y tenemos estructuras casi profesionales, con algunos detalles que pueden ser mejorables, indudablemente. Lo que a mí me preocupa es cómo seguir abasteciendo o cómo llegar a esa instancia de privilegio, como es la selección adulta", explica.
Añade que "el período del deportista entre los 14 y 20 años es muy duro, porque lo solventa la familia y está la presión social de los estudios… Ahí perdemos gente con mucho potencial".
Advirtió también de las necesidades claves con que deben contar los deportistas. "Coberturas en seguro médico nacional e internacional, becas para traslado y apoyo para prepararse en países en que la disciplina está desarrollada, es clave para continuar incentivando la formación de nuevos talentos. Con eso seguro que no abandonarían", apostó.