Día Mundial de la Tierra: una responsabilidad social necesaria
Cada 22 de abril se conmemora el Día Mundial de la Tierra, fecha que marca el nacimiento de un movimiento norteamericano social que le dio voz a la conciencia ambiental moderna, forzando a incluir en la agenda política y pública los problemas de polución (aire y agua) y protección ambiental de nuestro planeta.
Aquel día de 1970, 20 millones de norteamericanos se tomaron las calles, parques y auditorios de colegios y universidades para protestar en contra del deterioro ambiental, además de pedir un ambiente saludable y sustentable. Lo insólito del movimiento fue que demócratas y republicanos, ricos y pobres, granjeros, pueblerinos y citadinos, dueños de empresas y dirigentes sindicales se unieron en una causa común. El resultado fue tan claro, que ese mismo año se creó la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (conocida por su sigla en inglés US-EPA), encargada de proteger la salud humana y el medio ambiente: aire, agua y suelo. En 1990 el movimiento movilizó 200 millones de personas en 141 países y el número ha ascendido a billones.
La lucha por un ambiente limpio y el uso responsable de los recursos naturales se hace cada vez más urgente al considerar el creciente y superpuesto efecto del cambio climático y la sobrepoblación con la idea de conservar y proteger la biodiversidad del planeta.
Este movimiento en Chile no ha logrado grandes hitos ni el arrastre que nuestro planeta merece y si bien es muy buena la política ser el primer país latinoamericano en prohibir bolsas plásticas este 2019 ("Terminar la polución por plástico" fue el lema del Día de la Tierra el 2018), solo nos distrae de las verdaderas urgencias ambientales que nos agobian y siguen pendientes como la contaminación y uso responsable de nuestros recursos como por ejemplo el cada vez más escaso recurso hídrico, sin mencionar el cambio climático.
Todos los días deberían ser el Día de la Tierra, de la Madre, de la Mujer, del Niño, pero lamentablemente nuestro individualismo y consumismo nos hace seguir el camino más fácil y olvidar los problemas comunes y empatizar con el prójimo. Incluso, considerando nuestra ciudad y su avance en ciclovías, quienes se bajan del automóvil y optan por la bicicleta es muy raro que respeten al peatón y al parque automotriz, brotando ese individualismo que mancha tan buena acción ambiental y borra cualquier intento de sueño colectivo. El lema del Día de la Tierra 2019 es "Proteger nuestras especies". Todos tenemos responsabilidad social de educar a la población adulta e infantil en el cuidado de nuestra tierra y la conservación de su biodiversidad.
Estamos a tiempo de cambiar nuestra mentalidad y hábitos que faciliten y mejoren la situación para las generaciones venideras. Cientos de ejemplos que conocemos, y que no siempre ponemos en práctica, contribuyen a hacer más sostenible y habitable el planeta. De hecho, la mejor herencia que podemos dejar a los jóvenes es un planeta habitable, porque la Tierra no pertenece a los humanos, sino que nosotros somos los que pertenecemos a ella.
Queda un año para el 2020, año que marca el 50 aniversario del primer Día de la Tierra, ese debería ser un año para reivindicarnos, comprometernos y conseguir políticas sociales efectivas que permitan conservar este plantea y cambiar el futuro ambientalismo del siglo 21 en Chile.
biólogo marino, académico Fac. de Ciencias, UCSC