Secciones

Evento busca relevar riqueza de conectar la ciencia y el arte

E-mail Compartir

Poner sobre la mesa lo enriquecedor que es el cruce entre las disciplinas científicas y artísticas, mostrando interesantes experiencias que han surgido a partir de este vínculo es el espíritu de la "Bienal Concepción, Arte y Ciencia", que entre hoy 3 de abril y este viernes 5 realizará su primera versión, definida como "cero", con múltiples actividades gratuitas y abiertas a todo público (ver recuadro).

La idea nació desde la inquietud de cuatro artistas/científicos, académicos de las universidades de Concepción (UdeC), Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) y del Bío-Bío (UBB), que han ejecutado proyectos sobre variadas temáticas con interesantes resultados para ellos como profesionales y para los entornos en los que han trabajado, los que se darán a conocer durante el desarrollo del evento.

Una de ellas es Marianela Camaño, docente y secretaria académica de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la UdeC, autora de "Cardumen: la emergencia en los peces nativos", propuesta que utilizando herramientas de la escenografía y arquitectura efímera busca visibilizar la realidad de la "Carmelita Concepción", pez endémico que solo habita los ríos Biobío y Andalién y se encuentra en peligro de extinción.

Según cuenta, entre los objetivos concretos de esta actividad que, como su nombre lo indica, se proyecta realizar cada dos años, está generar el vínculo entre artistas científicos y una comunidad en específico, creando obras de arte científicas pensadas en conjunto y que queden plasmadas allí. Este año la localidad con la que se trabajará pertenece a Coliumo.

Otro gran interés es abrir espacios de encuentro y diálogo que lleven a conformar una red de artistas y científicos, entendiendo que a nivel local y nacional, aunque muchas veces de forma aislada, son varias las iniciativas que se están desarrollando o pensando.

Sobre esto, Camaño precisa que la iniciativa cuenta con el apoyo institucional de las distintas universidades a la que pertenecen los académicos que son organizadores, que junto a ella son Ronald Mennickent, Fernanda Oyarzún y Nicolás Sáez, por lo que el sello está en la colaboración de las entidades y de los profesionales, y también en el concepto de 'co-crear', pues sostiene que "hay un trabajo mancomunado entre artistas científicos y la comunidad para generar proyectos nuevos, que salen de un cruce bien experimental y muchas veces inexplorado, pero que son productos mucho más ricos como resultado".

CÍRCULO VIRTUOSO

Justamente, al contar sobre los proyectos y difundir otras experiencias en el resto del país y el extranjero, y en las conversaciones que se generen a través de las distintas instancias, la "Bienal Concepción" tiene un propósito más trascendental: mostrar y demostrar que en la unión de la ciencia y el arte surge una forma distinta de entregar conocimiento o de hacer visible alguna problemática, y que es el resultado de un proceso en el que todos ganan. Al respecto, Marianela Camaño comenta que "cuando me reúno con biólogos, por ejemplo, me inspiro en el diálogo y se me ocurren muchas nuevas ideas que por sí sola no se me ocurrirían, y pasa también a la inversa", por lo que sostiene que lo primordial y más fructífero es que entre todos se potencia la creatividad. Por tanto, considera un desafío que puede ser muy provechoso el lograr armar estos equipos de trabajo.

Además, es un círculo virtuoso que también involucra a la comunidad que recibe el conocimiento en forma de pieza artística, especialmente cuando se les hace parte del proceso, como esperan hacerlo en la Bienal y lo han hecho en los proyectos que se expondrán.

Y es que lo valioso y relevante es que el arte científico puede ser un vehículo para impulsar aprendizajes tan significativos como transformadores, pues las obras artísticas producen emociones y esto, sin dudas, lleva a que se digiera e integre de otra forma la información, opina.

"CARDUMEN"

Un ejemplo de lo planteado es "Cardumen". Aunque el proyecto se cristalizó con un trabajo escénico, el desarrollo contempló jornadas de conversación y educación con las comunidades que viven en torno al Río Andalién respecto al rico ecosistema que los rodeaba y al que pertenecen, concientizando que bajo el agua hay un mundo invisible y que cada acción humana genera un impacto que puede ser nefasto para la vida. Tras la experiencia, Camaño puede afirmar que muchas personas no sabían sobre el terreno en el que vivían ni de la biodiversidad que estaba a sus pies, pero que al conocerlo lo valoraron, se empoderaron y hoy pueden ser guardianes de dichos ecosistemas.

Desde allí es que releva que tienen la expectativa de que la "Bienal Concepción" no solo se mantenga, sino que crezca en cada nueva edición en la que se proyecta ir trabajando con comunidades específicas y donde un foco primordial serán las nuevas generaciones, pues cree que es el terreno más fértil para sembrar las semillas del cambio. "El horizonte está en que en unos años más se va a ver el impacto en los niños y jóvenes que van a estar sometidos a esta experiencia de arte y ciencia", finaliza.