Festival encantó al mostrar el lado lúdico de las matemáticas
Nació a fines de 2016 como una actividad satélite ideada por la Sociedad Chilena de Matemática (Somachi) en el marco del Congreso Internacional SUMA, que convocó a matemáticos de Chile y Argentina en Valparaíso, pero la iniciativa resultó interesante y digna de replicarse, llegando así a diversos rincones de Chile para encantar a grandes y chicos con una ciencia que muchas veces genera distancia y hasta temor.
Y así quedó demostrado por estos días, cuando el Festival de Matemáticas llegó a la Región del Biobío para celebrar su séptima versión con dos jornadas, una el 11 de abril en Los Ángeles al día siguiente en Concepción, repitiendo el rotundo éxito de sus ediciones anteriores a las que ha convocado a cientos de personas de todas las edades. "El último que hicimos fue en Chiloé y creo que la isla estaba vacía, porque el festival estaba repleto", recordó con entusiasmo Ximena Colipán, académica de la Universidad de Talca (UTAL) e integrante del comité organizador del evento, mientras le hacía frente a la misión de mantener el orden en el ingreso de las delegaciones de escolares que llegaron hasta la Casa del Deporte de la Universidad de Concepción (UdeC), epicentro de la actividad, abierta a todo público y gratuita, en suelos penquistas.
MÁS QUE FÓRMULAS
El ajetreo, espera y expectación era para poder ver y disfrutar lo que estaba preparado, ya que lo que da vida al festival es el espíritu "de mostrar la parte lúdica de las matemáticas, aquella que no nos muestran cuando nos enseñan en el colegio, que son números, algoritmos y fórmulas. En general, vemos que la matemática es lo que nos sirve para ir a comprar o construir, pero la verdad es que es mucho más que eso", manifestó la profesional. Por el contrario, para ella, sobre todo, esta ciencia "es un arte que no siempre tiene que ver con una aplicación directa; lo esencial, la verdadera matemática, es resolver problemas".
De esta forma, durante esta actividad se realizaron charlas sobre distintos tópicos para derribar barreras y acercar las ciencias matemáticas al público, y se montaron más de 20 stands con monitores que en su mayoría eran estudiantes de Pedagogía o Ingeniería de las universidades que son parte de la organización, como la UdeC y la UTAL, y que tenían la misión de interactuar y mostrar el uso de las matemáticas en las más diversas actividades y creaciones, demostrando que los conceptos trascienden a una operación para hacer un cálculo, que no todo es técnica para especialistas ni un terreno árido de explorar.
Formación de burbujas, la precisión tras un balón de fútbol, la geometría del arte islámico o de los teselados e incluso magia; diversas fueron las iniciativas y muestras que los asistentes pudieron disfrutar. "La idea es mostrar la matemática que hay dentro de una simple pompa de jabón, que un truco mágico no sale de la nada, sino que se basa en la matemática o que en un juego de estrategia la ganadora tiene que ver con esta ciencia", precisó Ximena Colipán.
EXPERIENCIA DE LOS
ESTUDIANTES
Y la experiencia de los estudiantes de distintos establecimientos educacionales que acudieron a la séptima versión del festival confirman lo expuesto por la académica y también el cumplimiento del propósito de esta iniciativa que cada vez tiene más éxito.
Así, por ejemplo, Ignacio Cisternas, alumno de sexto básico del Colegio Andrés Bello de Chiguayante, dijo que lo más atractivo del festival fue que se pudo relacionar más que en clases con las matemáticas, a lo que agregó que "se puede interactuar con varias cosas, como hacer un cubo con origami y torres con triángulos (de cartulina)". La estudiante de séptimo básico del mismo establecimiento, Martina Córdoba, mencionó como uno de los aspectos que más valoró que las diversas actividades del festival les ayudaron a aprender haciendo.
Por su parte, la joven Catalina Bastidas, de tercero medio del Colegio San Ignacio de Concepción manifestó que su proyecto favorito fueron "los juegos de computadora que hay que resolver con ejercicios matemáticos" y admitió que es una de las estrategias que le gustaría que usaran en el colegio durante las clases, lo que demuestra que el festival también puede ser una instancia para que los docentes interactúen y conozcan los intereses de sus alumnos, y también conozcan otras herramientas que podrían contribuir a innovar en las prácticas pedagógicas y potenciar el proceso de aprendizaje.
Por último, los alumnos del Colegio San José de Cabrero Gustavo Machuca y David Campos, ambos de tercero medio y que se entretuvieron con el origami, manifestaron su interés, y con certeza el de muchos niños y jóvenes, de que estas actividades se repitan y puedan ser más las personas que se maravillen con esa matemática presente en casi tantos lados, pero que no siempre se ve.