Cada 31 de mayo se conmemora el Día Mundial Sin Tabaco; ocasión promovida por la Organización Mundial de la Salud para reducir el consumo de cigarrillo a partir de la concientización sobre los efectos nocivos y letales de este hábito.
Y es que aunque algunos lo asocian a momentos de diversión y relajo o les ayude a calmar la ansiedad y angustia, el precio a pagar es muy alto, porque "no existe, por ninguna parte, un efecto beneficioso de consumir tabaco", sostiene Fabián Mora, médico broncopulmonar de Clínica Biobío y Hospital Clínico Regional de Concepción, y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción.
Y es que el costo económico de comprar cigarros, donde cada cajetilla puede llegar a costar 4 mil pesos, es un dinero que literalmente se bota y solo daña, pues con el humo y desecho de colillas se contamina el ambiente y el organismo, dañándose el planeta y la salud de la población que se ve expuesta, tanto fumadores pasivos como los activos, que son los que en mayor riesgo de desarrollar múltiples enfermedades están.
Sobre esto, el profesional advierte que el humo del cigarro contiene nicotina, que produce dependencia, además de otras sustancias nocivas y cancerígenas.
DAÑO PULMONAR
El primer sistema que se ve profundamente afectado es el respiratorio, tanto de las vías altas como bajas, precisando que existe un amplio espectro de enfermedades pulmonares asociadas, donde el cáncer es una de las más graves y letales, y asevera que "el 90% de los casos están asociados al consumo de tabaco".
Otra compleja patología vinculada al hábito tabáquico es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), conocida también como enfisema pulmonar o bronquitis crónica, sobre el que comenta que "la mayoría de los fumadores después de los 40 años de edad empiezan a desarrollar este compromiso pulmonar que es un cuadro parecido al asma: pacientes que son tosedores crónicos, que se ahogan porque se obstruyen, que se cansan, que sufren crisis obstructivas frecuentes con exacerbaciones que a veces requieren hospitalización. Es un cuadro que produce un deterioro de la capacidad funcional progresiva, hasta la fase avanzada con pacientes que terminan necesitando oxígeno y algunos casos incluso trasplante de pulmón".
Añade que hay condiciones que, aunque en menor medida, también se pueden asociar al consumo de cigarrillos, como la fibrosis pulmonar.
En este sentido, el doctor Fabián Mora aclara que las mencionadas son enfermedades que se presentan a edades adultas (después de los 40 años) pero en los más jóvenes, sostiene, "existe riesgo de complicaciones como más frecuencia de infecciones respiratorias o cuadros agudos respiratorios con mayor riesgo de complicaciones. Hay mayor predisposición al desarrollo de bronquitis y de neumonías en los fumadores; de hecho se les recomienda vacunarse contra esta enfermedad".
DAÑO INTEGRAL
Y lo expuesto tiene solo que ver con lo que sucede a nivel del sistema respiratorio, pero no es el único daño que genera el consumo de tabaco ni lo menos preocupante, pues el broncopulmonar asevera que la salud orofaríngea se puede ver severamente comprometida, como daño en boca, dientes y encías o cáncer de la mucosa oral. Agrega que también hay efectos a nivel del aparato digestivo con la exacerbación de cuadros como gastritis crónica o daño en el páncreas, además de la vejiga, mayor riesgo de osteoporosis y de una serie de alteraciones a la piel.
El riesgo cardiovascular merece atención particular, manifiesta el especialista, pues "junto a la hipertensión, diabetes, sedentarismo, dislipidemias y la edad, el tabaco es uno de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares", que son la principal causa de muerte en Chile y el mundo. Según explica, esto se da porque "influye bastante en el daño de los vasos sanguíneos como para propiciar que se produzcan alteraciones y lesiones y así se generen infartos agudos al miocardio, accidentes cerebrovasculares o perjudicar el manejo de una hipertensión arterial". Mora advierte que cuando el hábito tabáquico se asocia a factores como obesidad y diabetes, el riesgo aumenta significativamente.
MOTIVAR Y CAMBIAR
Pero, considerando al tabaco como un relevante factor de riesgo de la salud, el broncopulmonar hace énfasis en que "fumar es modificable a diferencia de la edad o genética que no se pueden cambiar, el consumo de tabaco se puede suspender y prevenir".
Aspecto sobre el cual menciona que la mayoría de las enfermedades asociadas al hábito tabáquico se presentan en el largo plazo y el componente genético influye en la mayor predisposición, aún hoy no se puede estudiar y saber quién tiene esta predisposición, sino que solo hacer asociaciones en ciertos casos conociendo el historial. Pero, sí tiene certeza de que "a mayor tiempo de exposición al tabaco hay más riesgos de desarrollar daños".
Por ello, el doctor Mora sostiene que "mientras más precozmente se termine el hábito, menos posibilidades de desarrollar patologías", pero su recomendación y sobre todo anhelo es que "las personas no comiencen nunca a fumar".
Y para lograrlo, opina, es clave la educación, poniendo en las poblaciones más jóvenes, aquellos más cercanos a comenzar a fumar para que lo eviten o terminen rápidamente, y que son personas aún en formación y por tanto es posible impactar en ellos realmente generar un cambio de mentalidad que se traduzca en una transformación sociocultural a futuro.
Para el profesional lo primordial es hacer actividades de promoción y prevención en colegios y abordar la temática en el hogar con diálogo, el ejemplo y desde una mirada positiva. Es que cree que si bien es esencial informar, desde la evidencia científica, sobre los efectos nocivos de fumar, piensa que puede ser un buen motor el entusiasmo. "Hay que crear consciencia mostrando cuáles son los beneficios de no fumar, cómo es la vida sin el hábito. Que sean campañas motivadoras, y no castigadoras, porque esto último genera que la gente haga las cosas con culpa o escondida, pero las hace igual", concluye,