"Es impresionante y complicado caminar por calle Freire, desde la intersección con Juan Bosco hasta Lientur, y comprobar cómo la vereda se encuentra destruida a ambos lados de la calle. Pareciera que las baldosas fueron bombardeadas, pero en realizar es la acción de las raíces de los árboles que las levantan y destruyen no sólo las baldosas, sino el pavimento de cemento y los desagües de lluvias. ¿Por qué en la ornamentación se plantan especies que alcanzan muy grandes dimensiones? ¿Habrá que talar, replantar y luego reparar las veredas?", dice la lectora X.M.D., quien envió estas fotografías.