Colaboradores instruidos dan mayor seguridad en el trabajo
Promover trabajos seguros, saludables y dignos es el gran objetivo del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, que se celebra desde 2003 cada 28 abril, en una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas y establecida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Este año, en el marco del centenario de la OIT, se ha buscado hacer un balance de los 100 años trabajando en torno al propósito de la conmemoración y vislumbrar qué se debe seguir haciendo de cara a los cambios sociales, culturales, tecnológicos y ambientales que están ocurriendo, por lo que el lema en 2019 fue "Un futuro del trabajo seguro y saludable".
Y para ello es clave reconocer, primero, que los riesgos son diversos y pueden estar latentes de forma constante, tanto asociados al espacio físico y/o función particular como a los entornos naturales. Así, para promover trabajos seguros, además de que se cumplan las obligaciones que imponen la legislación y normativas vigentes, también es importante que en las compañías exista una cultura de prevención.
Esto, por un lado tiene que ver con mitigar el peligro de accidentes como tener capital humano que sepa actuar adecuadamente de cara a las distintas situaciones de emergencia que pueden suceder en el lugar de trabajo o mientras se está en éste.
RIESGOS Y ACCIONES
Para cumplirlo, básico es identificar los peligros asociados a un determinado ambiente y ocupación, desde el uso de herramientas hasta las zonas de riesgo de una empresa, pues no es lo mismo trabajar en minería que en una tienda de retail, según plantea Horacio Miñano, director de Personas y Cultura de ISS Chile. Estos deben ser conocidos claramente por todos y cada uno de los colaboradores, y tener un protocolo para evitar riesgos como de acción.
En este sentido, dice que se deben difundir las normas de protección al trabajador y también informar qué hacer frente a un accidente laboral. Apunta que por ello también es de importancia que empleados y empleador estén instruidos sobre las políticas y leyes vigentes.
Resalta que el trabajador debe contar con el equipo de protección adecuado, aclarando que es responsabilidad de la empresa proporcionarlos y fiscalizar su uso. Asimismo, se deben supervisar constantemente las condiciones laborales.
Desde lo particular, es trascendente también tener claridad sobre riesgos generales como los incendios, un sismo de gran magnitud y otros vinculados a los entornos naturales. Para estos también deben existir protocolos de acción conocidos, además de zonas de seguridad y vías de evacuación debidamente identificadas, junto a instrucciones claras y visibles, sostiene Sebastián Echeverría, gerente general de Laborum.com.
Como consejo general, también cree que es relevante tener los contactos de emergencia a fácil disposición, pues el nerviosismo muchas veces juega en contra y tardar en comunicarse con servicios como bomberos o ambulancias puede exponer a mayores riesgos.
También recalca que es importante alertar con tiempo sobre un eventual peligro. En otras palabras, el ejecutivo dice que no se deben pasar por alto indicios de lo que puede terminar en catástrofe, como humo que alerte del inicio de un incendio o leves temblores que podrían ser la alarma de un sismo más intenso.
Reaccionar al instante da pie a detener las labores oportunamente y evitar inconvenientes al existir tiempo para actuar con calma; clave según Sebastián Echeverría, pues muchas veces las tragedias más grandes ocurren por reacciones tardías e inadecuadas.
MÁS CONFIANZA
Atendiendo a todos los riesgos que existen, Echeverría afirma que la existencia de sistemas de alarma y vigilancia efectivos, y que se cuente con un instructivo que sirva como guía de acción para sus colaboradores es fundamental. "Las empresas deberían tener un reglamento que determine el comportamiento y los pasos a seguir en caso de verse expuestos a momentos de emergencia", apunta, sin dejar de mencionar que una muy buena medida es dedicar ciertas jornadas para realizar actividades formativas y educativas en torno a temáticas de seguridad y prevención de momentos de riesgos. Al respecto, recalca que siempre debe existir una persona del equipo que esté a cargo de liderar las maniobras de emergencia y aplique los protocolos establecidos.
En relación a lo importante de lo expuesto, Miñano y Echeverría coinciden en que tener colaboradores instruidos en seguridad y prevención de riesgos contribuye a disminuir el número de imprevistos y por ende de accidentes que puedan desencadenarse, además de mitigar al máximo los posibles efectos negativos de aquellos que ocurren o de situaciones que no se pueden evitar.
Es que esto les permite trabajar con mayor confianza y tranquilidad, a la vez que al ser parte de instancias de educación demuestra que el empleador se preocupa, lo que sin dudas impacta positivamente en su bienestar y les motiva, y así influye en el clima laboral y en los resultados del trabajo.