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Mujeres permanecen más tiempo que los hombres en sus cargos

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Aunque se han generado distintos avances, lograr la equidad de género es todavía uno de los grandes desafíos del mundo laboral. Es lo que pasa con las diferencias en los cargos de alta dirección que en su mayoría están ocupados por hombres.

Pero, si de estabilidad laboral se trata, las mujeres llevan la delantera, según el estudio "Ejecutivas en el mundo laboral" que realizó la consultora DNA Human Capital en Chile, Perú y Colombia. Entre los resultados destacan que en cargos gerenciales las chilenas permanecen un promedio de siete años, mientras que los hombres cinco.

Sobre lo que explica esta diferencia, la directora de la firma en Chile, Elizaveta Hodireva, afirma que "los puestos de mediana y alta gerencia están ocupados por hombres en su mayoría, y les interesa tener un crecimiento más rápido a nivel del cargo y las rentas, lo que genera mayor rotación. Las mujeres valoran y buscan un equilibrio entre trabajo y familia, y son menos propensas a asumir el riesgo de cambiarse de trabajo".

Justamente, la responsabilidad familiar es aún un tema que complica a las mujeres, pues según Hordivera, el trabajo doméstico sigue siendo principalmente asumido por el género femenino, lo que sin duda agrega una carga. Por ello, un desafío para generar instancias más equitativas entre hombres y mujeres en lo laboral el es permitir un equilibrio de condiciones que den la posibilidad de que ellas se dediquen con igual intensidad y tiempo a la familia y a su carrera profesional.

RETOS

Sobre las postulaciones a cargos de alta responsabilidad, la balanza está inclinada hacia los hombres, pues en Chile sólo 5% de las postulaciones a puestos gerencias corresponde a mujeres.

Por ello, Elizaveta Hodireva opina que un reto es perder el miedo a asumir nuevos desafíos e incentivar a las mujeres a estudiar carreras que les permitan involucrarse en puestos de toma de decisiones en distintos niveles de una empresa.

Elección de carreras

Según Elizaveta Hodireva las mujeres eligen menos carreras de áreas más técnicas, que conducen de más directamente a cargos más relevantes en cuanto a tomar decisiones.

Planificación: la clave para manejar la "doble presencia"

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A medida que avanza el primer mes laboral del año (muchos trabajadores se tomaron sus vacaciones durante febrero), realizar una correcta planificación de las tareas se torna fundamental. La importancia de una planificación adecuada es que, al ejecutarse, impacta en el bienestar laboral. De este modo, el mantenernos conscientes y atentos plenamente respecto de dónde estamos y dónde queremos llegar con nuestro trabajo resulta una acción de autocuidado. Y es que no hay nada más frustrante que ejecutar un plan sin obtener resultados.

La planificación es una competencia transversal para lograr cualquier tipo de objetivo e implica claridad en las metas, identificar los caminos posibles para obtener resultados, prever variables, establecer recursos y también a quiénes están involucrados, bajo gran comunicación. Esto aumenta la probabilidad de controlar potenciales imprevistos y acerca el cumplimiento de objetivos.

Al no planificar correctamente un trabajador se expone a riesgos. Uno de los principales es la automatización de las funciones, también conocido como "piloto automático", que implica el desarrollo de nuestras actividades diarias sin tener consciencia de lo que hacemos, olvidando detalles, perdiendo calidad y obligando a repetir tareas. También se produce una priorización inefectiva provocada por no planificar ni organizar el trabajo, o hacer todo al mismo tiempo, desviando la atención de lo principal hacia lo urgente y accesorio, y desviando también recursos, tiempo y energía.

Pero, sin duda, uno de los mayores riesgos es la doble presencia, tema que la psicología del trabajo y de la seguridad está abordando en la última década, debido a sus consecuencias en la calidad de vida. Esto es similar al "piloto automático", pero está asociado a algún problema personal o una situación conflictiva que mantiene a la persona realizando una acción en tanto que sus pensamientos y emociones están en "otra parte", generalmente buscando la solución a este problema y con un alto nivel de ansiedad.

Para evitar estos riesgos se puede comenzar integrando algunas prácticas de autocuidado. La primera recomendación es tomar consciencia de nuestros actos para evitar la automatización. Lo segundo es adquirir responsabilidad respecto a nuestra vida, por ejemplo, en aspectos básicos de salud y alimentación, atendiendo a las señales que nuestro propio organismo nos entrega. Lo tercero es pedir ayuda, lo que indica prudencia y responsabilidad laboral, pero también es aplicable a otras áreas de nuestra vida, donde muchas veces decidimos exponernos a un riesgo al intentar solucionar problemas solos. En general y aún cuando suene cliché, necesitamos estar bien nosotros para que lo demás funcione.

Cuando logramos identificar este patrón, podemos diseñar estrategias para el cambio, las cuales deben ser coherentes con lo que necesitamos y posibles de realizar. Existen múltiples formas de abordaje, que a veces las dan los empleadores, otras los programas de gobierno, las municipalidad o el entorno social. Sin embargo, cualquier cambio real debe ser personal, ya que para permanecer debe vivir en nuestro interior.

Lo mejor de conocer los riesgos y cómo enfrentarlos es que impactará ampliamente en la vida laboral. Primero, generará un buen desempeño al administrar de forma efectiva el tiempo y planificar correctamente para obtener resultados esperados. Esto influirá en un clima laboral positivo y no generará sobrecarga laboral ni repetición de tareas. Finalmente, el impacto positivo llegará a la calidad de vida, con mayor tiempo y disfrute más allá del trabajo.

consultora en

Desarrollo

Organizacional de BOC Rukalihuen