Las cuentas públicas son una manera de dar a conocer sobre la gestión del gobierno a la comunidad para posteriormente evaluarla, generar transparencia, condiciones de confianza y garantizar el ejercicio del control ciudadano sobre la administración pública. Así, esta vez el Presidente cumple con ello.

Vimos varios hechos ya pasados y sus resultados, pero también algunos anuncios que se esperaban como la protección a la clase media, algunos guiños a las pymes y el tema de infraestructura. Además, de los ya sabidos proyectos de modificaciones al sistema de pensiones, Isapres, reforma laboral y tributaria.

En el tema infraestructura los penquistas deberíamos estar contentos con el anuncio del estudio de factibilidad de un Metro para Concepción, que es una clara respuesta a las presiones ejercidas por varios entes locales en las últimas visitas del mandatario a la zona. Sin embargo, tengamos cuidado y no nos ilusionemos mucho porque es solo el primer paso.

Otra noticia es la extensión del Biotrén a Lota y Penco, proyecto más internalizado en nuestras expectativas, pero que si generaría un impacto importante para estos desplazamientos que hoy están tomando cada vez más tiempo dada la congestión vehicular imperante.

Es importante destacar que el Presidente asume lo que el mercado tiene bastante internalizado, que es el menor crecimiento económico que tendremos este año y las dificultades que esto le generará en su gestión. Esto si es un problema para un gobierno que tiene como meta poner en marcha la economía del país y una serie de promesas que se hacen más difíciles de cumplir si la economía no logra niveles de crecimiento importantes, con el consiguiente choque de la realidad con las expectativas de la población.

Creo que el gobierno tiene muchos proyectos en carpeta, que si logra aprobarlos, veremos buenos resultados en términos de bienestar para las personas.

Punto aparte, las reacciones de todos los sectores políticos, las que también cumplen. Y lo hacen con unos que consideran todo bueno y otros todo malo. Lo mismo de todos los años, sin importar a quien le toca estar de un lado o del otro.