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Músicos locales destacan la figura e importancia de Álvaro Henríquez

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Para algunos es la cuna del rock, para otros es solo una ciudad con una fuerte escena musical y un público que gusta de su propia música. Lo cierto es que nadie puede negar que Concepción es impulsor de grandes artistas nacionales. Entre ellos, destaca uno por su capacidad compositiva y larga trayectoria. Hablamos de Álvaro Henríquez (49), el histórico líder de Los Tres y creador de verdaderos himnos de la música popular de los últimos 30 años como "La espada y la pared", "La primera vez", "Un amor violento", entre otros.

Durante sus más de tres décadas de carrera, además de la banda que lo lanzó a la fama, Henríquez ha liderado otros proyectos como Pettinellis y La Regia Orquesta, donde musicalizó "La Negra Ester" en compañía de Cuti Aste y Jorge Lobos.

Toda esa experiencia le ha valido trabajar con diversas personalidades locales a lo largo de su carrera y en los diversos proyectos que ha presentado.

Estricto y trabajador

En 2004, Henríquez ya se había separado a Los Tres y Pettinellis y se embarcó en una aventura en solitario. Singnificó todo un desafío para un hombre acostumbrado al trabajo colectivo.

Un año más tarde vería la luz "Álvaro Henríquez", disco homónimo que marcó su debut solista, el cual retrataba el lado más íntimo del músico y donde también incluyó cuecas, algo que ya había hecho con Los Tres en el recordado "MTV Unplugged".

Uno de los músicos que participó en la grabación del álbum fue Pedro Araneda, bajista original de Pettinellis, quien recuerda la época como algo muy especial, ya que "se trataba de un disco solista, lo que me hizo descubrir que es un formato que facilita mucho los procesos de grabación. Lo otro es que en vez de registrar el disco de principio a fin, se trabajaron los temas de manera gradual, lo que nos permitió dedicarle a cada una de esas primeras canciones la atención que merecía", cuenta.

Además agrega que "tengo muy buenos recuerdos de esa época (con Pettinellis). El primero de ellos es haberlos visto desde el público, en un local del Barrio Estación. Me acuerdo que la tocata estuvo buenísima, y al final, lo que pensé fue que este disco iba a ser increíble y me lo compré apenas salió. La posterior invitación a tocar y la llegada a Santiago, fueron días muy especiales también. Durante la época en que viví allá hubo muchos buenos momentos entre nosotros cuatro (miembros de la banda), a la vez que nos íbamos afiatando como músicos y llegando cada vez a un público mayor".

Otro de los músicos que participó en las sesiones de grabación del álbum de Henríquez fue el baterista de Los Bunkers Mauricio Basualto, quien participó junto a sus compañeros de banda Gonzalo López y los hermanos Mauricio y Francisco Durán.

Durante esa época Los Bunkers mantenían una estrecha relación con el autor de "La espada y la pared". Este último había producido el segundo disco de la banda, "Canción de Lejos" (2002), y antes los había invitado a participar de un tributo a Violeta Parra.

"Nos veíamos mucho, además éramos vecinos. Cuando comenzó a trabajar en su disco solista fue reclutando músicos y me nominó cuando ya estaban en el estudio", recuerda Basualto.

Para el baterista el proceso fue un trabajo de mucho aprendizaje personal y de pasarlo muy bien en las sesiones. "Fue una época muy especial, Álvaro estaba en una época muy luminosa de su vida", comenta el ex baterista de la agrupación separada en 2014.

Además es tajante en asegurar que "ese disco estaba destinado a ser la joya que es y es uno de los discos solistas más lindos que he escuchado". También lo define como un "genio musical" ya que "me pedía hacer cosas que tenía en su cabeza y es algo muy bonito de hacer. Él también toca batería y le ponía mucha atención, no era algo que le daba lo mismo".

"Si Víctor Jara es el papá, Violeta Parra la mamá y Jorge González es el presidente. Claramente, Álvaro es el padrino más grande de la música en Chile. Debe ser de tres o cuatro compositores más grandes de nuestra historia", dice.

Otro que se cruzó en el camino de Álvaro, es Manuel Basualto, hermano de Mauricio y actual miembro de Club Calaca.

El también baterista, si bien no participó en las sesiones del álbum, si fue quien acompañó al líder de Los Tres en su etapa solista. Además, luego de eso, se convirtió en el baterista de Los Tres durante su regreso en 2006 y permaneció en la banda hasta 2013.

"Luego de verme tocar (reemplazando a Mauricio en Los Bunkers) en el Campos San Joaquín de la UC empezó un acercamiento entre nosotros y al poco tiempo me invitó a tocar en su banda solista", recuerda.

Para Manuel, Henríquez "es lo más cercano que tenemos a un genio de la música, un Paul McCartney. Tiene una forma de trabajo muy direccionada y rígida, pero muy efectiva. Tiene siempre todo muy claro".

Para el músico la posibilidad de trabajar con él se transformó en una "bendición" y recuerda con entusiasmo las cinco jornadas consecutivas de lanzamiento del álbum solista del compositor de "La Torre de Babel", en el Teatro Providencia de Santiago.

"Existen dos Álvaro. El artista y la persona. El último, es un Álvaro muy encantador y muy apegado a su familia, muy de Conce. El músico es muy estricto, en el sentido que quiere resultados. La mala fama que tiene, no sé de donde viene", complementa el percusionista.

Además agrega que "Álvaro es un prócer de la música chilena, al nivel de Víctor Jara y Violeta Parra. Es un músico que ha traspasado fronteras con su música, con su legado y su discurso. Nos ha heredado cosas de la que no nos damos ni cuenta, celebrar el 18 como lo hacemos hoy tiene mucho que ver con lo que provocó Álvaro con la Yein Fonda".

NUEVA GENERACIÓN

La influencia del líder de Los Tres no es solo patente en sus coetarios, sino también en las nuevas generaciones.

Prueba de eso es Paolo Murillo -solista, guitarrista de Cigarbox Man y ex miembro de Julia Smith- quien será uno de sus invitados en el show de hoy en el Teatro Biobío a las 21 horas. "En el primer concierto al que asistí, estuvo Álvaro con Jorge González en la misma banda, cuando tocaron Los Prisioneros con Café Tacuba acá en 2003", recuerda Murillo.

El guitarrista confiesa que parte de su decisión de dedicarse a la música, pasó por la música de Henríquez. "Es muy bonito y mágico que haya visto mi trabajo, que le haya gustado y me haya llamado", comenta.