Flamenco sintoniza con poder femenino de Lota
Un año después de la exitosa temporada de "Lota: las mujeres del Carbón", en el Teatro Biobío, el bailaor chileno radicado en España, Pedro Fernández, vuelve con este montaje. En esta ocasión, para presentarse nuevamente en nuestra ciudad y Lota, pero sumando Santiago, donde estuvo el viernes último, en el Teatro Nescafé de las Artes.
El montaje, que le significó a Fernández ser distinguido como mejor coreógrafo 2018 por el Círculo de Críticos de Arte de Chile, se interna en el imaginario lotino de manera cuidada e intensa en el escenario.
La obra, con ocho bailarines españoles más Fernández estará hoy -18 horas- en el colegio Padre Manuel D´Alzón de Lota (gratis). Mañana, a las 20 horas, será el turno de la Sala Principal del Teatro Biobío (entradas en venta) y el jueves -19 horas- en Aula Magna del liceo Antonio Varas de Cauquenes (gratis).
Estructurado en tres partes, el montaje plantea primero "La fraternidad" o cómo las mujeres viven en torno al horno y el lavadero común. También se considera "La leyenda de la Taco Alto", mujer que -cuentan- fue enterrada viva en la mina para, finalmente, desarrollar "La gran huelga" y el cierre de las minas.
FLAMENCO LOTINO
Para Fernández, el flamenco resulta ideal para contar ésta y otras historias, aunque cuando no se trate de una expresión propia. "Éste se formó de muchas culturas, sabe de persecución y dolor, tiene mucha carga emotiva. Lo uso como herramienta expresiva", explica el coreógrafo.
A la fuerza del taconeo, le suma su amor por Violeta Parra. "Ella escribió letras muy poderosas, que pueden habitar el cante flamenco", apunta respecto a temas que se escuchan de su autoría como "Qué pena siente el alma", "La jardinera", "Qué he sacado con quererte" y "El amor" entre otras, agregando "El pueblo unido", de Quilapayún.
El hilo conductor es el pañuelo. "Ese elemento se transforma, por ejemplo, en la escena del horno los pañuelos hechos bolas son el pan que amasan las mujeres", señala el bailaor.
Involucrados
P. Fernández: coreografía, guión y dirección. Christine Hucke: directora de escena. David Mínguez: escenografía, iluminación. P. Bachura y A. Ibarra: dirección teatral.