Inspirada en el clásico cuento "Hänsel y Gretel", escrito por los hermanos Grimm en 1812, "Viejo bosque", de alguna manera, también apuesta por el relato de hadas. Esto, en cuanto a la idea de que las apariencias engañan.
Es sobre este tópico por donde transita el montaje de la compañía penquista Teatro Laberinto, que se presentará con dos funciones -mañana y el sábado- en Artistas del Acero (19.30 horas).
El grupo nacido en 2017, estrenó la obra de 70 minutos, el año pasado con nueve pases programadas en diferentes ciudades de la Región. Ello, como parte de una itinerancia financiada por el Fondart 2018 en la línea de creación artística en teatro.
Por lo tanto, esta temporada doble en la sede acerera de O'Higgins 1255 no es de estreno, pero sí una reposición -con ese carácter- por parte de la compañía, que ajusta sus detalles desde mayo pasado, con el fin de que todo salga según lo deseado.
"Además, este año se integró Constanza Lagos al elenco", comentó Felipe Cea, también actor de esta apuesta dirigida por Fredy Flores, y cuyo trío histriónico se completa con Isaura Quiñones.
REFLEJAR UNA REALIDAD
"Viejo bosque" es el primer montaje trabajado por el grupo local, que nació por iniciativa de Cea y Quiñones, con un carácter de aficionados. A excepción del director de la apuesta, ninguno de los integrantes del grupo cuenta con formación profesional en el área teatral.
Sin embargo, en sus individualidades suman experiencias previas en el escenario con un promedio de dos a tres años.
El texto, nacido a partir de una idea original de Teatro Laberinto, cuenta con dramaturgia de Magdalena Quiñones, con experiencias escriturales en el área.
La obra plantea la historia de los hermanos Anselmo y Etelvira, y el tránsito que hacen para llegar al asilo de ancianos clandestino llamado "El bosque".
"Llegan a este lugar, porque son dejados por su familia dada sus malas condiciones económicas. Allí van a vivir una serie de situaciones complejas", cuenta Felipe Cea, sobre aspectos que sirven de reflejo de la realidad nacional.
- Buscamos reflejar la realidad nacional. En nuestro proceso de investigación -lo realizaron entre los meses de enero y abril del año pasado- vimos reportajes y noticias relacionadas con el tema de los asilos, denuncias en los mismos, como en hogares del Sename.
- Anselmo y Etelvira llegan al asilo siendo mayores, 85 años, y recuerdan su niñez (10 y 12 años respectivamente). Efectivamente, es una historia que se cuenta a dos tiempos, en la vejez e infancia.
- En cuanto al mensaje, el objetivo de la obra en concreto es hacer una crítica a la situación en la que viven los adultos mayores y los niños, que han sufrido abandono, y la manera en que se lleva esta situación en nuestro país.
- Básicamente, en nuestro país del tema de los adultos mayores se habla mucho y se hace poco en concreto. Por ejemplo, cifras del INE, entre 2010 y 2015 se suicidaron 935 adultos mayores en Chile. Entre los temas que pone la obra apuntan a pensiones y vejez digna.
Para llevar a cabo un título recomendado para mayores de 12 años, el elenco suma ensayos de hasta cuatro horas por jornada, dos veces a la semana.
"Reflejamos dos cosas, la frialdad de este asilo clandestino en contraste con la magia que presenta el bosque", indica Cea.
- Tenemos una propuesta bastante artesanal en su textura. Hay también un juego de marionetas (ancianos) minimalista en términos de espacio. El asilo es muy pequeño, buscando plasmar la sensación de hacinamiento, mientras que el bosque es más amplio. Se juega con los contrastes (escenografía y utilería realizada por Nessagara, vestuario (Susana Silva), iluminación de Manuel Cerdeira y música de Javiera Hinrichs.