"Yo, José Eduardo Aedo maté a Blanca Sáez porque el ánimo muy malo y enseguida me mato yo".
Así de cruda fue la carta que escribió José, de 94 años, antes de matar a su esposa Blanca, de 86 años y de quitarse la vida a comienzos de este mes, en Santiago.
El caso remeció a la opinión pública y volvió a poner en el tapete el tema de la salud mental y el suicidio entre los adultos mayores.
En julio de 2018, otro caso, el de Jorge y Elsa, impactó a la ciudadanía. El matrimonio -de 84 y 89 años, respectivamente- no tenían hijos, casi no contaban con redes de apoyo y llevaban años de luchar contra enfermedades y el abandono.
Tras enterarse que, dada la situación límite en la que vivían, serían separados y llevados a hogares de ancianos distintos, decidieron hacer un pacto suicida.
Estas historias parecen sacadas de un guión de película, sin embargo, representan la cruda realidad que atraviesan muchos adultos mayores en el país.
Realidad
De acuerdo al Informe de Difusión "Soledad en la tercera edad: una respuesta institucional", del Centro de Estudios IdeaPaís, el crecimiento del grupo etario de mayores de 60 años ha aumentado un 163% en menos de 30 años.
El informe también revela que un 13% de los adultos mayores vive solo, cifra que se eleva al 19%, en el caso de los mayores de 80 años. Además, un 4% vive en condiciones de aislamiento familiar asociado al abandono.
Cifras preocupantes si se considera que los mayores de 80 años tienen la tasa de suicidios más alta del país con 16,2 casos por cada 100 mil habitantes, de acuerdo a un estudio realizado por Ana Paula Viera, académica de Gerontología de la Pontificia Universidad Católica y presidenta de la Fundación Míranos, con cifras obtenidas de la base de datos del Minsal entre los años 2002 y 2016.
En el caso del grupo de personas entre los 70 y 79 años, la tasa legó hasta los 13,6. En el caso nacional, el promedio es de 10,2.
En todas estas cifras, el mayor porcentaje de fallecimientos corresponde a hombres.
El problema del combate también radica en la falta de datos claros, ya que las autoridades manifiestan que existen pocos antecedentes actualizados sobre el tema.
De acuerdo a Alberto Larraín, psiquiatra y director ejecutivo de la Fundación ProCultura, el tema debe ser abordado desde dos puntos de vistas: lo relativo al suicidio propiamente tal y la salud mental.
Temas diferentes, pero a si juicio profundamente relacionados.
Para Larraín, la situación actual del país en salud mental es de una crisis: "Tenemos una cobertura para atender a la población que requiere tratamiento de solo un 20% y además uno de los gastos más bajos de la Región en salud mental, un 2,1% del presupuesto de salud", detalla.
Para Larraín el tema de la salud mental es algo "totalmente invisibilizado" en el país y lo que se debiera hacer es "es reconocer el estado en el que estamos, para comenzar a abordar el problema con la población, porque es un tema que no se resuelve desde la salud mental propiamente tal. Se resuelve con temas que son más estructurales, entonces ¿por qué los viejos se están suicidando más?".
Algo en lo que coincide Sigrid Ramírez, coordinadora de Senama Biobío, ya que "no se le ha dado la importancia que está teniendo. Con los últimos casos de suicidio de tercera edad, este año y los de 2018, recién se le está viendo la importancia de tratar esto más allá y de verlo como una problemática".
De acuerdo a Ramírez, el plan de Senama Biobío es generar estrategias regionales para combatir el abandono y la depresión en la tercera edad. Todo en apoyo a los programas de trabajo que ya tienen, en lo relativo al acompañamiento de adultos mayores.
¿por qué?
Para Alberto Larraín, la tercera edad es una de las etapas donde las personas con más susceptibles a lo que pasa en su alrededor.
"Y la etapa de adulto mayor es donde más se depende de la comunidad, es el momento más vulnerable de la vida. Hay más problemas de salud, donde se puede estar muy solo y donde el proyecto vital está llegando al final", detalla.
De acuerdo al profesional, el 90% de los suicidios en general, están relacionados a una enfermedad mental, principalmente depresión, es decir, tiene posibilidad de ser combatido.
El problema radica en lo normalizadas que están ciertas conductas.
"Se dice 'no tiene ganas de hacer nada porque está viejito' o 'qué más va a hacer ahora', pero los adultos mayores sí tienen depresión. El problema es que es algo muy invisibilizado", asegura Larraín.
En un mundo cada vez más acelerado y competitivo, muchas veces la capacidad producto que tiene una persona es lo más importante. Sin embargo, al momento de jubilar esto se acaba.
Para Larraín, en este momento se produce una "crisis existencial", además de que "la sociedad deja a los adultos mayores en un espacio y en una posición donde no tienen un rol".
FACTORES DE DEPRESIÓN
Para el psiquiatra, los tres factores principales de depresión en los adultos mayores tiene que ver con: falta de una actividad, la precariedad económica -acompañado de un aumento de gastos en enfermedades- y la soledad.
Precisamente este último punto es relevante, ya que "muchos adultos mayores no tienen visitas, no tienen redes que los acompañen o actividades de sociabilización. Lo que hay es una población excluida de la comunidad, en el fondo, los viejos se relacionan con los viejos, pero no con otros grupos. En el mejor de los casos se relacionan entre ellos".
Además, la viudez, el ataque de enfermedades, la muerte de amistades, la pérdida de autonomía, el ataque de enfermedades, entre otros, complejizan la situación.
"Consultan muy poco por problemas de salud mental, son los que menos lo hacen. Básicamente, consultan cuando están realmente mal, porque es algo muy normalizado. Frente a cualquier problemática, la respuesta se asocia a la edad y no es así", agrega Larraín.
Para la presidenta de la Fundación Míranos, que trata esta temática, el llamado es a "crear una sociedad inclusiva, donde las personas mayores sean valoradas y que temáticas invisibilizadas, como el suicidio, integren el debate social y programas de políticas públicas".
"Como fundación, queremos generar mayor entendimiento de la temática, con la finalidad de aminorar las conductas de silencio, hostilidad y exclusión que envuelven el suicidio de personas mayores", agrega.