Cuando han pasado 30 años desde su estreno el 9 de diciembre de 1988 en Puente Alto, ante 600 espectadores, la emblemática obra autobiográfica de Roberto Parra, adaptada al teatro por Andrés Pérez bajo el título de "La Negra Ester", sigue manteniendo su esencia original.
"A pesar de que han pasado muchos músicos y actores por la obra, los personajes siguen siendo los mismos. Nada cambia y el relato lo llevamos tal cual sucedió en su primera función", dice Micaela Sandoval, protagonista actual del musical escrito en décimas el año 1971.
Y es que mantener el texto y la forma que originalmente le dio Pérez al montaje -el más visto en la historia del teatro nacional-, resulta todo un desafío para el elenco que viaja actualmente con este clásico de la compañía Gran Circo Teatro.
"Nuestra meta siempre es llegar a lo que fue su primera función, pero es súper complejo, porque ninguno de nosotros vivió ese momento. Sin embargo, somos un grupo consolidado que siempre responde y trabaja como hormigas. Así que lograrlo es muy hermoso y satisfactorio", complementa la también hija de Rosa Ramírez, actriz original de la obra.
En tres horas, los miembros de la compañía nacida en 1980, cuentan parte de la vida amorosa de Roberto, quien conoce a "La Negra Ester", una popular prostituta de San Antonio, a la que adora y respeta. Un ambiente no exento de picardía y humor se espera para la función de mañana, a las 18 horas, en el Teatro Biobío.
"Somos un equipo de más de 30 miembros, que llegará a Concepción a contarles esta historia de amor y desamor, para que nos entreguen su corazón y podamos subirlos a una montaña rusa de emociones", adelanta la intérprete de 31 años.
TRASCENDENCIA
La importancia e influencia que alcanza esta pieza teatral hasta hoy, se debe, según Micaela, a la forma de ser, que siempre ha nutrido la compañía santiaguina.
"Yo creo que eso tiene que ver con la metodología que tiene el Gran Circo Teatro, más allá de la Negra Ester. Eso trasciende de ese montaje en particular, porque después son muchos los que abordan a los personajes desde su esencia como seres humanos y no como caricaturas, como muchas veces se trata a la clase trabajadora de este país, incluyéndome", sostiene.
Y en cuanto a su conexión con el personaje, agrega que "hay un momento de la obra en que la Negra Ester dice que no tiene pretensiones: ahí me conecto muy bien con el personaje, porque yo soy súper poco pretenciosa sobre todo en lo laboral. Con eso estaba lista. Y cuando llegué a interpretar el personaje lo sentí como un regalo muy grande, pero nada esperado. Era como ganarse el loto sin comprar cartón", refiere.
Y aunque asume su rol protagónico como una responsabilidad, lo lleva a cabo de manera muy natural. "Se transformó en un cariño verdadero. Yo nunca me he sentido presionada por hacer una función de la Negra y espero que no ocurra", confiesa.
INFLUENCIA LOCAL
La apuesta también es símbolo de admiración para la comunidad teatral penquista. De hecho, para Manuel Loyola, director de Teatro del Oráculo, este clásico marcó un antes y un después en las tablas chilenas.
"Es tan importante su revolución que -incluso- en su momento algunos representantes del estatus teatral chileno dijeron que no era una obra teatral, sino que era un espectáculo popular de circo. Sin embargo, lo que estaba operando ahí era un poco la ceguera de una generación de dramaturgo, directores y actores que no veían los múltiples lenguajes que contenía ese tiempo", dice.
Según la dramaturga local Valentina Durán, los creadores actuales tienen muchas influencias de este montaje. "Es una obra ícono de las más representativas que tiene el teatro chileno. De hecho, el Día del Teatro Nacional se celebra el 8 de mayo, para el nacimiento de Andrés Pérez. Es un referente para muchos hoy en día en cuanto a lo estético, influencias y contenido", plantea.
Algo en lo que coincide Juan Pablo Aguilera, director de la compañía La Concepción. "Es como el verso popular chileno y latinoamericano, pero muy marcado con nuestra identidad, que hacen que la obra se convierta en algo tan preciado y significativo. Es muy bonito lo que sucede con la obra, porque es un gran clásico que se vuelve a montar una y otra vez. Entonces, es necesario que todo admirador del teatro chileno la vea", invitó el actor.